Cap.1

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''Es más sencillo obtener lo que se desea con una sonrisa que con la punta de la espada.''

-Siete, ocho, nueve y ¡Diez! Te encontraré donde quiera que estés -Advirtió. Empezó a caminar por la sala principal. La casa no era tan grande, desde que sus padres murieron hace dos años tuvieron que mudarse a una más pequeña. A decir verdad, la casa del tío Will. Hermano menor de su padre y tío favorito de Madison y ella. Will se hizo cargo de ellas desde el momento que recibieron la llamada avisando el accidente. No era el hombre más maduro del mundo pero si un tanto responsable para ocupar un papel de figura paterna. -Estoy cerca, lo presiento. -Habló en alto. Miró cada rincón de la sala. Entonces escuchó la risita atrapada de su pequeña hermana. Sonrió, caminó hacia el mueble alto lentamente - ¡Te encontré!
-No es justo- Reclamó Madison saliendo de su escondite -. Tú eres grande.
___ soltó una carcajada. Madison también rió.
-Solo tengo diecisiete, no soy tan grande.
-Para mí, sí. Me ganas por... -Empezó a contar con sus pequeños dedos-. Once años. Eres muy grande.
Ella sonrió. Su hermana le recordaba tanto a su mamá. Era como el clon en pequeño. Los rizos dorados, sus pequeños ojos medio rasgados, azules y las grandes pestañas negras. - Me cansé de jugar. ¿Qué te parece si ahora comemos helado? -.
-Sí, sí, sí yo quiero Helado.
- ¡Niñas, he llegado a casa! -. Anunció Will tras pasar la puerta de entrada. Madison corrió hacia los brazos de su tío. ___ sonrió pero no se acercó.
- ¿Cómo se portó la princesa de esta casa?
-Bien, -Respondió risueña-. ¿Verdad ___?
-Sí, estuvimos jugando un rato las escondidas. Estábamos a punto de comer helado.
Will sonrió a su pequeña sobrina. Se dirigió con ella en brazos hasta la cocina. ___ los siguió detrás. Hacía caras graciosas para Madison.
-He oído que la feria estará esta noche - dijo distraídamente Will, sacó los helados del congelador. Madison estaba sentada en el banco alto frente a la barra del comedor. - ¿Qué les parece si vamos?
- ¡Sí! -se apresuró a decir la pequeña de rizos.
-No creo que podamos -Empezó a decir ___, sabiendo que era mala idea por el estado de salud que su hermana presentaba. Cuando Madison tenía cinco años le detectaron varias enfermedades que provocaban asma y que se sofocara, algunos meses después los doctores dijeron que se trataba de Cáncer en los pulmones. Madison demostró ser una niña fuerte desde que se enteró. Obviamente toma medicamentos para controlarlo pero lamentablemente no para curarlo. Desde ese día ___ despierta cada mañana con el temor de entrar a la habitación de su hermana y que ella esté muerta. -. En la tarde empieza a refrescar, puede hacerle daño a Madison. No quiero que suceda lo de la última vez.
-Pero yo quiero ir a la feria, nunca he ido a una -. Murmuró Madison con decepción. ___ notó sus pequeños ojos azules cristalizarle. ¡Dios!
-Está bien, pero te pondrás cinco suéteres.
-¡____! - exclamó Will entre risas. Su sobrina tenía una que otra idea fuera del riel. -. No creo que sea necesario usar tantos Suéteres.
-Estaba bromeando-. Respondió a su defensa. Madison solo rió.
-Vallan a bañarse y acomodar sus habitaciones, pediré comida china mientras tanto.
-Está bien. -. Dijo ___. Levantó en brazos a su hermana y se dirigió hacia su habitación subiendo las escaleras. No compartían habitaciones. La de Madison era más colores cremas, muñecas por todos lados, una mesita con el té listo, paredes rosas y pegatinas de coronas por doquier. Al contrario de ____, su habitación no era como las chicas de su edad. Solo tenía uno que otro cuadro de pinturas, un closet demasiado espacioso, paredes verdes agua y todo descompuesto.
-Me bañaré primero, -Avisó Madison -. ¿Me puedes ayudar a vestir después? Quiero un lindo peinado. Los que hace el tío Will parecen pelos de escoba usada.
Ella rió asintiendo. Madison festejó y fue a su habitación. ____ miró su habitación, no estaba nada compuesta. Frunció el ceño y alzó una caja de pizza ¿desde cuándo estaba ahí? Echó toda la basura en una bolsa negra gigante, inició con todo lo que había debajo de su cama para terminar lo que había en su escritorio.
-Niñas la comida está lista, bajen ahora- avisó Will desde la planta baja. ____ salió de su habitación para entrar a la de Madison. Aun se encontraba en el baño.
