Capítulo vigésimo Sin AsuntoCapítulo especial
Un día que sus maestros habían dado libre a Bruno, con el que ahora eran especialmente condescendientes, este vio un mensaje en su bandeja de entrada que si no fuera porque la terapia ya habría hecho el suficiente efecto como para que pudiera asimilarlo le habría dejado muy mal.
Era 22 de febrero y Bruno no se había preocupado por cosas como revisar su correo electrónico en semanas pero que lamento no haberlo visto en el mismo instante en que fue enviado. El texto de ese mensaje de correo electrónico dice tal cual se ve aquí:
Fecha: de 19 Enero del 2014; 22:16 horas
Asunto: En Blanco.
Querido Bruno, Dios, pero que patético empecé.
Hola, Saranghae. Soy yo de nuevo, admitiendo que 1.) Me ha costado mucho hablarte porque soy una tonta y que 2.) Me arrepiento de no haberlo hecho antes.
Y siguiendo en esa onda de admitir tengo que admitir muchas cosas, una de ellas es que en los últimos días no he hecho cosas muy buenas, quería alejarme de todo, no solo de ti, de todo, de todos, porque lo único que saben hacer las personas es reírse de los demás o sentir pena por ellos y yo no quería ambas. Quiero que me disculpes por no haber sido totalmente sincera y no es que busque excusarme por que se que de verdad te hice daño y eso es irreparable, hice todo lo que hice porque soy una mala persona, soy cobarde, lo que vuelve débil y mi debilidad hace que obre mal y eso es lo que me califica como mala persona y por tanto hace que me parezca a lo que más odio, a él. Y luego llegas tú, la persona más buena que he conocido tratándome de Ángel cuando tú más que merecer el cielo deberías ir derechito al Empíreo mismo.
Te perdono, si es que hay algo que tenga que perdonarte y así mismo te pido perdón.
Perdón por cada cortada egoísta, por que no pude poner por encima la felicidad que tú me dabas de ese dolor añejo que no supe ayudar a sanar.
Perdón por no haber estado contigo en Año Nuevo como prometí, por el distanciamiento y por no responder tus llamadas y mensajes.
Perdón por no haber dicho que soy Bisexual a tiempo y más aun por haber cedido así de fácil a un impulso, un tentador juego que presenciaste.
Perdón por alejarme cuando más nos necesitamos
Perdón por escribirte esto tan golpeado e incoherente, siempre fui pésima escribiendo aunque ame leer soy incapaz de escribir algo sin que suene a vendedor ambulante con su labia barata.
Eres por mucho lo mejor que me ha pasado, lo supe desde aquel día en el centro comercial cuando llegaste buscando un Alma de apariencia distinta y entonces llego yo, pero eso no te importó, lo tuyo no era cuestión de físico, ese mismo primer día te quedas a dormir en mi casa y yo no dejaba de pensar que te tenía tan cerca, confieso que hice una visita fugas a la habitación de Jacobsen solo para verte dormir. Es raro lo sé, lo que no se es porque te lo digo en este mensaje, si lo que realmente viene al caso es que sepas que entenderé si ya no quieres estar conmigo, sé que me he escondido desde el primer momento que hablamos por whatsapp y desde entonces no has hecho más que descubrir los lados más oscuros de mi alma ero te prometo que no hay mas, ya has visto todo lo malo y bueno que puedo ser, soy como soy y lo que soy es lo que ves, no hay más secretos ni ocultismo. Ahora eres tu quien decides si me quieres así como soy o si la decepción que de seguro has de tener es demasiado grande, demasiado pesado y demasiado mortal.
He decidido después de semanas de encierro ir mañana a una reunión pequeña en casa de Julio, el chico que trae un arete en su nariz, es en el mismo sitio donde fuimos con Jacobsen, en el centro, si lees este mensaje a tiempo ¿me preguntaba si querrías venir? tal vez no lo leas, y es mi culpa por no haberte avisado de otra forma pero dejémosle eso al destino, de cualquier modo te estaré esperando, siempre.
Con mucho cariño, Alma.
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Historias Conectadas
Teen FictionEn medio de un grupo de Whatsapp nacerá el amor entre Alma y Bruno, dos jóvenes con ideales de rebeldía y desprecio por la sociedad que deberán enfrentar el rigor de la vida adolescente junto a Jacobsen, Edu y Mia. No hay suficientes lágrimas para...