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El entierro de Richard Wallace había terminado y muchos comenzaron a irse luego de depositar en la tumba todo tipo de flores.

Lágrimas iban y venían, y con ellas, las personas más cercanas al hombre fallecido. Pero Lynette ya no lloraba tanto como antes. Ella ya había llorado tanto por Ryuzaki, Watari y por su padre al instante de enterarse sobre su muerte que estaba segura de que pronto no le quedaría más lágrimas. Sin embargo, su madre lloraba desconsoladamente y los padres de Richard, es decir, los abuelos paternos de Lynn, también lloraban pero no lo suficiente. Incluso, una vez que se dio por acabada la despedida, sus abuelos se acercaron a Amanda y Lynette y de una manera muy mala y descarada, dijeron que había sido culpa de su esposa por no cuidar lo suficiente de él. Pero Lynette les dijo que había sido Kira porque Richard trabajaba en el caso y que prometió venganza por su padre. Finalmente y sin dejar que los abuelos siguieran insultando a Amanda, Lynn y su madre se fueron de allí directo al hotel donde acordaron quedarse por unos días.

En todo el trayecto, Lynette consolaba a su madre y trataba de que se calmara, y no pudo lograrlo del todo. Por eso, ni bien llegaron al hotel la madre se recostó en su cama y se quedó profundamente dormida, mientras que Lynn aprovechaba para salir a caminar un rato por las calurosas calles de Los Ángeles, olvidando por completo quitarse el vestido negro. Pese a ello, no regresaría solo por un vestido y se dijo a sí misma que se lo quitaría cuando regresara más tarde.

Caminando y reflexionando un poco sobre lo que había sido su vida desde que llegó a Japón, desde que conoció a Light Yagami, desde que se involucró en el caso y desde que terminó conociendo al amor de su vida, encontró a unos pocos metros lo que parecía ser una muy hogarña y tranquila cafetería.

Se adentró a ella y se sentó cerca de un ventanal. Lo único que pidió fue un café con leche y esperó su pedido mientras pensaba en lo que haría a partir de ahora. Pues estaba en Los Ángeles, cerca de Near, cerca de Light, solo esperaba no encontrarse con este último. También pensó en cómo les estaría yendo respecto a la misión, respecto al intercambio, ¿lo habrán logrado?, ¿todo habrá salido bien o mal?, ella no lo sabía.

Su pedido pronto estuvo frente a ella y luego de pagarlo y agradecer al mozo, se dispuso a disfrutarlo. Pero su celular comenzó a sonar y se fijó quién era: Light Yagami.

Definitivamente no iba a contestar. Lo ignoró, esperando a que el llamado se terminara por sí solo y cuando eso sucedió, apagó el celular y levantó su cabeza para seguir tomando el café con leche. Sin embargo, al momento de levantar la cabeza vio algo.

O mejor dicho, a alguien.

Ese alguien estaba de espaldas a ella, pero no pasó mucho tiempo para que se girara y sus rostros se miraran fija y sorpresivamente.

Aquella persona era su amiga Audrey.

-¡¿Audrey?! -la castaña fue la primera en hablar y de repente se paró de donde estaba y prácticamente corrió a abrazarla mientras que la pelinegra hacía exactamente lo mismo.

-¡Lynn!, ¡por Dios, no puedo creerlo! -se separaron y la pelinegra sonrió de oreja a oreja, acomodando sus lentes-. ¿Pero qué estás haciendo aquí en Los Ángeles? -preguntó, un tanto nerviosa.

-No, la pregunta es ¿qué estás haciendo tú en Los Ángeles? -se cruzó de brazos-. Me dijiste que te mudarías con tus padres porque no querías involucrarte más en el caso -recordó y Audrey agachó su cabeza, avergonzada.

-Lo siento, te mentí -sus disculpas eran las más sinceras-. Pero existe una explicación, Lynn. No podía decírtelo porque él dijo que era lo mejor para tí después de la muerte de... -suspiró y levantó la cabeza-. Pero ahora que estás aquí me gustaría que lo sepas todo.

Víctima del amor |Death Note| |Ryuzaki|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora