Capítulo V

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En la foto, Katherine

Al poco tiempo de mi confesión hacia George, tal vez unos dos meses, me enteré de que se había suicidado. Mi mejor amigo pensó y cometió suicidio sin haberme dicho nada, sin haberme contado, tal vez yo podía ayudarlo. Muchos pensamientos me llegaron a la cabeza, pero el principal es que había dañado nuestra amistad confesandole eso. Si no le hubiese dicho nada, tal vez George estuviese vivo.

Leí en las noticias que tomó unas pastillas de más y su mamá lo encontró acostado en su cama, creyó que estaba dormido. Pobre de George, que cosas pasarían por su cabeza para llegar a ese punto.

Y yo. Yo debía solucionar lo que sea que hice para dañar nuestra amistad. No volverlo a hacer, no repetir el error. No dejar que ningún otro amigo se alejase de mi.

¡Simple! A las mujeres les sobran amigas, siempre cuando se molestan con su mejor amiga, tienen a alguien mas para hablar de ello. Sería tan fácil entenderme con una mujer, no somos tan complicadas. Aunque, sería muy complicado tener a una mujer como pareja. ¿Cómo nos verá la gente? ¿Cómo reaccionarán mis padres y mis amigos? Creo que no estoy preparada para esto. Pero ya tengo una idea en mi cabeza, y la llevaré a cabo.

Al poco tiempo del suicidio de George, conocí a Katherine, una muchacha de muy buenas curvas, rubia y muy social. Katherine tenía una vida amorosa nula, pero una vida sexual muy activa. Al poco tiempo nos hicimos amigas, aunque a Valentina nunca le agradó. Me advirtió que me alejara de Katherine, que ella tenía una vida muy extraña y diferente a la mía. Exactamente eso era lo que yo quería, lo que yo buscaba, algo totalmente diferente a lo que ya había vivido, nada me estaba resultando, así que haría algo drástico para conseguir lo que quería.

-Katherine, ¿a dónde me llevas tan apurada?

-Quiero que conozcas a mis amigas, están ansiosas en verdad por conocerte

-Okay, okay, pero puedes llevarme un poquito mas lento, calmate por favor.

Katherine bajó el ritmo y muy decidida me llevaba a conocer a sus amigas, de las cuales ya había escuchado mucho y parecían muy divertidas.

Llegamos a una casa muy grande, una mansión diría yo. Katherine tenía llave, esto me extrañó un poco, no parecía vivir en una casa así. Al entrar todas las chicas llegaron a la sala donde estábamos y en seguida las conocí a todas. Sofia, Clara, Sasha, Debora, Tatiana y Stefany. Esta última me pareció alguien realmente atractiva. Tenía el cabello negro, unas curvas tan peligrosas como las de Katherine y unos ojos enigmáticos.

Pasó aproximadamente una media hora cuando las cosas se tornaron un poco fuera de lo normal, pero también bastante divertidas.

Mil amores menos unoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora