7. Silencio

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-¡No sé qué ponerme para este tipo de eventos! Además, no empaqué las suficientes cosas cuando me mudé aquí, ni tengo dinero para comprar algo nuevo así que... ¿este vestido color vino está bien?

Cuando Darcy me invitó a una exposición de arte la semana pasada, la verdad no pensé en el hecho de que no tenía ropa para la ocasión, ni dinero para comprar nueva.

Estoy segura de que ella me ayudaría si pudiese, pero no es el caso. Es más curvilínea y alta que yo, así que lo que sea que ella me preste, me quedaría flotando. Agradezco eso, ya que sería una aprovechada si siguiera aceptando sus favores.

-Ese está perfecto, Kiera. Y si no lo estuviera, ¿Qué más da?- Tiro los brazos al aire. No, Darcy no estaba de mal humor. Ella era justamente así cuando se impacientaba.

En unos cinco minutos estaríamos sobre la hora y yo estaba aquí, aún decidiendo que usar.

-No va gente muy guapa ahí. Así que, a menos que quieras ligar con un cuaretón, no deberías pensarlo mucho.

No quería mortificar más a Darcy, ¡si se seguía preocupando así sus ojos saldrían de sus órbitas! Tan sólo me puse el condenado vestido y salimos, ya que me había maquillado y peinado previamente.

Era la primera vez que salía con motivos de recreación desde que me mudé aquí, era una buena oportunidad para conocer, olvidarme un rato de todo.

-Me sorprende mucho que no invitaras al Señor Misterioso- Rió.

Dios. Desde que descubrió una bufanda que Harry había dejado en mi sofá en una de sus visitas, no ha parado de hablarme sobre él. Insiste en que somos algo, e insiste en que me cuide de él, pues realmente nadie sabe su reputación.

Tenía el aura de un chico que podría engañarte fácilmente y nunca lo descubrirías, según ella. Darcy era una exagerada.

Las cosas con Harry iban...bien. Nos habíamos estado acercando, unos días tomaba café en su casa para el desayuno y algunas tarde iba por mí al trabajo. Todo se está dando de una manera bastante natural y fluida, lo cual aprecio.

He estado un poco más en su casa, visto sus dibujos y los libros. Le gustan los libros antiguos, el misterio, aquellos donde grandes detectives (como Sherlock) resuelven crímenes insólitos.

También le gustaba la fotografía, pero decía que era mejor plasmar las cosas en un lienzo, dejando tu toque personal.

Harry es un chico normal, el cual sólo es juzgado por su apariencia, y porque no es fanático de socializar y salir como todo el mundo.

-Darcy, siento que he hablado de esto un millón de veces.

-Tienes razón- Suspiró -. Hablaremos de esto más adelante, cuando estés escogiendo tu vestido de novia.

El lugar era medianamente elegante, ubicado en el centro de Glastonbury, donde residía la gente con más dinero.

Era muy obvio que yo vivía bastante lejos de ahí.

Las obras eran bastante bonitas y variadas. Según Darcy, todas hechas por talento regional.

Bueno, si los pintores eran misteriosos, con voz ronca, cabello largo y rizado, y pasión por la lectura... me gustaría conocerlos.

-Esta es bastante bonita.

Tras la voz de Darcy centré mi atención a un cuadro grande y con tonalidades azules. Era un lago. Era de noche, un cielo estrellado cubría el paisaje. Frente al lago, que pareciera ser el más pacífico que he visto, se encontraba una casa en llamas.

Turbid Waters → stylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora