[Narrado por Will]
SEIS MESES DESPUES
– Wow. –susurré para mí mismo en cuanto la miré salir de la habitación, con una mueca de adoración y ternura en mi rostro.
Llevaba puesto un delicado y casual vestido blanco hasta las rodillas, con finos tirantes que se ataban a su nuca, con un corte recto en la zona trasera, dejando la mitad de su espalda suave totalmente a la vista. El pelo lo llevaba suelto, recién secado y cayendo ondulado sobre uno de sus hombros. No podía decir que no llevase maquillaje, aunque no se le notaba, tal vez tenía algo muy natural, e iba descalza. La recorrí con la mirada y no pude evitar fijar la mirada en la zona más hermosa de su cuerpo: su barriga. Con los recién cumplidos ocho meses de embarazo, un gran bulto se levantaba por debajo de aquel vestido tan angelical que lucía justo ahora. Pensé, por un momento que justo allí dentro, estaba mi hija, descansando. Y no podía esperar para tenerla en mis brazos.
– Estoy lista. –murmuró, sacándome de mi ensoñación.
– Eh… –balbuceé algunas cosas y ella sonrió.
– ¿Qué? –se acercó más a mí, llevándose las palmas de las manos al vientre, acariciándoselo como siempre lo hacía.
– Nada, nada. Salgamos al patio. –extendí una mano y ella me la tomó, dejando la otra, aún sobre su barriga.
– ¿Estás bien? –pregunté mientras bajábamos por el ascensor hasta el pequeño patio que tenía el edificio donde vivíamos.
– No, no me puse zapatos, no saldremos a la calle, ¿no? –me miró, como si le preocupara tener que salir descalza.
– No, a la calle no. –sonreí.
– ¿A dónde vamos, entonces? –frunció el ceño.
El ascensor se detuvo y escuchamos un leve “Tin” que marcaba que habíamos llegado a la planta baja. Corrí la puerta y apoyé una mano en su cintura, para empujarla suavemente hacia afuera.
– Al patio. –murmuré. –Hace rato no salimos. Es agradable ir allí a veces. –me excusé.
– Yo quise ir esta mañana y tú no me dejaste. –me reprochó con la mirada.
– Si venías esta mañana no ibas a querer venir ahora. –dije.
– Claro que no. –se defendió.
– Bien, entonces. –puse una mano en el picaporte de la puerta que daba al patio y la abrí con total lentitud.
– ¡Will! –exclamó, cubriéndose la boca con las manos. –Mira qué hermoso, ¿sabías que esto estaba aquí? –preguntó mirando a lo que tenía enfrente.
El patio del departamento era pequeño, cubierto con un abundante pasto verde y un enorme sauce justo en el medio, iluminado con escasos faroles amarillos puestos en las ramas y en las paredes del fondo.
En esta ocasión, yo había mandado poner un pequeño banco en color blanco justo al lado del árbol de tallo grueso, rodeado de pétalos de rosas rojas entre el pasto y también sobre el banco. Simple, pero romántico, pensé. Estaba seguro de que a Zoey le encantaría.
– Sí. –murmuré. –Yo lo hice. –recorrí su perfil izquierdo con la mirada, atento a todas sus muecas de asombro. Me mordí el labio inferior fuertemente, obligando a mis lágrimas permanecer dentro de mis ojos.
– ¿Tú? –preguntó boquiabierta mientras se abría paso y se adentraba al patio, dando saltitos con la punta de los pies, hacia el banquito.
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Our Mistake
Roman pour AdolescentsZoey & Will han sido mejores amigos, siempre han estado juntos y sabían que su amistad seria eterna a pesar de todo, pero... ¿Una borrachera y una noche de sexo podrian cambiar algo entre ellos? ¿Su amistad seguiria siendo unica? ¿Duraria aun así p...