Capítulo 15

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Gonzalo

Mi mirada no se apartaba del príncipe ni un segundo. Su manera de agarrarla como si fuese su trofeo me enfurecía. Ya llevábamos 5 minutos andando y cada minuto que pasaba mis ganas de cortarle la cabeza aumentaban. De pronto pasamos por delante de la posada y vimos salir a Miles. Mi mente se iluminó.

- ¡Miles!

- ¡Hey!

Le hice un amago con la mano para que se acercase.

- Necesito que me hagas el mayor favor de tu vida - le susurré mientras mi mirada continuaba puesta en el príncipe, que caminaba justo delante mía.

- A saber que es... Ya me das miedo.

- A ver... - Me acerqué más a él - Necesito que hagas como si fueses sarasa y te arrimes al príncipe.

- ¿QUÉ! No, no, no, no, ¡NO!

- Shhhhh, ¡no chilles! - susurré enfadado.

- ¿Pero a ti te parece normal pedirme eso? ¡Pensé que me tenías más aprecio!

- Por favor Miles. Necesito hablar con ella y el meacandiles este no se separa un segundo.

- No, no, esto no - seguía sacudiendo la cabeza.

- Por favooooor... No soporto verlo tan agarrado a Aurora...

- Madre mía... Ya puedes estar toda la vida robando dinero para mí, que esto no tienes manera de pagarlo.

Miles se adelantó a mí. Hasta ponerse al lado del príncipe.

- ¡Hola guapetón! - Puso voz aguda.

El príncipe se giró y lo miro con extrañeza. Aurora también se giro hacia él.

- ¿Perdón?

- ¿Sois vos el príncipe de Ashword? - Preguntó Miles con cierto tono de alegría a la vez que de asombro.

- Así es, ¿quien narices eres tú?

- Oh... Yo soy su mayor seguidor - lo miró con una sonrisa ladeada y acercó la mano a la tela de su traje - Sois vos el hombre más... Varonil que he visto...

Miré a Aurora, boquiabierta por lo que estaba viendo. Tiré de su mano y la acerqué hacia mí.

- Hola preciosa, cuánto tiempo sin hablarte. - Le solté con una sonrisa.

Ella seguía observando a Miles, que continuaba toqueteando al príncipe, el cuál se apartaba instintivamente con cada movimiento de su "fiel seguidor".

- Le pedí yo que lo hiciera, quería hablar contigo.

Su vista se fijó en la mía.

- ¿Pero tú no eras su amigo?

- Y lo soy... Pero es que ese cenutrio no se apartaba de ti y...

Ella me miró con una sonrisa ladeada.

- ¿Te celas?

- ¡Sí!

Se rió y me preguntó:

- ¿Qué querías decirme, a ver?

- ¿Estás enamorada del príncipe? -Pregunté temiendo la respuesta.

- ¿Qué! ¡No! Por supuesto que no.

Le cogí las manos haciendo que nos detuvieramos.

- Por favor, no te cases con él - dije con la mirada en el suelo.

- No tengo otra elección Gonzalo.

- Tiene que haber una, dame una oportunidad para conocerme y escapémonos juntos. Me gustas mucho.

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