Capítulo 43: Separación

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De entre los arbustos vi a Roberto. Estaba ya equipado con el traje de O.L.C.C.E.D, y llevaba su equipo armamentístico.

-¿Qué haces aquí?-

-¿No es obvio? ¡Esperaros! Tardáis que un que un abuelito como repartidor de pizzas-a veces me costaba entender dónde estaba el chiste.

-Ajá-respondí... no muy segura de lo que debía responder a eso-. ¿Y tú dónde habías estado? ¿Qué era ese "algo importante"?-hice las comillas con los dedos y reproduje textualmente las palabras que Amos usó para referirse a la razón de la ausencia de el que tendría que ser mi tutor y supervisor.

-Oh, pues estaba apostando con el jefe de este cuartel, de nombre Adolfo y de apellido de la Torre, que la nueva jinete de dragón tenía más de 18 años, mientras él apostaba que tenía menos de 18. Obviamente gané-puse mi mejor cara de: ¿en serio? ¿tú, el adulto, haces esa clase de chiquilladas?, junto con mi mezcla de reproche para recalcarle que no me gustaba que apostaran con mi edad, ¡era perfectamente consciente de que parecía mucho más pequeña de lo que era, ni falta que hacía que me lo recordara cada 5 minutos!

-Me parece muy injusto ya que tú ya sabías mi edad. Y tu apuesta explica el genuino look que lucía hoy es señor de la Torre-di un bufido y me apoyé en la barriga de Shizoru, que estaba a varios grados más que su cuerpo y que subía y bajaba al compás de su respiración, eral realmente relajante.

-Vamos, no te enfades, ¿no me digas que no estaba divertido como iba vestido?-dio varias carcajadas sujetándose la barriga y reclinándose hacia adelante-, no, lo mejor era su forma de actuar-ahora se tuvo que apoyar en un árbol para no desplomarse en el suelo mientras reía, yo me limité a rodar los ojos-. Fue muy divertida la cara que se le quedó cuando-paró unos segundos por otra pequeña risita y se limpió el sudor de la frente de tanto reír-cuando le dije lo que tenía que hacer, sobre todo porque él es un hombre muy serio.

-Definitivamente no es esa la imagen que da al apostar con un crío tramposo como tú-me paré unos segundos y decidí que era hora de vengarme de sus burlas por mi aparente edad-. Y la verdad es que prefiero que me confundan con una edad menor a la mía a que me digan cuarentón teniendo treinta años-inmediatamente se sintió identificado y pude ver con satisfacción como exageraba de una forma demasiado femenina que le había ofendido, básicamente abrió la boca con cara de sorpresa y se puso una mano en el pecho, para posteriormente dar media vuelta con una mueca de reproche.

Ahora reía yo.

Hablamos de muchas otras tonterías mientras esperábamos, él no era alguien que pudiese mantener una conversación seria durante mucho tiempo sin arruinarla con algún chiste o broma fuera de lugar o de contexto, o simplemente que hiciera que te quedaras con la mayor cara de WTF posible, después de todo, dejarte con esa cara parecía ser su talento innato.

A la llegada de Amos nos dividimos, yo subí sobre Shizoru y comencé la búsqueda de los dragones con vista de halcón, mientras Roberto me acompañaba con su mini-nano-helicóptero que recorría otra zona, y si encontraba dragones simplemente me avisaría. Amos se quedó un rato más escuchando un larguísimo discurso por parte de los agentes anti-O.E.C.E.D sobre las prioridades de la misión y bueno, mejor no pararnos en ello, solo con ver como la cara de Amos se enrojecía de vez en cuando con furia pude saber que como de costumbre le estaban tratando como a un ser inferior y totalmente imbécil.

-He encontrado otro grupo cerca del riachuelo de antes, parece que hoy tienen bastante sed-le comenté a Roberto mientras miraba sobre la espalda de Shizoru el grupo de seis dragones blancos que se refrescaban con la fresca agua del riachuelo, estábamos a una altura considerable como para ponerse una chaqueta, aunque el traje nuevo suple esto con una calefacción que tiene incluida en su sistema. Shizoru flotaba con mucho control en un puto fijo justo sobre la zona donde los dragones se encontraban, probablemente analizando el descenso más aconsejable en una zona tan boscosa como en la que nos encontrábamos.

La Amiga del DragónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora