CAPÍTULO XVIII "Tras los muros del Hotel Rubí: El secreto revelado"

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PARTE I

Alexander:
Madrugada Lunes 09 de Febrero del 2015
Danion estaba dispuesto a derrotarnos, de una u otra forma... Después de que me amenazo con su cuchilla en mi garganta me revelo algo, no sabía que tan falsas o verdaderas eran sus palabras pero me habían dejado dudando una vez más, definitivamente Juan y yo ya no podíamos regresar a la casona, ni siquiera al hotel, pero nos arriesgamos, nos dirigimos al Hotel, Danion ya no estaría ahí, o eso nos suponíamos...

Entramos por una de las puertas traseras, las entradas principales estaban bloqueadas por la misma gente del pueblo, era extraño ya que cuando salimos de ahí y Danion nos persiguió no había absolutamente nadie, pero ahora era como si esa criatura hubiera advertido a todos que yo había escapado de sus manos.

Aquella puerta trasera por donde ingresamos al Hotel nos llevaba directo a recepción, al llegar ahí vigilamos que no hubiera nadie, llegamos sigilosamente al ascensor que por suerte y funcionaba, subimos directo a la habitación donde Juan estaba por vez primera cuando llego aquí, habitación 64, llegamos a esa puerta de madera, Juan aún tenía su llave, abrimos con cautela y todo estaba exactamente igual a la última noche que él estuvo ahí, o al menos eso me dijo, cerramos la habitación con todos los seguros posibles, las ventanas o cualquier tipo de ventilación, nos acostamos un rato en la cama, esa cama tan cómoda que daban ganas de quedarse ahí por toda la eternidad, abrace a Juan entre mis brazos, él parecía estar en un shock terrible desde que sucedió lo de Danion, lo veía espantado, nunca, ni el los meses en los que lo había cuidado sin que él supiera lo había visto de esa manera, él era un hombre muy feliz, todo a su alrededor giraba a su favor, parecía no tener problemas pero de pronto llegue yo y lo arruine todo, arruine su vida y eso me remordía, recosté mi cabeza en la suya mientras él se quedo dormido, unas cuantas lágrimas brotaron de mis ojos, yo había arruinado su vida, realmente lo había hecho, pero nunca había visto a alguien sufrir por amor, yo solo intente llegar a él para mejorarlo, no lo quería ver mal pero no lo logre, la rabia me recorría todo el cuerpo, absurdamente me estaba destrozando, me llenaba de suposiciones, él realmente era lo mejor que había tenido en mi jodida vida y nunca había amado a nadie así como lo amaba a él, pero lo arruine, pude haber dejado que él fuera feliz con otros chicos, esos que juegan por las tardes en las canchas de basketball, esos que estudiaban en su Universidad Mercadotecnia, esos que eran modelos en busca de mucho dinero y fama sin importan nada, esos que van al gym todas las tardes, esos que andan con varios a la vez, hubiera preferido que él anduviera con quien él creyera ser feliz, que sufriera y aprendiera de esas lecciones pero que su vida siguiera bien, y no con una bestia como yo un monstruo en conflicto y guerra que ponía en riesgo su vida, su vida que también era la mía.

Lo abrace más de lo normal y su cabeza ya estaba mojada con mis lágrimas, él se despertó y con su linda voz me pregunto...

-Que tienes amor?

-Nada mi niño, es sólo que... Perdón por todo esto, yo no quería hacerte daño.

Me levanté de la cama, entonces sentí sus brazos, estaban en mi cintura mientras su barbilla tocaba mi hombro derecho.

-Tranquilo pequeño, nada de esto ha sido un error, todo estará bien yo estaré aquí siempre en todo momento y te protegeré a pesar de todo...

Me volteo y un gran beso toco mis labios...

De pronto algo interrumpió nuestro momento, se escucharon ruidos rasgando el techo de la habitación, y un grito inundando todo él lugar, abrace a Juan y ahora yo le repetí que todo estaría bien. Algo por fuera comenzaba a golpear las puertas de las habitaciones intentando abrirlas, me acerque a la puerta, mi sentido auditivo era muy agudo, podía escuchar respiros muy graves, y uno que otro gruñido que daba temor a todo el que escuchará, me asome por la parte de abajo de la puerta, por esa rendija que estaba ahí, esta criatura golpeó la puerta de la habitación donde estábamos, pero la golpeo como golpeaba todas las anteriores, al mirar por debajo pude observar unos pies pero no humanos, parecían deformes, sólo tenían cuatro dedos, y la sombra que se reflejaba podía reflejar a una bestia, una que tal vez habitaba en mi Hotel pero que yo ni siquiera conocí.

Mi Ángel del Infierno.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora