Mi Ángel del Infierno.

CAPÍTULO IX "Lo amaba: Él no queria mi sangre, me queria a mi"

Juan:
Sábado 01 de Noviembre del 2015
Me sentía bien, me sentía libre, me sentía amado, no había nada que no hubiera hecho por defender eso que sentía, realmente era algo mágico fuera de lo común, entonces todo era diferente, desde la perspectiva de ver las cosas y la vida, hasta el nivel de madurez que había alcanzado, él estaba ahí a mi lado, no dejaría que nada ni nadie en el mundo nos separara, por que iba a aferrarme a eso, sabía que no era un sueño y si lo era no abriría mis ojos, mantendría mu copa de exquisito vino en alto, bailando por la noche, danzando a él, yo estaría ahí en todos esos momentos no importaba que tan buenos o malos fueran, no me alejaría.

Todas mis malas ideas, mi forma sádica de ver las cosas, mis pecados y mis malas oraciones eran para él, no había nada mejor, ni siquiera la mejor droga o el mejor whisky, él era mi mejor analgésico al dolor de la vida.

Era un americano dispuesto a darlo todo por él, un vampiro completo, lleno de vida, un arcángel de todos los resucitados, su olor a lavanda fresca, su frescura como roció en el jardín por las mañanas era algo tan excitante...

Podía ver sus ojos todas las noches, jurando amor eterno a mi y a la luna, algunas cosas no parecían tener sentido, pero nadie conocía nada acerca de la vida de un vampiro, tal vez si las personas se hubieran percatado donde me encontraba en realidad, pensarían que solo era uno más de la malvada secta illuminati, no lo se... Nadie se acostumbraría a vivir a lado de un vampiro tan rápido como lo estaba haciendo yo.

Vivíamos una vida lujosa, dentro del mundo de lo irreal, y si la lógica nos decía que eso no podía ser, nos aferrábamos, si, nos aferrábamos hasta morir. Yo aprendí a ser fuerte, a ser fuerte hasta sangrar, nada de nada podía detenerme a partir de ese momento, él era lo mejor que me había pasado en toda mi jodida vida, él era mi religión y la única iglesia en la que me podía postrar, era él, él tenia un toque muy especial para crear nuevos dogmas en sus víctimas, nadie hacia eso, conmigo no lo hizo, pero pronto aprendería.

Un poco de brillo y sudor, después de cazar toda la noche, él llegaba completamente agotado, me gustaba verlo llegar y escucharlo decir que me amaba, me gustaba responderle que yo igual lo amaba, lo amaba más que nada en esa vida, él sonreía, me besaba y se acostaba en nuestra cómoda cama...

[...]

-Que hay con dormir en ataúdes?.- Le pregunte la primera noche que me quede en su habitación.

-Yo prefiero cortinas opacas y camas cómodas y lujosas, nada es como te lo habían contado mi pequeño.- Me dijo, y froto mi cabello...

Nada era como me habían contado

-Y los colmillos?

-Ya no muerdo, ahora prefiero cortar para después tomar ese delicioso néctar que me hace ser quien soy.- Me guiñó el ojo y saco su hermoso anillo.

-Como es que cortas la piel humana?.- Le pregunte.

-Ves este anillo? Esta garra no es una garra, es una navaja muy filosa, abre la piel con un simple pase sobre ella, ya que cortas y la víctima se desangra, sólo te acercas y succionas. Es tan maravilloso.

Eso que me respondió me había dejado boquiabierta, yo anhelaba una garra así en un futuro, tenía esa necesidad asesina dentro de mi, quería sentir lo que él sentía, yo era prácticamente el esposo de un vampiro, entonces debíamos tener un fin común, debíamos guiarnos a lo mismo para que eso funcionara, parecía tarea fácil pero no.

[...]

Domingo 30 de Noviembre del 2014
Había transcurrido un mes ya desde que le había dicho que si dentro de aquella habitación en la cual estaba encerrado, un mes de que había compartido con él toda la casa, aún no habíamos llegado a nada íntimo, creía que para llegar a ese punto primero debía ser como él, debía convertirme, eso sería como el rito de boda, así nos uniríamos para siempre en la eternidad como desde un principio habíamos quedado.

