Turbid Waters → styles

19. Debí haberlo sabido

Tuve que sentarme para poder tomar aire después de lo que había visto. Madre mía. Alguien había matado a una niña en el edificio en el cual yo había estado viviendo. El pensamiento me puso los pelos de punta, y mi corazón se aceleraba al saber que si seguía ahí... probablemente yo hubiese sido la próxima.

Todo pareció tener sentido entonces. Aquella niña, aunque no ha sido identificada claro está, quizás haya sido la hija del conserje. Eso explicaría su perpetua amargura. Pero de ser así... el asesino tuvo que ser Harry. Esto a su vez, explicaría su enfrentamiento en el cual yo resulté apuñalada. Después de revelar la verdadera identida de Harry, un hombre tosco, agresivo y lleno de secretos en ese departamento suyo, todo apuntaba a que él mató a esa niña.

Pero, ¿Cómo confirmarlo?

—Sería bueno hablar con el conserje del edificio antes— Sugiero.

—¿Qué? ¡No! ¿Y si está involucrado? Dios Kiera, no. Debemos ser lo más discretas posible.

El timbre de la puerta sonó escaleras abajo, llamando nuestra atención. Darcy me informó que iría a abrir, y abandonó la habitación. Yo la seguí de cerca.

Miró por el ojo mágico de su gran puerta, y después volteó a verme a mí, su blanco rostro lucía aún más pálido de lo que ya era —El conserje.

Fruncí el ceño, y a pesar de la confianza que hay entre mi mejor amiga y yo, no le creí hasta que eché un vistazo por mí misma en el ojo mágico de la puerta. En efecto, ahí estaba el conserje, portando su mirada amargada de siempre y su vestimenta de trabajar.

Abrí la puerta en modo vacilante. Podría decir que estaba un poco sorprendido de verme a mí en vez de Darcy, pero lo supo disimular bien.

—Buenos días— Le digo. Por un momento tengo que dejar a un lado la rabia que tengo contra él y el hecho de que casi me quita la vida. Bueno... yo me puse en su camino. De todos modos, él quería matar a alguien, lo cual estaba totalmente mal —. ¿Qué desea?

—Bueno... quisiera hablar con usted y con la señorita Darcy— Podría jurar que este hombre estaba tratando de ser amable conmigo, pero no le salía bien. Quizás ha pasado tanto tiempo siendo amargado que se le olvidó cómo ser cortés —. Y me preguntaba si podía pasar para hacerlo, es un tema serio.

Mis labios se volvieron una fina línea y lo miré con incredulidad. No dejaría que alguien que hizo lo que hizo entrara a esta casa, en la cual yo estoy de invitada.

—Temo que no se podrá. Tendrá que ser en algún lugar público, la discreción puede guardarse en cualquier lugar.

—Pase, señor Styles— Habló una voz detrás de mí, Darcy —. De hecho sí tenemos cosas qué discutir.

Sabiendo muy bien que la dueña de la casa era Darcy y no yo, él le hizo caso, pasando por mi lado al entrar. Todos nos sentamos en los sofás de la sala de estar, expectantes a lo que el otro tenía que decir.

—¿Qué lo trae por aquí, señor?— Darcy le pregunta, tendiéndole una taza de café que mandó a traer. Es una buena anfitriona, no importa quién la visite.

—Tenía un par de cosas qué decirles, especialmente a usted Kiera— Me dice.

—Puede empezar cuando guste— Le informo.

—Supongo que... nunca me disculpé apropiadamente sobre lo sucedido— Se refirió a la vez que me apuñaló. Parpadeé varias veces, ¿se iba a disculpar? —. Y pues quería ofrecer disculpas al respecto— Tienes que estar jodiéndome —. No era mi intención hacerte daño...

—A mí no, pero a alguien más sí— No me atreví a hacer mención al nombre de Harry, aquello saldría como una defensa, y yo no tengo ningún motivo por el cual defender a alguien que trató de asesinarme.