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Misa no tardó mucho en llegar hasta el edificio con una enorme sonrisa de oreja a oreja, seguramente le quedarían las mejillas entumecidas. Sucedía que, al enterarse sobre la propuesta de que Lynette la acompañara para la entrevista, la idea le había agradado muchísimo que hasta arrastró a la castaña hasta su habitación y prácticamente la obligó a que se pusiera ropa de Amane.

-¡Misa, basta!, ¡será solo una especie de entrevista! -gruñó la castaña-. Además, no pienso usar tu ropa... es muy exagerada para mi gusto.

-¡Pero qué cosas dices! -rió Misa-. A mi me parece que la exagerada eres tú -le apuntó con el dedo, sin dejar de sonreir-. Además, no puedes ir así como si nada si quieres que te acepten, Lynn -continuó, mientras sacaba otro de los miles de conjuntos que tenía y sonreía mientras asentía satisfactoriamente. Lynette rodó los ojos.

-¡Esa es la idea! -rechistó-. ¡Que no me acepten, por favor! -suplicó.

-Vamos... no estará tan mal. ¡Mira, este es perfecto para ti!, ¡estaremos iguales! -se miró al espejo, observando su vestimenta rosada que consistía en una pollera bastante corta, un top con un corazón en el pecho que hacía juego con la pollera, medias largas hasta los muslos de color blanco y zapatos con taco rosados. El conjunto que le mostró a Lynette era igual, a excepción de que el color de la pollera, top y zapatos cambiaban a azul-. ¡Incluso es de tu color favorito! -la animó, mientras le entregaba la ropa.

-No creo que esto me llegue a quedar -se quejó Lynn, observando la ropa con vergüenza.

-¡Estoy segura de que sí!, ¡pruébalo!

-Por Dios -volvió a rodar los ojos mientras dejaba salir un suspiro-. No puedo creer que vaya a hacer esto...

-¡Deja de quejarte!, ¡te saldrán arrugas! -bromeó.

-¡Y tú deja de gritar! -contestó y sin decir más se alejó de Amane para entrar al baño y comenzar a vestirse con... eso.

Minutos después cuando ya estuvo lista, salió del baño con su ropa en mano y la dejó sobre la cama de la rubia para a continuación acercarse a esta y mirarse al espejo.

Se acomodó un poco el cabello y suspiró.

-¡Estás hermosa! -gritó Amane.

-Esto es una completa locura.

-Apuesto a que si Ryuzaki te viera así, no dudaría en... -decía, pero Lynette la calló ya que su novio podía oírlas a través del micrófono oculto, pero Misa no sabía nada al respecto.

-Solo cállate, ¿quieres? -respondió, mientras sentía arder sus mejillas.

-¡Estás sonrojada! -rió la rubia.

-¡Ya vámonos! -gritó Lynn y tomó del brazo a Amane para salir de la habitación y bajar por el ascensor hasta la planta principal donde estaban todos los miembros allí.

Los nervios comenzaron a carcomerla al ver a Light y Ryuzaki mirándola casi babeando e ignorando olímpicamente a Amane.

L se acercó a su novia y la besó con intensidad, sabiendo que Light estaría mirando y muriéndose de celos. Luego le susurró algo al oído mientras que Misa se iba unos segundos con Yagami:

-Juro que haría mía en este preciso momento si no fuera por el idiota de Matsuda.

-¡Ryu! -se alejó de él, sintiéndose cohibida.

-No dejes que ningún pervertido se sobrepase contigo, si eso sucede lo mataré -dijo, mientras volvía a besarla-. ¿Te he dicho lo mucho que te amo?

-Me lo recuerdas a diario -contestó, con una sonrisa y ahora fue ella quien lo besó fugazmente, despidiéndose de él ya que Misa regresaba a su lado.

Víctima del amor |Death Note| |Ryuzaki|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora