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14. Vete

—No podré acompañarte mucho tiempo, Kiera. Mi hermana me ha pedido que cuide a mis sobrinos, así que...

—Descuida, Darcy— Le digo, metiendo la llave en la cerradura de mi departamento —. Estaré bien. Puedes ir tranquila.

La puerta del frente se abrió, develando a Harry. Mi corazón se aceleró, siendo la primera vez que lo veía después de lo que me pasó, semanas atrás.

Teníamos una conversación pendiente, aunque no lo hubiésemos acordado, y yo lo sabía perfectamente. Darcy me vio, dándome a entender que recordara lo que me había dicho sobre él, que era peligroso y debía alejarme.

—Nos vemos luego, Kiera, Te llamaré en la noche para ver cómo sigues— Me dijo, le dio una mirada a Harry y entonces se devolvió por el pasillo hasta la salida. Dejándome sola con Harry, en un ambiente inmensamente tenso.

—Hola— Le digo.

Él frunce los labios —Hola Kiera. ¿Podemos hablar?

Ya lo sabía.

—Por supuesto.

Él abrió la puerta de su departamento, invitándome a pasar, pero yo me negué. Sé que le molesto, pero sinceramente ahora mismo no me importa. Abrí la puerta de mi departamento, esta vez siendo yo quien lo invite a pasar.

Él lo hace, y yo dejó mi maleta a un lado del sofá. Todo está justo como lo dejé la última vez que estuve aquí.

—¿Cómo te encuentras? ¿Cómo estás de...?

—Estoy mejor, Harry. Estuve grave, y pude haber muerto si no fuese porque me hicieron una transfusión de sangre. Pero pude mejorar bastante y aquí estoy.

—No sabes cuanto lo siento. No debiste haberte puesto en el camino de... ese hombre. Yo debí recibir la puñalada, no tenías la culpa de que nosotros estuviésemos discutiendo...

—¿Discutiendo?— Reí con incredulidad —Ustedes no estaban solo discutiendo. Ustedes querían matarse el uno al otro.

Su silencio confirmó mis palabras.

—¿Podría al menos saber porque quería asesinarte?

—Kiera...

—¡Casi muero, Harry! ¡Yo merezco saber!

—Él es mi padre, ¿vale? Es mi padre. Y mi madre... ella desapareció hace un tiempo. Por eso él es tan amargado, a pesar de vivir en el mismo edificio no tenemos contacto alguno.

—¿Y por qué el querría matarte por eso?

—Podría ser que ella desapareció por mi mal comportamiento. Solía ser un chico rebelde. Quizás se harto de mí, ya sabes. Y prefirió irse que enfrentar las cosas o echarme a mí de la casa. Mi padre me echa la culpa de eso, en base a la misma teoría que te estoy contando ahora mismo. Mi madre desapareció hace más de tres años, justo cumpliéndose los mismos el día que recibiste la puñalada.

No dije nada, esperando a que él siguiera con su relato, el cual parecía tener bastante sentido.

—Iba pasando por las escaleras y él se encontraba en la recepción. Entonces hizo un comentario de mal gusto sobre mi madre, echándome la culpa de manera indirecta por lo que le pasó. El gilipollas es tan cobarde que lo tuvo que decir por decirlo, en vez de hablarme a la cara. Así empezó todo, básicamente.

—Comprendo, y... te creo— Le digo —. Lo que dices tiene sentido.

Fue como si su rostro se iluminara, y una sonrisa fue inevitable para él —¿En serio?

—Sí...— Frunzo el ceño.

—Lo siento, es que... pensé que no me creerías, después de todo lo que sucedió. 

—No creo que tengas motivos para mentirme.

—No los tengo— Lucía como si se lo pensó por un segundo, entonces se incorporó de su asiento, y fue hasta mí, para abrazarme —. Lamento tanto que te haya pasado esto. En serio. Yo debí recibir esa puñalada.

—No fue tu culpa al final del día. Me interpuse porque quise defenderte— Me alejo un poco para poder verlo a los ojos, entonces él mira a mis labios, lame los suyos y se acerca.

Pero yo me alejo.

—Harry, han pasado muchas cosas. Y a pesar de que no ha sido tu culpa lo sucedido, necesito tiempo para mí misma, alejarme y pensar todo. Ha sucedido tanto en mi vida que ni siquiera he tenido tiempo y sentarme a pensar en... tantas cosas.

—¿Me estás diciendo que esto que teníamos se acabó?— Suelta sin rodeos, como a mi me gusta, pero como nunca me ha tocado.

Yo no sé que responder, así que lo miro largo y tendido.

—No he dicho eso.

—¿Entonces a qué te refieres?

—A justamente lo que he dicho. Necesito tiempo. Necesito paz para poder pensar.

Él asiente y entonces se dirige a la puerta. Sin palabras, sin miradas, sin más... se va, cerrando la puerta detrás de él.

Yendo hasta mi habitación, me siento con cuidado en mi cama, tomando en cuenta mi herida. ¿Era esto lo que realmente quería, alejar a Harry de mi vida? ¿O sólo lo hice pues Darcy me lo aconsejó, y tenía miedo de lo que podía pasar si no tomaba ese consejo?

Ahora mismo no lo sabía.

He llegado a pensar que lo mejor sería irme de Glastonbury, o por lo menos de este departamento, y empezar de cero en otro lado. Sí... otra vez. Quizás no tendría encuentros paranormales, ni chicos indescifrables, ni nada por el estilo. Tan sólo quizás. Aunque mi suerte apesta, así que...

De pronto, mi teléfono empieza a vibrar en mi bolsillo. Sacando de ahí, desbloqueo la pantalla, develando que estaba recibiendo una llamada de un número privado.

Frunzo el ceño, ya que eso no suele suceder muy a menudo, y sin más, atiendo.

—¿Aló?

—Miente.

—¿Perdón?

—Miente. Son sólo mentiras... miente.

—¿Quién es?

—Oh, ¿No me crees?— La voz, la cual no podía distinguir, rió sin gracias —Mira en el tanque de tu edificio, tres plantas más arriba de tu departamento.

—Pero...

—¡Hazlo si eres tan valiente! Levantate de donde te encuentras, y ve dentro de ese tanque.

Lo que siguió fue un continuo "beep" indicando que la persona había colgado la llamada.