Él realmente había cambiado, se notaba más feliz, y yo, yo era el mortal más afortunado del mundo. Él era un pequeño desastroso, digo pequeño no por edad si no por la estatura, sabía como hacerme reír, había escuchado chistes en esas aldeas que visitaba día con día, me los contaba y verdaderamente moría de risa, las costillas me quedaban dolidas, pero adoraba que me hiciera reír.

Él me enseño varias cosas antes del rito, una vez salí completamente tapado a la ciudad mientras el dormía durante el día, robe unas rosas negras que vendían en una tienda de regalos, compre también una camisa roja y un moño azul, sólo para regalarle algo, después de haber comprado visite el Hotel, ese Hotel que se convertiría en mi segunda casa, salude a la recepcionista gruñona, me atendió amablemente y me felicito, después partí directo hacia la mansión, antes de que despertara, acomode los regalos junto a la cama, tiempo después abrió sus ojos, esos ojos verdes hermosos que conseguían ruborizarme demasiado, vio los regalo y de un brinco se bajó de la cama para abrazarme, me encantaba eso por que dormía sólo con un bóxer muy ajustado, me abrazo y me beso de una manera muy salvaje y excitante a la vez. Esa noche me llevo a cazar en la Ciudad, vi como una familia completa murió en sus brazos, pero ya no sentía nada, no me sentía conmovido, o con tristeza, o coraje, nada de eso, parecía como si no tuviera sentimientos hacia nadie más, y creo que así era, no importaba, no me sentía confundido y cada noche que lo veía hacer eso sentía que lo amaba cada vez más.

[...]

Viernes 05 de Diciembre del 2014
Nuestra relación crecía día con día, era algo de lo que todo el mundo debiera saber, entonces unas semanas después la Ciudad entera ya sabía que el Príncipe tenía un nuevo acompañante... Aún sin ser nada más que su novio, yo estaba con él en todo momento, y sabía que si de matar a alguien se trataba, yo le ayudaría a eliminar todas las evidencias.

Tenía miedo de fallarle, tenía miedo de perderlo, no dejaba de pensar en que sucedería el día que alguien lo encontrara y lo matara. Algunos días lo vi algo inquieto, parecía como si no fuera él...

-Cariño... Todo esta bien.- Le dije.

-Claro bebe sólo que... Hace unos días, cuando asesinaba a un delincuente sin sentido me puse a pensar en algo... -Me respondió un poco confundido, sus ojos se veían tristes y llorosos.

-Que mi amor? Que pensaste?

-Yo también soy un delincuente, un asesino en serie, el más buscado de todos lo tiempos desde hace 150 años, ahora tengo al hombre más increíble de todos los mortales, incluso del mundo, a mi lado. No me gustaría que algo te sucediera por mi culpa, mis acciones no en correctas, ya no quiero seguir haciendo esto...

Su voz irradiaba tanta rabia contra él mismo que era como si no estuviera con El Príncipe, era como si hablara más bien con cualquier estúpida persona deprimente, pero él no era así, yo sabía que no, no dejaría que por mi culpa el se sintiera así, yo sólo quería verlo bien...

-No digas eso! Si acepte estar contigo es porque realmente se lo que siento hacia ti, se que te quiero y te amo tal cual eres, sin importar nada, tu me dijiste que te mostrara el amor y bueno... Eso hace el verdadero amor, estar aquí en las buenas y aguantar en las malas, no quiero detenerte, nada me pasara estando aquí, nadie me hará daño estando contigo. Entiende! Si te pasa algo, también me pasa a mi, yo soy tu otra mitad por completo, no te dejare morir, de eso vives, te entiendo, me gusta lo que haces y la forma en la que lo haces, no hay nada más bello que tu. Te amo! Y te podría dar toda mi sangre para que bebas de ella y así darte vida, sólo si me dejarás...

-No! No digas eso! No dejare que me des tu sangre, claro que no, yo quiero estar contigo también, ahora me has hecho sentir seguro conmigo mismo, y contigo. También te amo y no te arrebatare la sangre para yo poder tener otros muchos años de vida. No! Sólo quiero que sepas que aunque seas mortal, aunque tu olor sea delicioso, aunque mis colmillos quieran morder tu cuello, no te matare, porque TU ERES MI VIDA AHORA, por eso, sólo por eso, no quiero tu sangre, te quiero a ti. Te quiero a ti por siempre y para siempre...