CAPÍTULO 10

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Cuando llegó a la entrada del circo abandonado, cesó en su carrera. Jeff pasó a caminar con las manos en los bolsillos de su sudadera, tranquilo y en línea recta, siendo consciente de que Jannette le estaba siguiendo, y contento por ello. Estaba a punto de divertirse de verdad.

La chica no sabía lo que estaba apunto de enfrentarse. Cuando Jeff hablaba de un refugio, no se refería a una casa en mitad del bosque, tampoco a ninguna cabaña o alguna cueva. Se refería a un circo, un inmenso circo de las sombras repleto de edificaciones en ruinas. Un pasaje del terror que únicamente era visible a ciertas horas del día.

Un terrible paisaje de oscuridad, dominado por un payaso tenebroso. Y eso era casi lo peor de todo, no las condiciones deplorables de sus edificios, no la negrura que envolvía el territorio, sino el dueño de todo aquel lugar.

La chica no ocultó su asombro cuando pudo ver las inmensas construcciones oscuras escondidas entre los grandes árboles. Entendía perfectamente que Toby hubiera pasado perfectamente por loco, porque aquel mundo que escondían era una completa ida de olla.

—¿Qué demonios es esto? —cuestionó.

Jeff no la respondería, era algo que le tocaba averiguar por si misma. Él no era como el conejo de Alicia en el país de las maravillas, todo lo contrario, era la reina de corazones que quería llevarse la cabeza de Alicia como premio.

Allí donde el asesino de la sonrisa eterna entraba y caminaba por sus anchas era el lugar con el peor aspecto que Janette había visto en la vida. Era demasiado tenebroso.

Jeffrey la miraba y sentía en su interior un cosquilleo. Las expresiones de Janette no tenían desperdicio, le hacían divertirse como nunca. Y eso que la muchacha aún no había tenido la oportunidad de cruzarse con el amo y señor de aquellas tierras. El asesino de la sonrisa eterna se encontraba impaciente por subir el telón y comenzar la obra.

—Aún te queda por ver.

Se permitió el lujo de advertirla solo para provocar más confusión en ella, esa clase de emociones de las que Jeff disfrutaba de ver reflejadas en su rostro.

Janette no entendía a que se refería el paliducho escuálido; pero lo haría tarde o temprano. Solo tenía que esperar a estar dentro, y una vez lo hiciera, no habría vuelta atrás. Ese olor femenino que portaba llegaría a las fosas nasales del payaso, ese sería su destino inminente.

Tan pronto como Janette puso un pie en aquel trozo de tierra perteneciente al circo abandonado, el aire se hizo más pesado. Jeff se reía en la distancia, mezquino. Observaba lo que estaba apunto de ocurrir con atención, con impaciencia. Todos sabían que el don de esperar no había sido su fuerte jamás.

El olor de Janette se dispersó por todo el recinto, atrayendo al amo y señor del circo de las sombras. El cielo se oscureció a su paso, Janette aún no entendía qué demonios estaba sucediendo, y eso la preocupaba.

Una lluvia de confetti y gas blanco opaco estalló a unos metros de la castaña. Casi se le salió el corazón del susto, aún seguía en estado de alerta por culpa del sobresalto.

Cuando ambos se disiparon, ella fue capaz de distinguir la figura de alguien entre todo ese humo espeso. Fuera quien fuera, era bastante alto y esbelto. La muchacha fue capaz de deducirlo por la forma u el tamaño de su sombra.

Hasta que el confetti y el gas no desaparecieron por completo no fue capaz de identificar al payaso que vestía ropas oscuras.

—¡Vaya vaya, que sorpresa! —exclamó eufórico.

Instinto |Jeff The Killer| [Book #1]  •օղҽ•  ✔ #CreepyAwards2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora