Cap.3

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  ''El que dice una mentira no sabe qué tarea ha asumido, porque estará obligado a inventar veinte más para sostener la certeza de esta primera.''

Mía siguió conduciendo, encendió la radio y una música electrizante de pronto inundó el auto. Paramore. A esas horas salía el sol y el reflejo de los rayos en el coche rebotaba directamente hacia sus ojos. ______ buscó las gafas de sol que guardaba en la guantera de la puerta su amiga, se las puso y sonrió.
Diez minutos después Mía estacionó el auto en unos de los aparcamientos vacíos en la banqueta. Salieron del auto, Mía colocó el seguro y caminaron hacia el parque. ___ logró divisar a los chicos, entrenaban. Sería un partido importante. No tenía idea de ello, de hecho no sabía ni el por qué la razón del partido. « ¿Sería amistoso o había apuesta? »
—Hola chicas —. Saludó Martín. El chico sexy con voz sensual y muy varonil de lindos ojos.
—Hola—. Respondieron ambas y saludaron con un beso en la mejilla.
—¿Cuándo empieza? —Preguntó Mía. Martín volteó a un lado como buscando a alguien. Regresó su vista a ellas.
—En cuanto llegue el otro equipo.
Siguieron avanzando. Se encontraron con varios integrantes del equipo. ___ saludó a cada uno de ellos, se llevaba casi con todos. Alguno de vistas y otros realmente eran sus amigos.
— ¿Amistoso? —Preguntó ____. Martín negó. Ella hizo una mueca. Los partidos amistosos eran desgarradores y con apuestas, el comienzo de la tercera guerra mundial. Los chicos encestaban desde lejos, otros practicaban lances. Entonces de pronto una multitud de chicos entró por la otra rejilla al parque. . « ¡El otro equipo! » Analizó a cada uno de ellos, lucían fuertes y anchos. Definitivamente sería una guerra en la cancha. Esa sonrisa, la forma de caminar, el cabello perfecto. « Oh no jodas » ____ saltó de la banca al suelo tratándose de ocultar tras un bote verde de basura. No, no, no eso estaba mal. Mierda.
—¿____? —La llamó su amiga—. ¿Qué haces ahí?
—Escondiéndome —. Sonrió ampliamente del mismo tamaño que falso.
—Exactamente, ¿de quién? —Preguntó mirando por todas partes. Buscando a alguien anormal que provocara 'esconderse' a ____.
—De un chico chantajista.
Mía frunció el ceño. La miró con ojos confusos.
—Hay un chico del otro equipo. Lo conozco. Le debo algo que no quiero pagarle.
—¿Una noche de puro sexo? —Bromeó Mía. ___ se mantuvo en silencio—. ¡0h por dios! ¿Es enserio?
— ¡No! —Miró por arriba del bote. _____ comenzó a encontrarse mal. Había cometido un gran error al irse de allí anoche. ¡Un terrible error! —Me pidió una cita, pero digamos que no asistí.
—Oh, que maldita eres... —Murmuró Mía riendo—. ¿Te esconderás todo el partido aquí?
—Si me consigues un buen disfraz, no.
—Chicas... —Las llamaron por detrás. Roger se acercó a ellas mirándolas raro—. ¿Por qué ___ está tratando de esconderse detrás de un bote de basura?
—¿Tratando? —. Repitió.
—Sí, todo tu trasero se ve del otro lado.
¡Mierda! Enseguida se lanzó al árbol de junto. Seguro que ahí no la veía.
—Esto es tonto, ___. —Reclamó Mía—. Solo ve con el chico y dile que no saldrás con él.
— ¿Un chico? —. Arqueó una ceja Roger. En la mente de él cuando una chica y un chico están juntos para él es Sexo. Todo Sexo.
—No es fácil, Mía.
—Cuando estés lista, sal de tu escondite —. Farfulló Mía. Jaló a Roger del brazo y se alejó de ahí.
Volvió a mirar hacia donde estaban todos, buscó con la mirada al rubio. Tal vez era su imaginación, solo eso. ¿Qué haría él ahí?
—Este no es lugar para una chica como tú.
Su voz. Guardó la calma y cerró los ojos. Mierda, el 'si no lo miras no es real' no funcionaría ahora. No oh. Vencida giró en sus pies. El chico, chantajista de quien estaba huyendo estaba frente a ella. Mostraba su dentadura blanca, y una mirada divertida. Estaba uniformado y valla que le quedaba bien, sus músculos al descubierto por las mangas cortas ponía mucho de que pensar. Observó cada uno de sus tatuajes, perfectamente visible. El chico era racista con un brazo. Tenía un tatuaje que parecía una tostadora con panes en uno y en el otro una manga completa de puras figuras sin sentido.
—Te esperé anoche en el juego.
—Yo también— mintió ella—. Te busqué pero no te encontré.
— ¿cuándo? —Preguntó él. No quitaba su sonrisa divertida. Eso la ponía muy incómoda—. ¿Después o antes de que subiste a la camioneta?
Bajó la mirada. Sus mejillas ardieron. La había pillado.
—Sí, —Chasqueó la lengua—. Me atrapaste. La verdad es que se murió mi perro y tuve que irme de inmediato.
—Ah... —Fue su única respuesta—. ¿Qué raza era? ¿Tu perro?
¡oh como jode! Miró a todos lados en busca de ayuda. Se ahogó en su respiración alterada. Un anuncio. 'Fragancias COTY por Alex Wesley'
—Emm... —Balbuceó—. Era un Cotylex, muy bonita raza.
El sonido del silbato llamó la atención de ambos.
—Oh, no conocía esa raza. Le preguntaré a mi mamá, es Veterinaria.
Otro llamado.
—Nos vemos pronto... —La miró incitando que dijera su nombre.
—____.
—Bien, nos vemos ___ —Se alejó lentamente—. Por cierto me llamo Jay, Jay Park. —  

A reason to smile -Jay Park y tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora