A mí ex mejor amiga:

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Bueno comencemos.
¿Me recuerdas? ¿Recuerdas cuando hablábamos por horas? Parecía ayer cuando nos dedicábamos frases, canciones, tiempo.
Me resulta tan poco creíble el hecho de que ya no nos hablamos; de que ya no perdemos tiempo pensando en la otra; de que ya no gastamos nuestros saldos hablando.
Sonrío inevitablemente al recordar nuestros primeros mensajes, nuestras primeras conversaciones de millones que vendrían.
Es imposible olvidar lo inefable que fue el momento en el que nos empezamos a considerar "mejores amigas"
Tú me confiaste todo, tus mayores orgullos, tus mayores penas, tus defectos y virtudes, todos tus logros y todas tus derrotas, tus secretos, tú todo, con consideración de detalle al hacerlo. Yo, te confié absolutamente lo mismo, y me arriesgaría a decir que un poco más.
Nos cegó el hecho de que no podíamos vernos seguido, porque estábamos en distintas secundarias, y oye, lo seguimos estando.
Al estar ciegas dejamos de hablarnos tan seguido, que con el tiempo, directamente dejamos de hablar.
Un día llamaste, me dijiste que querías hablarme, yo me ilusioné y al preguntarte qué querías, me dijiste sin pena ni gloria "No podemos seguir siendo mejores amigas"
Entonces corté y dejé de hablarte, no quería problemas, ni quería desesperarme. Hasta hoy en día sigo creyendo que hice bien.
Al principio te extrañé mucho, pues, eras como mi hermana. Pero con el tiempo, comprendí que era obsoleto.
No sé si te pasó lo mismo, ni sé tampoco si al recordar nuestras conversaciones, sonríes al igual que yo lo hago, no sé.
Pero eso sí, debo darte las gracias, por darme los mejores años, de risa, de llanto, los mejores años que seguramente, no podré igualar nunca. Gracias.
Ahora tengo una mejor amiga nueva, tengo que aceptarlo, pero no por querer remplazarte, sino porque el destino lo quiso así.
De nuevo, gracias por todos esos mensajes absurdos, que sacaban de mí sonrisas absurdas.

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Aquí les dejo una de las cartas que más me han emocionado , espero que a ustedes les cause lo mismo. Saludos

Cartas Que Nunca EntregaréDonde viven las historias. Descúbrelo ahora