Instinto |Jeff The Killer| [Book #1] •օղҽ• ✔ #CreepyAwards2019

CAPÍTULO 30-FINAL

Cargó a Janette de nuevo para introducirla en el coche tumbada en los asientos de atrás. Trató de hacerlo con la mayor delicadeza posible a pesar de carecer de tiempo.

No había conducido desde hace algún tiempo. Solía conducir muy rápido y a lo bestia. Pero no era apropiado en ese momento. La rapidez no estaría de más, eso no lo discutía, solo no debo moverla mucho. Llevaba a una chica herida en el asiento de atrás y los golpes podrían provocarle hemorragias internas.

Además, llamaría demasiado la atención si iba a altas velocidades. Para colmo soy era asesino en serie, debía evitar ser el centro de atención a toda costa. Jeffrey era buscado hasta la saciedad, por todas partes y rincones. No quería ofrecerles una bella oportunidad de atraparle tan fácilmente.

Cerró la puerta trasera y abrió la delantera. Montó en el coche y cerró la puerta del conductor. Giró la llave, accionando el mecanismo que ponía en marcha el motor y colocó mis pies en los frenos y en el embrague. Llevó uno de ellos al acelerador y puso el coche en marcha camino al hospital.

Se colocó la capucha, solo por si a caso y se centró en la conducción. Encendió la radio y condujo escuchando las noticias. Ya no hablaban de él, eso era bueno. Sospechoso y ofensivo, pero mejor a fin de cuentas.

Bien era cierto que Jeff The Killer era el asesino más buscado de toda la ciudad. Por otro lado, tampoco se oía nada de Janette. Además de ser civil desaparecida, era prófuga de un centro mental. De un maldito psiquiátrico de mala muerte.

Como sea, no le importa lo que los medios hicieran o dejasen de hacer. Se cansó de escuchar noticias irrelevantes sin sentido alguno, por lo que llevé su mano al cassette. Sorprendido, escuchó la música sin rechistar. Quién iba a imaginar que el memo del conductor iba a escuchar un género tan bueno como el grunge.

Paró la música cuando se acercó al edificio de su destino. Dejó el coche estacionado justo en frente del hospital y exhaló. No había otra opción más que esa.

Bajó del coche, y me dirigió a los asientos traseros con la cabeza gacha. Abrió la puerta para proceder y sacar Janette de allí. Estaba ardiendo. La fiebre le había subido millas en cuestión de nada y estaba muy pálida. Muy, muy pálida.

Ni si quiera cerró la puerta del coche cuando corrió hacia las puertas del hospital con ella en brazos. Entró en el recinto y en seguida los trabajadores se percataron de la emergencia.

—¿Qué le ocurre?

Una enfermeral e preguntó mientras la dejaban en una camilla.

—La han torturado, está grave con fiebre y creo que infección.

Lo cierto es que no tenía ni puta idea de lo que estaba diciendo.

—A emergencias.

Jeff observó como se la llevaban lejos y me tranquilizó. Los médicos se ocuparían de ahora en adelante, estaría sana y bien cuidada.

—Joven, ¿sabe su nombre?

—Janette.

—Apellidos.

Jeff negó con la cabeza. No tenía ni idea. La enfermera apuntó todo lo que le dijo.

—Después necesitaré sus datos. Volveré con noticias de la chica.