-¿Madison, estás lista? -Preguntó, al mismo instante la puerta se abrió. Madison en una toalla con su cabello castaño mojado, desordenado salió de ahí con una sonrisa.
-Necesito un bonito vestido.
-¿Por qué quieres lucir bonita, de repente? -Cuestionó ella desde la cama. Madison volteó a ver a su hermana y sonrió.
-Porque quiero ser bonita como tú.
Ella sonrió a la respuesta de su hermana. Se puso de pie y ayudó a Madison a escoger la ropa adecuada. Recordó que después de comer la gran comida china saldrían un rato a la feria que llegaba de visita.
-Este te quedará genial, confía en mí- dijo mostrando un bonito vestido rosa de encaje floreado. Madison lo observó por algunos segundos, después sonrió en aprobación. Quitó el vestido de las manos de ____, tiró la pequeña toalla que la envolvía con ropa interior y se lo colocó por arriba. Estiró la parte arrugada de la falda. Se miró por su espejo largo y sonrió. Admiraba a su hermana mayor, siempre se decía a si misma que quería ser como ella cuando creciera. Sin embargo, Madison estaba al tanto de su enfermedad y que había muy pocas probabilidades de llegar hacer como su hermana. Era pequeña pero no tonta, notó desde hace mucho tiempo el cambio de ____. La amaba, y mucho.
-Te peinaré abajo, debemos comer.
-Sí.
Ambas bajaron a la sala. Encontraron a Will colocando los vasos y platos en la mesa del comedor. Tomaron su lugar y se dispusieron a comer. Media hora después de que se llenaran hasta el tope, ___ peinó a Madison con dos coletitas de lado. Toda una princesita.
-Es hora, chicas-. Avisó Will poniéndose el abrigo. No eran más de las siete pero ya empezaba a refrescar.
-Vamos.
Las luces de los juegos mecánicos brillaban a todo color, iluminando de una manera única la cuidad. Todo era lindo. Los niños corriendo de un lado a otro. El ligero aroma a comida de los puestos vendedores. Muchas personas se paseaban por ahí.
Entraron más al parque. ___ tomó de la mano a su pequeña hermana que veía con un brillo en sus ojos aquella feria. Payasos por todos lados, globos de colores, dulces de caramelo. Un mundo ideal para una niña de su edad. Antes de que ___ pudiera decir alguna advertencia, Madison la jaló del brazo llevándola a la tienda de golosinas.
-¡Quiero una paleta! ¡Por favor, por favor, por favor!
Ella frunció el ceño y miró al estante de golosinas. Un hombre de unos cuarenta años se acercó a ellas del otro lado de la barra.
-¿Se les ofrece algo, señoritas? -preguntó con una sonrisa en el rostro. Madison miró a ___ rogándole con la mirada. Sabía lo que su hermana opinaba de los azucares para ella. Era una niña no puede vivir sin ello. Ante la mirada insistente de Madison, ___ accedió.
-Sí, ¿me podría vender una paleta, por favor?
-Claro-respondió el señor sacando una del aparador donde las guardaba-. Aquí tiene.
-Gracias.
Madison tomó la paleta enseguida.
- ¿Le compraste una paleta? -. Preguntó sorprendido Will.
-Sí, me ha insistido tanto.
-¿____, podemos ir a aquel juego? -Señaló a un gusano gigante que llevaba personas en su interior para dar un paseo en vías-. Luce divertido.
Ella miró a su tío. Will sonrió y asintió. -Vallan, estaré por allá comprando algo de comer.
-Está bien, nos vemos enseguida.
-De prisa, ____. La gente se está subiendo.
Madison de nuevo jaló a ___ del brazo. Corrieron hacia el juego del gusano andante y se posicionaron en la fila de entrada.
-Oh... lo siento, pero yo estaba antes que tú. -declaró un chico detrás de ella. ___ dio vuelta por inercia, se encontró con un par de ojos mieles que la miraban divertidamente. Analizó al chico enseguida. Unos veinte años, cabello castaños demasiado perfecto, sonrisa linda, alto, y una vestimenta con mucho Swag, definitivamente.
-¿Qué? -fue lo primero que alcanzó a decir. A decir verdad ni se dio cuenta cuando esas palabras salieron de su boca.
-Que yo estaba antes que tú, hago la fila y espero a mis amigos. -Dijo más de lo que ella esperaba.
-Entonces, ¿Nos harás esperar más tiempo? -Preguntó ___ -. ¿Harás esperar a una niña pequeña por tus grandulones amigos?
Él soltó una carcajada, nunca quitó su sonrisa. -Te propongo algo -Ofreció. ___ lo miró incrédula -. Te dejo pasar antes con tu pequeña hermana, si sales conmigo en una cita ¿Qué dices? -

A reason to smile -Jay Park y tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora