09.10.2015
Cuando te veo dormir pienso,
que toda persona merece
aunque sea por un segundo,
observar la calma que desprendes.
Verte dormir es entonces,
el alegato que justifica la paz
que esconden cada uno de tus bostezos.
Podría pasarme el día observándote,
pues no hay sonrisa en el mundo
que ilumine mis días tanto como la tuya.
Ahora que se acercan las frías noches de otoño,
imagino constantemente tus calientes manos
acariciando mi piel al mismo tiempo que curan,
todas y cada una de mis heridas.
Que no daría yo,
por ver cada día esos ojos verdes
que alejan mis pesadillas,
y me erizan la piel.
Cuando la cosa trata de ti,
no imagino tal final
que el de volver a empezar;
te quiero, y te quiero
de nuevo,
en todos mis días
y sus largas noches.
Prometo que cada día,
será 14 de febrero,
con la misma ilusión
que Nochebuena,
y sentirás el mismo calor
que en la verbena de San Juan.
Te he querido, y sabiéndolo,
lo he intentado de mil formas;
de lado,
arriba,
abajo,
de frente y a escondidas,
pero he descubierto
que donde mejor me quedas,
es dentro.
Estás hecho a mi medida,
así que déjame decirte
que las sonrisas,
son más bonitas
si eres tú,
y de cerca
el propietario.
Ojalá algún día,
puedas verte con mis ojos
entonces entenderás,
todo lo que te escribo.
Es en tus pecas,
donde me pierdo
y en tus brazos,
donde siento
seguridad.
Porque eres el "nada"
y el "todo",
eres mi tiempo,
que baila al son de tus latidos.
Eres mi inspiración,
y sin ti esto,
no habría sido escrito.
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Untitled
RandomNo son cuentos. No son historias. Son pensamientos y sentimientos derivados de cada una de las experiencias y momentos de mi día a día.