Gonzalo
Mi mirada no se apartaba del príncipe ni un segundo. Su manera de agarrarla como si fuese su trofeo me enfurecía. Ya llevábamos 5 minutos andando y cada minuto que pasaba mis ganas de cortarle la cabeza aumentaban. De pronto pasamos por delante de la posada y vimos salir a Miles. Mi mente se iluminó.
- ¡Miles!
- ¡Hey!
Le hice un amago con la mano para que se acercase.
- Necesito que me hagas el mayor favor de tu vida - le susurré mientras mi mirada continuaba puesta en el príncipe, que caminaba justo delante mía.
- A saber que es... Ya me das miedo.
- A ver... - Me acerqué más a él - Necesito que hagas como si fueses sarasa y te arrimes al príncipe.
- ¿QUÉ! No, no, no, no, ¡NO!
- Shhhhh, ¡no chilles! - susurré enfadado.
- ¿Pero a ti te parece normal pedirme eso? ¡Pensé que me tenías más aprecio!
- Por favor Miles. Necesito hablar con ella y el meacandiles este no se separa un segundo.
- No, no, esto no - seguía sacudiendo la cabeza.
- Por favooooor... No soporto verlo tan agarrado a Aurora...
- Madre mía... Ya puedes estar toda la vida robando dinero para mí, que esto no tienes manera de pagarlo.
Miles se adelantó a mí. Hasta ponerse al lado del príncipe.
- ¡Hola guapetón! - Puso voz aguda.
El príncipe se giró y lo miro con extrañeza. Aurora también se giro hacia él.
- ¿Perdón?
- ¿Sois vos el príncipe de Ashword? - Preguntó Miles con cierto tono de alegría a la vez que de asombro.
- Así es, ¿quien narices eres tú?
- Oh... Yo soy su mayor seguidor - lo miró con una sonrisa ladeada y acercó la mano a la tela de su traje - Sois vos el hombre más... Varonil que he visto...
Miré a Aurora, boquiabierta por lo que estaba viendo. Tiré de su mano y la acerqué hacia mí.
- Hola preciosa, cuánto tiempo sin hablarte. - Le solté con una sonrisa.
Ella seguía observando a Miles, que continuaba toqueteando al príncipe, el cuál se apartaba instintivamente con cada movimiento de su "fiel seguidor".
- Le pedí yo que lo hiciera, quería hablar contigo.
Su vista se fijó en la mía.
- ¿Pero tú no eras su amigo?
- Y lo soy... Pero es que ese cenutrio no se apartaba de ti y...
Ella me miró con una sonrisa ladeada.
- ¿Te celas?
- ¡Sí!
Se rió y me preguntó:
- ¿Qué querías decirme, a ver?
- ¿Estás enamorada del príncipe? -Pregunté temiendo la respuesta.
- ¿Qué! ¡No! Por supuesto que no.
Le cogí las manos haciendo que nos detuvieramos.
- Por favor, no te cases con él - dije con la mirada en el suelo.
- No tengo otra elección Gonzalo.
- Tiene que haber una, dame una oportunidad para conocerme y escapémonos juntos. Me gustas mucho.
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Unión
AcakEn un reino perdido, las fortalezas luchan por conquistar territorios sin tener en cuenta lo que pueda suceder, pensando solamente en el poder. Aurora, princesa legítima de Warwick, debe casarse con Francisco, príncipe heredero de Ashword, pero algu...