En la foto, Naty
Prometí que lo intentaría. Olvidarlo y separarme de él. Aún así, el también cumplió su promesa de hablar conmigo cuando no estuviese con Valentina.
Me envió un mensaje de texto pidiéndome disculpas hasta el cansancio. No hice caso de esto hasta que me pidió verme otra vez. Había pasado una semana de lo ocurrido cuando ya estaba de vuelta con él.
Como siempre, sin resentimiento alguno, entregada por completo y dedicada a hacerlo feliz de cualquier manera.
Valentina por supuesto nunca estuvo de acuerdo con esto, se molestó conmigo por haberlo perdonado, al punto que dejó de hablarme, y Alejandra no tardó en hacer lo mismo.
Pasaba el tiempo, los meses, Enrique me engañaba otra vez y lo descubrí a través de las redes sociales, cuando se refirió a Marina como "la mujer mas hermosa que haya visto". Desde allí empecé a dudar de todo.
Recurrí a Valentina otra vez, quien estaba cansada de verme llorar por Enrique. Me hizo entender todo lo que había pasado, que ya no era la primera vez y que seguiría haciéndolo. Esta vez no me hizo terminar con él, prefirió que yo misma me diera cuenta de lo que debía hacer.
Por las noches pensaba en qué sería de mi vida sin él, en qué haría después del colegio. Internamente fui separandome de él, pero mantiendome a su lado.
Un día voy a visitarlo como era la costumbre, llegué a la entrada de la urbanización, esperé un buen rato y luego nos fuimos a casa de su mejor amigo. Era lo normal, lo común. Pensaba que a Enrique le gustaba estar conmigo, que disfrutaba de mi compañía y mi tiempo. Pero no era así.
Al día siguiente decidió dejarme por un mensaje de texto. Esto hizo que mi mundo se volteara. No comprendía como podía dejarme, así de repente, como todo un cobarde.
A pesar de que el noviazgo había terminado, seguimos viéndonos durante un mes; según lo que yo creía, mientras me acostumbraba a su ausencia.
Hasta que le dije que necesitaba verlo para darle fin a todo. A nuestras conversaciones diarias, a los besos, a las caricias, a absolutamente todo. Enrique lo pensó por un momento y decidió que era lo mejor.
Ese día, el último día, mis temas de conversación con él eran terminar todo, atar los cabos sueltos para que fuese mucho mas fácil. Le pregunté si llegó a amarme, me dijo que al principio solo me utilizaba. Le pregunté si llegó a engañarme y lo negó rotundamente.
Cuando llegó el momento de despedirme, Enrique me rogó que no me fuera, me pidió, llorando, que no lo dejara. Me dijo que me necesitaba, y era algo realmente inusual en él. Pero la decisión ya estaba tomada. Era el último día, ni uno más.
Así que lloré con él, Enrique se volvió un niño envuelto en mis brazos, inundado en dolor y soledad. Sequé sus lágrimas y le pedí que me acompañara. Me despedí de él con un beso en la mejilla. Mi primer amor, el segundo hombre en el que confié y se dedicó a arruinar todo, ahí dejé mis ilusiones, mis sueños y metas con él. Ya todo había terminado.
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Mil amores menos uno
JugendliteraturMil amores menos uno, cuenta la historia de una mujer y todos los amores que ha tenido que vivir para encontrar al amor de su vida. ¿O eso es lo que ella cree?