Capítulo cuarto Algo no anda bien.
Esta ciudad tan desconocida para mi parece mucho más bonita cuando no estás solo, es difícil apreciar el encanto de Maracay cuando no sabes ni donde estas parado, pero con Alma, con ella todo es distinto, yo era como un turista finamente atendido por la más hermosa guía que podría soñar.
Fui feliz estando con ella pero lo fui aún más cuando por fin llegamos. Nos tomó casi una hora atravesar la ciudad y me inquietó porque Alma habría querido verme tan a lo lejos. Decidí no mencionarlo, todo en ella era tan misterioso, tan excitante, el descubrir que esconde pudo haber significado la más grande de las aventuras o el mayor de los suspensos.
"Recién la conoces Bruno" nunca nada me sonó más falso, admito que hasta hoy la veía face to face pero los tres meses once días y aproximadamente 4 horas que tenía hablándole, descubriéndola, hacían que se sintiese como si se tratara de alguien que conozco de toda la vida.
- Me muero de vergüenza, usualmente no me quedo en otras casas, y no me gusta incomodar Alma ¿Y si consigo un hotel o algo?- le dije una vez que nos bajamos del vehículo
- Si así lo hicieras, me sentiría profundamente ofendida, además ¿No te parece way que vas a conocer a mi hermano? Seguro se van a caer bien y tiene que ser por que dormiras con él Lo tengo todo cubierto. Bueno casi, me dijo.
- ¿Casi? - pregunté
- Es que existe cierta regla que olvidé mencionar sobre avisar antes de llevar a alguien a casa, y púes ya se hizo de noche y así lo pidiera ahora no creo que mi abuela sea tan condescendiente, a menos que.... - comenzó a decir, luego simplemente se quedó pensándolo con una mirada perdida
- Alma comienzas a asustarme ¿A menos que, qué? - dije en un notable intento de no colapsar.
- A menos que llame a alguien, tengo un plan pero necesito de tu brillante actuación - comenzó a contar ella con esa mirada pícara que ya había visto hoy dos veces.
- Mientras que no tenga que matar a nadie ni beber gaseosas, todo estará bien- lo dije en un intento de convencerme a mí mismo de que lo estará.
- Perfecto, fíjate, yo no puedo llevar "amigos" a esta hora de la noche, y menos sin previo aviso, pero mi hermano, Jacobsen Sí. Solo déjame llamarle.
Por eso quería que nos llevasemos bien, pensé.
Ella cogió su móvil y marcó un número que sabía de memoria y luego de tres tonos comenzó a hablar:
Necesito de tu ayuda
...
Sucede que aquel chico del que te estaba hablando el otro día ¿lo recuerdas?
...
Bueno, el está aquí, conmigo y en este momento necesito que entre a la casa sin problemas, para eso tienes que decir que es tu amigo. ¿Está bien?
...
¿En cuánto tiempo puedes venir?
...
Perfecto.
Colgó.
- Bruno, esto es lo que haremos, mientras estemos en mi casa, tú no me conoces ¿Entiendes? Puede que ya luego nos presenten y hagamos como los nuevos y mejores amigos, pero mientras, dos desconocidos. Tú esta noche serás uno de los amigos de Jac y nada más - Explicó Alma con ligereza y mucha coherencia.
La verdad es que el planteamiento se me hacía muy irónico ya que de verdad y en el mas literal sentido, si la conocía desde hoy, pero dentro de ciertos paradigmas.
ESTÁS LEYENDO
Historias Conectadas
Teen FictionEn medio de un grupo de Whatsapp nacerá el amor entre Alma y Bruno, dos jóvenes con ideales de rebeldía y desprecio por la sociedad que deberán enfrentar el rigor de la vida adolescente junto a Jacobsen, Edu y Mia. No hay suficientes lágrimas para...