03.12.2014
Cuando por fin consigo deshacerme de tus recuerdos, apareces para nuevamente hacer que me ahogue en ellos.
Y la verdad, me costó lo mío, pero nunca lo conseguí del todo.
Digamos que lo que tuvimos es algo complicado, bonito y extremadamente difícil de olvidar.
Empezamos como cualquier pareja ilusionada, queriéndonos comer a todas horas, deseándo olernos y tocarnos.
No fuimos como esas típicas parejas, a las que el tiempo les apaga el deseo y la relación se vuelve una rutina.
Sabías cómo sorprenderme cada día, cómo ilusionarme, cómo hacer que mis ojos abarcaran tu presencia, evitando que pudiesen despegarse de esa contemplación a tus labios.
Me manejabas, me amabas, me seducías, me besabas, me apreciabas y me rompías como nadie más sabrá hacerlo jamás.
Eras como un sueño del que no quería despertar.
Eras especial.
Eras cariñoso.
Eras atento.
Eras eso que todos buscan, mi más preciado tesoro, mi perfección y perdición.
Pero como bien he dicho, eras.¿Las cosas cambian sabes? Aunque pensándolo bien, cómo no lo vas a saber. Pasaste de sueño a pesadilla, de blanco a negro, de calor a frío, de día a noche.
Algo oscuro salió de ti, inevitable y rápidamente. Sin darte cuenta provocaste en mi una reacción paradójica. ¿Como una persona puede amar y elegir infinidad de veces una situación que le causa dolor?
Pues no tengo respuesta. No sé qué hiciste en mi. Te elegiría por encima de cualquier cosa. Y aunque me apuñalasen y el arma del delito estuviese en tus ensangrentadas manos, te segiría escogiendo a ti.Un ángel, perdídamente enamorada del mismísimo diablo.
ESTÁS LEYENDO
Untitled
RandomNo son cuentos. No son historias. Son pensamientos y sentimientos derivados de cada una de las experiencias y momentos de mi día a día.