Capítulo 2

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Indalecio

- ¿Están entretenidos, Surliz?

- Por supuesto, alteza oscura, con los preparativos de la boda de la princesa Aurora de Warwick y el príncipe Francisco de Ashword.

- Mmm... Entonces, podremos atacarlos.

- No, no, mi rey... Sería muy complicado, hemos enviado espías y hay muchos soldados en las murallas. No podemos hacer nada...

- ¿Entonces qué hacemos! - Grité extresado.

- Yo estaba pensando en secuestrar a alguien de la familia real, retrasarían la boda de la princesa y, como consecuencia, no se centrarían en la defensa del castillo - propuso Surliz, mi fiel consejero.

- Excelente ¿Y a quién secuestramos?

- Podríamos secuestrar a la princesa, sin ella no hay boda. Y volcarían el ejército en su busca.

La idea de Surliz me gustó. Y tenía bastante sentido, así, podría tener una de las mejores fortalezas del reino en mi poder. Aprové la idea y comenzamos a discutir cómo secuestrar a la princesa hasta que Surliz propuso:

- Señor, podríamos contratar ninjas para secuestrarla, son rápidos y eficaces. El general de nuestro ejército habló de una banda especializada.

- Perfecto, ¿esa banda tiene algún líder?

- Sí, se llama Gonzalo, su magestad oscura.

- Bien, hazlos venir cuanto antes. Y por favor, no me llames así - ordené visiblemente molesto.

- Sí, mi señor.

Surliz hizo una reverencia y se dirigió hacia la salida de la sala, pero mi voz lo hizo retroceder.

- Y... ¿Qué haremos con la princesa?

- Podríamos pedir una recompensa por recuperarla - se giró hacia mí.

- O, la caso con mi hijo bastardo - pensé en voz alta.

- También, señor.

- Retírate.

Surliz volvió a repetir la reverencia y se fue.

(...)

Sentado en mi preciado trono observé a la banda de ninjas.

- Pueden servir. El líder, que dé un paso adelante.

Un muchacho jóven, de unos 18 años, moreno, de cabello castaño y ojos azules dio un paso. Lo recorrí con la mirada. Vestía ropajes negros y una capucha negra cubría una espada atada a la espalda. Además, llevaba dos pendientes azules, uno en cada oreja.
Hizo una leve reverencia.

- A su servicio, magestad. ¿Qué tenemos que hacer?

Me levanté.

- Como sabréis la fortaleza Warwick y la fortaleza Ashword van a unirse con el matrimonio de sus herederos. La princesa de Warwick y el príncipe de Ashword. Vuestro cometido es secuestrar a la princesa.

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