Capítulo 10

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Indalecio

- ¡Surliz! - llamé a mi consejero. Pero no venía.

- ¡Surliz! - volví a chillar. Pero esta vez un poco más alto.

Nada.

- ¡¡Surliiiiiiiz!! - grité enfadado.

La puerta se abrió y rápidamente apareció el brujo.

- ¿Sí, mi señor? - Preguntó a la vez que hacía una reverencia.

- ¿Se puede saber dónde estabas? ¡Te estaba llamando!

- Disculpe, magestad. Estaba...

- Da igual - interrumpí su explicación - ¿Cuánto hace que ordené el secuestro?

- No lo sé, mi señor. Pero ya deberían de estar aquí.

- Mmm... Haz llamar al mensajero.

- Ahora mismo, alteza.

Se retiró y yo esperé impaciente a su regreso con el mensajero.

(...)

Entraron y yo me levanté. El mensajero hizo una reverencia.

- Bien, tengo unha tarea para ti.

Asintió y lentamente me senté en el trono.

- Quiero que vayas a un pequeño campamento, situado en un claro del bosque, y le digas expresamente al líder de la banda que quiero que me entregue hoy mismo a la princesa, antes del atardecer.

Asintió, hizo una reverencia y se fue. Sonreí satisfecho y me recosté tranquilamente en el trono.

***

Gonzalo

Me levanté rápidamente al oír la voz de Miles:

- ¡Gonzalo! ¡Despierta! - Comenzó a zarandearme de un lado a otro.

- ¡Ya estoy despierto! ¡Ya estoy despierto!

- ¡Ha venido el mensajero del rey del campamento!

- Ya voy, ya vooy... - Me levanté perezoso y salí de la tienda.

Carraspeé y el mensajero se acercó a mí.

- ¿Es usted el líder?

- Sí, soy yo.

- El rey me ordenó comunicarle que deben entregar a la princesa antes del atardecer.

Noté que palidecía. Se me había olvidado completamente.

¡El rey! ¡Mierda!

Asentí y me mantuve firme hasta que lo ví alejarse en su caballo.

- ¡Miles! - Lo llamé.

Salió de la tienda y se acercó a mí preocupado.

- ¿Qué te ha dicho?

- Tenemos que entregar a la princesa. Hoy, antes del atardecer.

- Y... ¿Qué piensas hacer?

- Tenemos que hacerlo...

- ¿¡Vas a dejarla con el rey!? - Gritó.

- ¡Tengo que hacerlo, Miles! ¡No hay otra elección! ¿Qué narices quieres que haga?

- ¡No lo sé! ¡Siempre se te ocurre algún plan!

- ¡No puedo pensar en nada sin saber siquiera lo que va a hacer con ella!

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