Gonzalo
Caminé apartando las ramas que estaban a mi altura mientras arrastraba uno de los jabalíes que había conseguido cazar. Cuando me encontraba en las tiendas dejé el jabalí y Carlos y Alejandro se fueron a recoger madera para otro fuego. Entré silenciosamente en la tienda de la princesa y vi a Miles arrodillado a su lado.
- Tranquila, yo te guardo el secreto. No le diré nada a Gonzalo.
- Eh... - Ella me miró y luego volvió a mirar a Miles.
- No, no, no. En serio, puedes confiar plenamente en mí. Tu secreto está a salvo conmigo.
- Vale pero Miles... - Volvió a avisarlo de mi presencia.
- ¿Qué? - Preguntó él girándose - ¡Gonzalo, amigo! ¿Cómo te va la vida?
- ¿Qué secreto es ese que no puedes contarme? - Le pregunté alzando una ceja.
Miles se levantó, se acercó a mí y puso una mano sobre mi hombro.
- Si te lo dijera no sería un secreto.
- Umm... Ya conseguiré sonsacártelo...
Miles estalló en carcajadas e hizo que me riera también.
- Ve a ayudar a los demás con los jabalíes - dije.
- ¿Jabalíes? ¿Cuántos cazaste?
- Dos, y... ¿Por qué supones que los cacé yo?
- Sé cómo cazas, y sé cómo cazan ellos. Digamos que es... Intuición.
Nos reímos y él salió de la tienda. Dirigí mi mirada hacia la princesa y no pude evitar sonrojarme.
Me rindo... Miles tiene razón. Ella me gusta.
Lo había decidido. Dejé de luchar contra ese sentimiento y me rendí ante la evidencia.
Me acerqué a ella y sonreí.- ¿Te gustaría tener una cena romántica conmigo? - Le espeté con una sonrisa ladeada.
- ¿Qué? ¡No! - Respondió frunciendo el ceño.
- Perfecto, voy a por la comida.
- ¿Para qué narices me preguntas si después no aceptas la respuesta?
Me reí y me di la vuelta para mirarla.
- No acepto un "no" por respuesta.
Soltó un suspiro. Sonreí y salí de la tienda. Miré a mis compañeros y dije:
- ¿Ya está hecho?
- Aún está en proceso - confirmó Miles.
Me reí y me senté a esperar a que estubiera listo.
(...)
Ryder comenzó a repartir un buen trozo a cada uno. Cogí otro plato y heché otro buen trozo. Me levanté y me dispuse a entrar en la tienda de la princesa. Alejandro me miró y me detuve al oír su voz.
- Gonzalo, ¿no comes con nosotros? - preguntó.
- No - dije. Retomé mi camino, pero Alejandro hizo que me detuviera, de nuevo.
- Pero... ¿A dónde vas con dos platos? ¿Te vas a comer todo eso?
- No... Voy a cenar con otra persona, ¿vale?
Se encogió de hombros y comenzó a comer su parte. Suspiré y entré en la tienda.
- Ya estoy aquí - dije sonriente.
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Unión
RandomEn un reino perdido, las fortalezas luchan por conquistar territorios sin tener en cuenta lo que pueda suceder, pensando solamente en el poder. Aurora, princesa legítima de Warwick, debe casarse con Francisco, príncipe heredero de Ashword, pero algu...