Capitulo trigesimo septimo
- Eres un maldito imbecil- le gritó Jacobsen.
Yo ni sabía que sentir, por un lado estaba furioso ante su confesión, pero por el otro seguía aterrado por que aún estabamos atrapados a su voluntad y acababamos de escuchar de lo que era capaz. Sentía temor por mi y por Jac ante la posibilidad de que alguno de los dos o ambos pudiese salir mal librado de esta. Y se que he disimulado antes, pero en el fondo yo no tengo ni un parecido al valor que si tiene Jacobsen o tenía Alma. Yo no supe que hacer aquel dia cuando las aguilas negras nos emboscaron, de no haber sido por Jac todas estas veces seguramente no podría contarles esto, pero este dia no era igual que entonces, veo a Jac impotente, confundido y se que en el fondo y a pesar de toda esa rabia el tambien estaba asustado.
- No tiene ningun sentido lo que estas haciendo, no te hemos hecho nada. Dejanos ir y no diremos nada a la policia- le dije
Se rió.
-Claro que no, he tardado mucho en dar con ustedes y no desperdiciare la oportunidad.
-No claro que no, aqui acabara todo- Habló por lo bajo Jacobsen, no se si para el o más bien, para mi.
Estaba consternado, Alma habia sido realmente una victima, y tambien me odiaba. Me odiaba por no haberlo sabido antes; todo el mundo pensó que fué un suicidio, hubo quienes la consideraron una cobarde, debí haberlo sabido, siempre que pensaba en el tema llegaba la pregunta mas contradictoria ¿Por que lo haría? Y me aterraba que llegara a descubrir que habia sido por mi, por eso entré en negación y caí en un schock emocional, pero no, ella nunca estuvo dispuesta a quitarse la vida, yo lo sabía, o sabía que me lo habría dicho, habría encontrado la manera. Nunca había odiado tanto a alguien como a la persona que estaba a mi frente ahora, este ser enfermo y miserable que se lo vivía buscando excusas absurdas para hacer daño. El dolor me abrumaba, a ambos estoy seguro, no se desde hace cuanto estaba llorando, si tan solo hubiese visto ese mensaje en el correo a tiempo, algo pude haber hecho. La extraño en un nivel proporcional al que lo odio a él.
El temor que me invadía solo era comparable al que sentía al despertar de la pesadilla sobre el puente colgando que terminaba con mi caida hacia una inminente muerte, creo que es el mismo temor a morir un tipo muy especial de miedo, por el se han hecho los mas maravillosos y tambien los mas horrorizantes actos en el mundo, por miedo se construyen fuertes y murallas, por miedo se llenan las iglesias y por miedo crecen las dictaduras, y en mi caso, por miedo hice lo que hice y peor aún, deje de hacer lo que debí haber hecho.
- Aqui acabará todo - había dicho Jacobsen, pero ¿A que se refería? ¿Sería el fin de todo, para todos? Mi temor seguía en auge. Mientras, el compás del ir y venir de los pasos del ironicámente agente de seguridad, recalcaban el ambiente de sosobra.Algo en mi se aferraba a la esperanza de esa ultima llamada que hice a mi madre, bien pudo intuir algo en mis palabras, yo lo sabia, pero ¿Cuanto tiempo tardaría en ponerse sobreaviso?
Un contenedor mal ubicado me chispoteó algo de esperanza: si era lo suficientemente rapido para correr y hecharlo sobre él tendria, entre otras probabilidades, la posibilidad de hacerle daño o cuando menos tener una division entre él y nosotros que nos diera tiempo para escapar.
La idea me pareció cuando menos no tan absurda, pero nada pude hacer cuando el comandante Martinez sacó un arma del viejo bolso acuerado. ¡No tenía ninguna posibilidad contra un arma! Al menor movimiento sería el fin.
Ya habiamos visto a ese hombre empuñar un arma aquel dia hace tanto tiempo en el granero. Pero las circunstancias fueron muy distintas.
Era una historia aberrante, casí increible el pensar que este señor estaba dispuesto a matarnos solo por el enojo que le habria provocado aquella acusacion que muy cierta que era. El enojo es un arma terrible, a el se le atribuyen tantas atrocidades cuando es desmedido; peor aún, el cólera cuando no tiene justificacion es un claro vestigio de demencia. Y ante un Demente habiamos de estar.
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Historias Conectadas
TeenfikceEn medio de un grupo de Whatsapp nacerá el amor entre Alma y Bruno, dos jóvenes con ideales de rebeldía y desprecio por la sociedad que deberán enfrentar el rigor de la vida adolescente junto a Jacobsen, Edu y Mia. No hay suficientes lágrimas para...