CAPITULO 17

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Vaya día; sólo quería llegar a casa y tirarme a la cama, pero también mi estomago rugía y esperaba que Daniel ya estuviera en casa con la cena lista, entonces podría replantearme eso de follarmelo sobre la alfombra de la sala mientras bebemos un buen vino para celebrar que ahora podemos amarnos sin escondernos.

Entre a nuestro departamento y como ya era costumbre, me quite el saco y aflojé mi corbata.

— Niel, cariño. Estoy en casa.

Pero no recibí respuesta alguna. Caminé hasta la cocina donde al parecer Niel había estado cocinando, sin embargo sobre la estufa estaba la comida a medio cocinar. Aquello me extrañó y volví a llamar a Daniel, pero nuevamente sólo recibí silencio. Pero el golpe más doloroso llegó cuando entre a la habitación; el closet estaba abierto y por lo que alcanzaba a notar, la cantidad de ropa era poca a diferencia de la que había hoy en la mañana, me acerqué a él y noté que sólo quedaba ropa mía ahí. Comencé a revisar cada espacio del departamento, nada de Daniel se encontraba en todo el lugar. Tomé mi celular y llamé pero la llamada se desviaba a buzón.

Mis manos temblaban al igual que mis rodillas, ¿Qué estaba pasando? No lograba entenderlo, ¿Daniel me había abandonado? ¿Por qué ahora? Llame un sin fin de veces a su celular, pero no había respuestas. Una gran cantidad de mensajes fueron enviados pero era inútil. Regresé a la cama, dispuesto a llorar por el repentino abandono pero por fin pude notar aquel sobre blanco con mi nombre escrito en una hermosa caligrafía.

"Lee Byung Hun.

¿Realmente creíste que yo te amaba?"

Fruncí el ceño. No, por dios, eso no fue lo que Daniel quería escribir.

"Todo fue un juego, tú lo fuiste"

No, yo me niego a creer eso.

"Sólo quería ver cómo la relación de mi hermana se acababa, quería vengarme de muchas cosas del pasado. Y tú, fuiste la oportunidad perfecta, ella te ama tanto y tú eras tan débil, tanto que caíste a la primera provocación. Eres tan inocente Byung Hun. Ahora que todo lo que quería lo he logrado, es tiempo de que me marche. No me busques, no quiero volver a verte. No creas que fuiste importante en mi vida, sólo fuiste la pieza perfecta para llevar a cabo algo que es importante para mí.
Hasta nunca, Byung hun.

Anh Daniel"

¿Fui sólo eso? Mierda, ¿Todo fue mentira?

Golpeé la pared con fuerza haciendo sangrar mis nudillos; arrugue la hoja y la tiré lejos de mí. Lloré como nunca lo había hecho antes, lloré toda la noche por qué dolía; había aprendido a amar a Daniel, le había entregado todo de mí. Yo era suyo y le amaba más que a mi propia vida; demonios, estaba dispuesto a darlo todo por él. No creí que yo valiera tan poco como para ser usado y botado.
Esa noche, rompí todo lo que me fue posible; reventé varias veces los tejidos de mis nudillos por golpear la pared u otros objetos que tenía cerca, grité desgarrándome la garganta y en más de una ocasión pensé en muchas maneras de acabar conmigo y con esto pero terminé dormido en el suelo abrazando la almohada que Daniel había usado la noche anterior y donde su olor se aferraba a la tela torturando mis fosas nasales.

A la mañana siguiente, el timbre sonó despertándome de aquel sueño donde Daniel se instalaba para hacerme más daño. Con cansancio en cada poro de mi piel, caminé hasta la puerta arrastrando los pies. Abrí con la esperanza de que fuera Daniel, que me abrazara y me dijera que todo estaba bien y que aquellas palabras plasmadas en papel no eran más que mentiras o una broma pesada, si era eso, le perdonaría sin dudarlo. Pero no era él, en cambio, una menuda figura estaba frente a mi, con los ojos completamente abiertos de asombro. Se cubrió los labios con ambas manos y soltó un sollozo.

— Oh, oppa — siguió sollozando. — Lo siento tanto, de verdad lo siento tanto, por ti. Mira cómo te ha dejado ese chico, estas destrozado, él ha creado esto en ti. Lo siento tanto, por qué yo te traje este dolor. Todo es mi culpa, oppa. Perdóname, por favor.

