Víctima del amor |Death Note| |Ryuzaki|

19-

-No lo soporto más... mátame -pidió Amane.

Todos allí se sorprendieron bastante a tal petición, y aunque Lynette en parte "disfrutaba" verla así por lo que le había hecho, también sentía lástima por ella. En parte y muy en el fondo le agradecía a Amane por haberla liberado de Light.

-Mátame, por favor, mátame -rogaba la rubia.

-No lo sé... tal vez eso fue demasiado para una jóven -opinó Aizawa.

-Tiene razón, fue demasiado -apoyó Matsuda.

Ryuzaki presionó un botón y acercó su boca al micrófono.

-Misa Amane, ¿me escuchas? -preguntó.

-Te escucho, por favor, solo mátame -contestó. Su voz a diferencia de antes se notaba bastante apagada y sin ganas.

-¿Admites que eres el segundo Kira?, ¿es la razón por la que quieres morir? -preguntó L.

-No, no sé nada sobre el segundo Kira -respondió al instante-. No lo soporto más, prefiero morir, ¡date prisa y mátame! -gritó esto último-. ¡¿Si quisieras podrías matarme ahora, no?! -seguía gritando-. Si... mátame -hizo silencio-. Si... así es -respondía como si estuviese hablando con alguien más, pero la verdad es que no había más nadie en aquella fría habitación-. No puedo más... mátame -pedía-. No puedes, no lo hagas, solo mátame a mi -continuaba respondiendo, aquello era muy extraño.

-¿Con quién diablos habla? -preguntó Lynette-. ¿Está demente o qué?

-No lo sé, pero es muy extraño -contestó Matsuda.

-¡Bien, si no me vas a matar...! -gritó y su objetivo era más que claro, quería morderse la lengua.

-¡Detenla, Watari, que no muerda su lengua! -gritó Ryuzaki por el micrófono. En seguida en pantalla apareció Watari detrás de Misa colocándole un trapo en la boca. Amane solo gritaba y sollozaba.

-¿Su comportamiento será porque Kira controla sus acciones antes de morir? -se preguntó Ryuzaki.

Nadie contestó nada.

* * *

Unas horas después, Ryuzaki seguía frente a la pantalla mientras abrazaba a Lynette quien descansaba un poco. Pronto despertó y también se quedó mirando a Amane por el televisor quien parecía estar negando y luego asintiendo. Hasta que una lágrima se asomó en su cara y acto seguido se movió un mechón de su cabello.

-¿Qué...? -se preguntó la castaña-. ¿Hay alguna ventana abierta allí o corriente de aire?

-Pues no -contestó su novio. La chica solo se limitó a colocar una mueca.

-Creo que ya me voy -avisó Lynette, poniéndose de pie-. Tengo que hablar con mis amigas.

-Sobre eso... mañana hablaré con ellas para que ayuden en la investigación, ¿qué dices?

-Sería maravilloso -sonrió-. Estoy segura de que querrán ayudar.

-Perfecto, entonces hasta mañana -la besó en los labios, tomándola de la cintura. Ella rodeó su cuello y luego se separaron por falta de aire y porque aún los oficiales estaban allí.

-Hasta mañana, te amo.

-Y yo a ti.

Finalmente, saludó al resto y se fue a la habitación de sus amigas. Todas estaban allí, y con todas significaba que Audrey también.

-Hey, hola -saludó Lynette.

-¡Hola! -respondieron al unísono.

La castaña tomó asiento en el sofá.