Untitled XXXIX

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07.11.2015

No me digas que lo sientes.
Lo inquebrable se quiebra aún en más pedazos, y ahora soy incapaz de encontrar los trozos de corazón explosionado.
Una explosión de tal medida que puso en alerta todos los sentidos e hizo alzar las banderas.
Como un incendio en pleno momento, que arde con llamaradas de diez metros, ahogando a aquellos que lo intentan erradicar con el humo de los llantos.
Tal desastre, como una ciudad después de la guerra, con olor a catástrofe y marcas de balas.
Me dejaste desnuda frente al frío invierno, que llega llevándose el calor de un alma a la que su madre besaba las heridas.
Un ángel al que su abuela le acariciaba las alas y le susurraba al oído que nunca tenía que decaer.
Me convertiste en ceniza que después soplaste ante el riesgo de quererme otra vez.
Tus palabras me desgarraron las entrañas, y tus miradas me calaron hasta los huesos.

Eres, fuiste y serás mi historia que es historia.

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