Y la chica lloró más fuerte y se lanzó a abrazarme pasando ambos brazos por mi cintura.

— Si tan sólo, no te hubiera juzgado. Si tan sólo no me hubieras conocido, él no hubiera hecho esto contigo. Estoy muy arrepentida. Oppa, me duele verte así. Todo es mi culpa, me arrepentiré de esto toda la vida. Él ha sido tan cruel, ¿cómo se ha atrevido a hacer todo esto? ¿Cómo pudo romper tu corazón, que es tan noble?

Sentí su arrepentimiento y me lastimó saber que el dolor que estoy teniendo, lo está pasando la persona que amé en algún momento. Correspondí el abrazo, acaricié su cabello y besé su frente.

— Tranquila, In Na. No ha sido tu culpa — la abracé más fuerte pues su llanto no paraba. — No fue correcto que hayas juzgado a Daniel o a mí, pero todos fallamos. Yo te fallé primero.

La invité a pasar, hice un poco de té pues los dos necesitábamos relajar nuestros cuerpos, la tensión se sentía en el aire e In Na esquivaba mi mirada como pensando si decirme algo que ocultaba o no. Le serví de la bebida caliente y me senté en el sofá frente a ella. Cuando el líquido corrió por mi garganta hizo que mis sentidos se encendieran y saltaran sobre mi cabeza un sin fin de preguntas sobre cosas que hasta ahora notaba.

— In Na — le llamé y ella dejó la taza sobre la mesa de centro — ¿Cómo sabías que estaba aquí de esta forma? Quiero decir, ¿Cómo sabes que Daniel me ha abandonado?

— Oppa — soltó en un susurro y sus ojos volvieron a ponerse húmedos. — Después de que salí de tu oficina fui directo a casa, lo siento tanto, pero estaba llena de coraje y tristeza que mande un mensaje a Niel felicitándolo por haberse quedado contigo, que había ganado y que tú habías terminado nuestro compromiso por él.

Sus manos temblaban cuando tomó nuevamente su taza de té para llevarla a sus labios, bebió y bajó la taza cuando no pudo más y comenzó a llorar de nuevo.

— Daniel llegó a casa horas después, con sus pertenecías. Yo le quería correr de casa, pero él decía que ya había hablado antes con nuestro padre y que tenía permitido quedarse ahí por qué padre vendió su departamento. Estaba tan enojada que lo empujé hasta la puerta con intención de que se vaya, pero el comenzó a gritarme tantas cosas. Me humilló, y dijo que todo lo que él había hecho era culpa mía, que yo había buscado esto. Que era su venganza hacia mi, por algo que hice en el pasado. Yo pedí perdón y Niel me hizo creer que ese asunto estaba olvidado. Pero míranos ahora, ambos fuimos parte de su diversión.

Acaricié su mano por encima de la mesa y me levanté del sillón para sentarme a lado suyo.

— Eso no es todo — continuó y oí aguantaba un sollozo más — Horas más tarde cuando nuestros padres estuvieron en casa, Daniel les presentó a una chica. Dijo... Él dijo que era su prometida, que llevaban dos meses comprometidos. Me sorprendí mucho, yo no sabía nada de eso. Entonces me acorde de ti, oppa, y pensé que tal vez necesitabas a alguien en quien apoyarte. Me arrepiento de todo el daño que hice, espero puedas perdonarme, mis sentimientos son sinceros.

No sé en qué momento había comenzado a llorar. ¿Daniel tenía prometida? Así que, era cierto, al final de cuentas sí, fui sólo un títere de Niel, alguien que necesitaba sólo para su absurda venganza. Abracé el tembloroso cuerpo de la chica a mi lado y lloramos juntos intentando consolarnos.

Te perdono, In Na.

🎈
Cha cha cha Chaan *inserte música de misterio*
¿qué giro creen que tenga esta historia?
¿Están preparadas para lo que se viene?
¡Estamos en la recta final!
¿Pueden sentirlo?

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¡Nos leemos pronto!

No More Perfume On You. NIELJOE/L.NIELDonde viven las historias. Descúbrelo ahora