A reason to smile -Jay Park y tu

Cap.21

  Media hora después ya se encontraban frente al hospital. Para no arriesgarse, Jay decidió ir a estacionar el auto en el aparcamiento privado del Hospital en lugar de la banqueta donde cualquier persona podría romper los vidrios tratando de robarle. Entraron de inmediato por la puerta principal. Subieron por el elevador, un incómodo silencio se encontró ahí. Dos personas más viajaban con ellos. Al abrirse las puertas salieron de ahí de inmediato. Jay casi caía al piso, sus piernas estaban temblando. Recordó que hace unos años quedó atrapado durante el elevador durante dos horas. Además que era claustrofóbico.
—Disculpe, — ____ llamó a la enfermera de recepción—. ¿Podemos entrar a ver a Madison Wells?
La señorita revisó su computadora. —Claro, solo hasta antes de las cuatro.
____ le dedicó una sonrisa. Sin pensar dos veces se dirigió a la habitación de su pequeña hermana. Will aún seguía ahí, junto a ella.
—¡_____! ¡Jay! — exclamó Madison, emocionada.
—Te dije que vendrían— habló Will poniéndose de pie.
—Lo siento, el tráfico está horrible.
—No tengo el autobús de la película de Harry Potter —Bromeó Jay . Madison lo miró sorprendida.
— ¿Te gustan las películas de Harry Potter? —Cuestionó la pequeña.
— ¡Claro! Ya sabes, ¡Espartaco patrones!
Madison empezó a reír. No podía parar. Jay envió una mirada de confusión a ____. Ella solo sonrió.
—Jay, no es así — le comentó entre risas—, es Expecto patronum.
—Oh. Ahora comprendo el motivo de por qué mis amigos reían cada vez que lo digo. —Rascó su nuca, avergonzado. ¡Había vivido engañado!
— ¿Ya comió? —Preguntó ___ a Will. Éste negó. —Iré a la cafetería. Pediré un almuerzo para ti y le diré a la enfermera que traiga uno para Madison.
—Te acompaño —Dijo Jay.
—Ahora regresamos.
Ambos salieron de la habitación. Jay tras de ____. Aun había un poco de tensión entre ellos. Reconoció que no debió hablarle de esa forma a él, pues solo quería ser amable con su hermana.
— ¿Qué te parece si te adelantas a la cafetería y mientras voy con la enfermera?
—Está bien, pediré algo para ti también.
—Te alcanzo.
Jay caminó solo hacia los comedores. No era como una plaza, pero el Hospital disponía de una tienda con una gran variedad de alimentos ya preparados. Se acercó a la barra donde se ordena. Observó los precios en el cartel de la pared.
— ¿Jay? —Lo llamó una voz femenina por detrás. El giró, quedó sorprendido. La señora solo sonrió al comprobar que en verdad era él.
—Señora Mored —Más que un saludo fue como una pregunta de '¿Qué hace usted aquí?'
—¡Dios, niño! Te hacía de quince años —Exclamó la mujer, Mored era una vieja amiga de su madre. No sabía nada de ella en años, desde que se enteró que se había mudado de Corea. Jamás supo el por qué y a donde— ¿Pero qué haces aquí? ¿Sufriste algún accidente?
—Oh no. Acompaño a una amiga, su hermana está enferma.
—Oh— se relajó la mujer— Pensé que te había ocurrido algo, o alguno de tus amigos. Escuché que vinieron de Corea esta semana.
Jay asintió.
—Gina me dijo que fueron a su reunión. Me da gusta que sigan siendo tan unidos.
—A mi igual— respondió tímido. Estaba nervioso y aburrido. Empezó a rascar su nuca en consecuencia de su incomodidad.
—¿Cómo están tus padres?
Jay suspiró ¡Dios! ¿Ahora cómo se la quitaba de encima? Solo faltaba que lo invitara a tomar el té y ponerse a platicar de lo que han hecho en su vida.
—Están bien, mi padre está aquí en Malibú y mi mamá en Corea.
—Escuché que tu padre se juntó con una nueva mujer —Su tono fue desagradable. Como si lo que dijo hubiese sido un delito—. También que tuvo de nuevo hijos.
—Sí. Mis hermanos, Su Jin y Jun Su.
— Y ¿Cómo está tu tío? ¿Sigue viviendo aquí el señor Han?
—Está bien, de hecho vine a pasar las vacaciones con él. Estoy trabajando en su hacienda.
—Siempre fuiste un joven tan trabajador, Jay.
— ¿¡Estoy trabajando en la hacienda de tu tío!? —____ se vio sorprendida. No podía creerlo. Con razón el empleo fue tan rápido para ella. ¡Jay le había mentido! Sus sentidos se mezclaron gravemente. Cuando él giró, solo encontró su cara de asombro, arrepentimiento y pena. Observó a la señora que estaba junto a él. Lo que menos le importó saber era quien era. Salió corriendo hacia la salida del hospital, que por cierto quedaba en el piso de abajo.
—Oye, espérame— Gritó Jay, corriendo tras ella. ____ ya estaba a punto de abrir la puerta de la salida. Jay llegó hasta ella, tomó su brazo y la giró —____ yo...
— ¡Lo sientes! —Interrumpió ella— ¡Lo sé! ¡Yo también lo siento, Jay! Pero eso no quita el hecho de que me mentiste. ¡Eres un idiota! —Finalizó, captó la atención de algunas personas que se encontraban ahí.
—Escúchame... —Pidió él. Ahora la tenía agarrada de los dos brazos. Ella solo se negó—. Por favor, déjame explicarte la razón ___.
— ¿Qué quieres explicarme? ¡No hay nada que explicar!— Repuso ella, su respiración comenzaba a agitarse, al igual que los latidos de su corazón.
—¡Sí, si lo hay, ____! —Espetó Jay—. Solo debes escuchar, déjame hacerlo.
Ella empujó su pecho, haciéndolo para atrás.
—¡No! Vete, no quiero escucharte. ¡Eres un imbécil! No quiero verte, dile a tu tío que renuncio. No quiero nada de un mentiroso como tú. ¿Pensaste qué con decirme la verdad solo querría tu dinero? ¿Por qué debo suponer que eres de una familia ricachona, no? ¿Pensaste que era una perra?
Jay negó. —Yo... yo... —Iba a hablar él, pero ____ lo interrumpió.
—Solo vete, Jay—Pidió ella. Fue el fin para él. Las lágrimas empezaron a desbordarse de los pequeños ojos de ____. La estaba lastimando. Solo quedaba una cosa por hacer. Irse.