23/08/99
12:00 a.m.
Tuve un mareo repentino durante la comida y Josh me trajo a casa en taxi, la cabeza me estaba matando y tampoco podía ver claramente, también hizo que llamara a mis padres para avisarles sobre mi estado. Luego, no se fue de casa hasta que papá y mamá llegaron. No podría describir ahora la alegría en la cara de mi amigo al saber que sabía quién era él, me colmó de atenciones y no dejó que me levantara del sofá, todo esto, mientras me contaba nuestros momentos juntos y yo le confirmaba los sucesos.
At no volvió; en esos momentos tan tormentosos, sólo podía pensar en tenerlo a él para tranquilizarme, las palabras de Josh o de mis padres no eran suficientes para calmar la ansiedad y la migraña que estaba sintiendo.
Aunque quería con desespero ver a mi amigo de ojos azules, me debatía por dentro entre decirle o no... que recordé a Josh antes que a él. No. No sólo eso. Que recordé quién soy, que recordé a mis padres. Que mis recuerdos están aquí, pero que, ni él ni su nombre no están claramente en mis memorias. Eso lo decepcionaría aún más. Tampoco está ella, la supuesta amiga mía que aún se encuentra en el hospital.
Se me programó una cita en el hospital para el día siguiente. Con eso, me quedé dormida a las 7:00 PM, el cansancio me atormentaba después de sufrir por varias horas. Como era costumbre, soñé con At, jugábamos en nuestro lugar, un día soleado, mientras las mariposas monarcas lo rodeaban y volaban adonde él volara, como si fuese él el lugar más cálido dónde estar. Yo me deleitaba con la vista que ofrecía ese chico precioso y lo que me hacía sentir. Y él emitía esa melodía incomparable e irremplazable para mí: su risa. Después, me miraba y me llevaba a volar junto a él, con las monarcas, bajo la calidez del sol.
«Descubrí en mi sueño que lo amaba. At era mío. Y yo lo amaba.»
«Descubrí que esto no era un sentimiento nuevo.»
Me despertó el sonido de la ventana abriéndose y, posteriormente, cerrándose. Acto seguido, un aleteo se escuchó tan cerca de mi cama, o debería decir: sobre mi cama, pues algo pequeño saltaba en mi colchón.
—¡Shiro, cállate! La vas a despertar —susurró At con un poco de inquietud.
«Muy tarde, chico, ya estoy despierta.» Pensé, con indignación. Me senté en mi cama con las piernas cruzadas debajo de mis cobijas.
—Pero..., ¿qué piensas que haces? —le regañé, adormilada, aún tratando de ver con claridad.
«Sí, sé que acababa de describir lo mucho que me gusta este chico, pero no planeaba dejar pasar lo enfadada que me sentía porque me abandonó nuevamente, sobre todo en mi condición.»
At me miró con sorpresa. —Oh... ¿Qué tal, Macky? Eh... Ya vine —dijo, casual, evadiendo el tema—. No me des importancia ahora, vuelve a dormir —surcó una sonrisa inocente.
—¿Cómo no voy a darte import...! ¡Aaaah! ¿Qué es eso? —grité al sentir una pequeña cosa peluda tocar mis pies, lo que me obligó salir de mi cama, correr hacia los apagadores y encender la luz.
—¡Vas a asustarla! —levantó la voz, puso sus ojos en la cosa que estaba en mi cama y trató de tomarla.
—¿¡"Yo" voy a asustarla!? —señalé hacia mi cama, no sabía qué era lo que estaba señalando—. ¿Qué es eso? —froté mis ojos para aclarar lo que veía.
—Se llama Shiro, es mi paloma —respondió, tomando al ave entre sus brazos muy suavemente.
—Oh —suspiré aliviada—. Sólo es tu paloma —caí a la cuenta de lo que había dicho, me acerqué a ellos—. Espera, ¿qué? ¿Cómo que "tu" paloma?
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At
Teen FictionYo tenía roto el corazón y no encontraba el motivo, hasta que lo vi y no pude reconocerlo... Él viene de 'ese' mundo poco conocido. Un amigo que confía en ti aun cuando un adulto cree que has perdido la cabeza. Pero si lo olvidas, desaparece. ©Todos...