Álvaro
Entré en el palacio y Teresa, una de las criadas, vino a recibirme.
- Buenos días, ¿puedo ayudarle en algo? - Me preguntó con una voz melancólica.
- Sí, he... He venido a ver a Abril, ¿podría decírle que estoy aquí?
Asintió y subió las escaleras. Al cabo de un rato vi bajar a Abril con los ojos llorosos y las lágrimas aún en sus mejillas. En cuanto la vi no pude evitar correr hacia ella. La abracé y le di un beso en la frente.
- Me he enterado, seguro que está sana y salva, no te preocupes - le dije en un intento de tranquilizarla. La miré y le sequé las lágrimas con una mano mientras le sonreía.
- Ha sido todo culpa mía - dijo agachando la cabeza.
- No, no ha sido culpa tuya.
- Sí, si no me hubiese ido aún estaría aquí - dijo antes de llorar.
La abracé más fuerte y cogí su cara entre mis manos con delicadeza, e hice que me mirara.
- Mírame... - Le dije con un tono suave - No ha sido culpa tuya, ¿de acuerdo?
Suspiró.
- Oye, ¿qué te parece si damos un paseo juntos por el pueblo? - Pregunté al ver que no decía nada.
- Está bien... Me vendrá bien tomar el aire.
Le tendí mi brazo con una sonrisa y lo aceptó.
(...)
Entramos en una taberna y nos sentamos en la mesa más próxima a las ventanas. Le ofrecí una silla y cuando se sentó me senté en la de enfrente.
- ¿Te apetece comer algo? - Le pregunté cogiendo sus manos entre las mías.
- No, gracias.
- ¿Y algo de beber?
- Quizás un vaso de agua.
Asentí sonriente y llamé al camarero, que en seguida me atendió. Pedí el agua y la trajo en un minuto. Abril le dio un trago mientras la miraba. Ella me miró con una mueca.
- ¿Ocurre algo? - Su voz hizo que reaccionase.
- No es nada... Bueno... Es que...
- ¿Qué pasa?
- Yo... - La miré sonrojado.
- ¿Sí?
- ¡Abril! ¡No me lo puedo creer!
- ¡Thomas! ¡Cuánto tiempo! - Abril alzó la vista hacia el extraño y sonrió.
- Lo mismo digo. ¡Estás hermosa! - Cogió sus manos y Abril se sonrojó.
Mis mejillas cojieron calor rápidamente y noté que me tensaba.
- Ejem... - Carraspeé e inmediatamente Abril me miró con una sonrisa.
- ¡Oh! Lo siento... Thomas, este es Álvaro.
- ¿Es tu pareja? - sonrió. Vi a Abril sonrojarse al igual que yo.
- No, no... Somos amigos - respondimos al unísono y nos reímos.
- Encantado, Álvaro - me extrechó la mano y me levanté para aceptarla. Cuando le solté la mano me miró y luego miró a Abril -. Me he enterado de lo de Aurora. No te preocupes, estoy seguro de que está sana y salva.
- Yo... Lo siento Thomas, pero...
- No, tranquila... Lo siento yo... No volveré a mencionar ese asunto. Disculpa -. La interrumpió.
Asintió, y al ver la expresión de mi cara me cogió la mano.
- Fue un placer volver a verte de nuevo Thomas. Pero ahora tenemos que irnos.
- Claro... Nos veremos en otro momento - le guiñó un ojo. Lo que hizo que mi mandíbula se tensase.
- Por supuesto... - Sonrió.
- ¡Ah! Y... Para mí también fue un placer verte de nuevo -. La miró detenidamente a los ojos y luego me miró a mí -. Encantado de conocerte, de nuevo.
- Lo mismo digo -. Respondí intentando forzar una sonrisa.
Comenzamos a caminar hacia la puerta y la abrí. Le cedí el paso a Abril y la cerré detrás de mí. Ella me miró con cierta curiosidad.
- ¿Qué querías decirme? - Me preguntó.
- ¿Eh?
- Ibas a decirme algo antes de que apareciese Thomas.
- Ah... No es nada importante -. Me rasqué la nuca y di un paso hacia delante. Abril agarró mi brazo para detenerme.
No debería haber hecho ese gesto.
- Puedes contármelo, somos amigos...
- ¿Amigos? Ah... Sí... Claro...
- Álvaro, ¿qué te pasa? - Caminó hasta detenerse delante mía y me miró con preocupación.
- Es que... - Bajé la mirada y suspiré - Nada... Déjalo.
Comencé a caminar con su mirada puesta en mí. Me detuve un minuto y me giré hacia ella.
- Sólo una pregunta... ¿Te gusta ese tal Thomas?
- ¿Qué? ¿Thomas? ¡Por supuesto que no! ¿Por qué piensas eso?
Suspiré aliviado y, decidido, caminé hacia ella, agarré su cintura y la besé.
- Te quiero Abril. Te amo. No sé por qué narices no te lo he dicho antes. Parezco un idiota, ¿verdad?
Se rió y me besó.
- Yo también te quiero.
Sonreí y me sonrojé.
- No sabes lo feliz que me haces Abril.
Agarré su mano y comenzamos a caminar por la ciudadela.
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Unión
DiversosEn un reino perdido, las fortalezas luchan por conquistar territorios sin tener en cuenta lo que pueda suceder, pensando solamente en el poder. Aurora, princesa legítima de Warwick, debe casarse con Francisco, príncipe heredero de Ashword, pero algu...