Victoria se acercó suavemente a su boca -Acá estoy bien? O me acerco más? *susurro casi tocando sus labios*
-Ay Victoria! mamadera, me queres volver loco vos
-No era mi intención *dijo haciendosé la desentendida y tocando su cabello*
-Mirá tocá *tomando su mano y llevandolá hacia su pecho*
-Ah mi amor pero como está su corazón!
-Eso sólo vos lo logras amor
-Me encanta, me encanta saber que me amas, me encanta sentirme así, soy feliz mi amor, te das cuenta que somos una familia, esto es lo que soñamos
-Claro que me doy cuenta hermosa, y me siento el hombre más dichoso a tu lado, soy el hombre más feliz del mundo al lado de mis dos mujeres, a las que amo infinitamente
-Te amo Marcos *Entrelazando sus brazos en su cuello*
-Yo más mi amor! *comenzando a besarla de manera tierna, lenta, ambos demostrandosé todo su amor*
Marcos la acariciaba, y aunque Victoria no pudiera aún hacer el amor con él, por respeto al periodo en el que una madre se recupera tanto física como emocionalmente del esfuerzo realizado durante el parto y del estado del embarazo, se moría cuando Marcos acariciaba su cuerpo y se estremecía sintiendo su aliento en el cuello, no iba a prohibirse sentirse así, aunque sea por un rato, ya iban a tener tiempo de hacer el amor unas días más tarde, pero Victoria estaba con las hormonas alborotadas, lo besaba y apretaba sus dedos en la espalda de Marcos, que no se quedaba atrás, la acorralaba contra la pared aumentando la intensidad de los besos y cada vez su respiración se agitaba en mayor manera
-Ay amor, como extraño sentirte dentro mío *dijo Victoria con voz entrecortada*
-No me hagas esto Victoria por favor!
-Vos empezaste! Sabes los resultados que provocan tus besos y caricias *decía entre besos*
-Paremos Victoria, no puedo más, no me puedo controlar
-Eso es bueno o no? *dijo Victoria desatada*
En ese mismo momento se escuchó el llanto de la beba, Victoria despegó los labios de los de Marcos, y salió corriendo hacia su cuarto, llegó hasta la cunita y la tomó entre sus brazos
-Me parece que alguien que yo se tiene hambre *hamacándola y murmurando una canción*
La llevó hasta su habitación y se sentó en su cama, la colocó en su pecho y ella con sus ojitos abiertos se prendió a el
-Que pasaba amor? aaah mamadera, la Guerrerita estaba con hambre!?
-Eso parece, mirá la boquita Marcos
-Mi amor, es tan hermosa, revolea los ojitos para todos lados, acá mi vida, somos papá y mamá *ella seguía prendida a la teta y de a poquito se le cerraban los ojitos*
-Es la beba más hermosa que vi en mi vida, no es porque sea nuestra hija jajaja
-Jajaja estoy enamorado de ella mi amor, es perfecta, gracias por este regalo, gracias por cumplirme el deseo más grande que era ser papá, no hay nada más lindo en el mundo que verlas así, a las dos, son mi vida entera
Victoria con lágrimas en los ojos lo tomó de la mano, y con la otra le acarició la mejilla
-Gracias a vos mi vida, por despertar el deseo en mí de ser mamá, por haberme regalado a esta cosita hermosa, por cuidarnos y amarnos tanto, gracias por haber formado una familia conmigo, te amo!
Mía se había despegado de la teta, Victoria limpió su boquita y la puso en los brazos de su papá
-Venga con papi *dijo Marcos sin poder disimular lo muerto de amor que estaba por su hija* Hermosa, sos hermosa hija *acariciando la pequeña naricita de Mía*
Victoria los miraba atenta, era increíble verlos así, la beba estaba feliz en los brazos de Marcos, y verlo a él así la mataba de amor, eran verdaderamente una familia feliz, la familia que ellos tanto soñaban.
Los días pasaban, Victoria había comenzado a ir a la empresa, Lorenzo por orden de la policía no podía acercarse a ella, todos los días iba un rato, por si tenía que solucionar algún problema, y para mantenerse informada de cómo estaban las ventas y demás, trataba de ir en los momentos que Mía dormía, como habían arreglado con Marcos, el se quedaba en su casa para cuidarla y cuando en el taller las cosas se complicaban o había mucho laburo, Emilio se hacía cargo de ella, pero Victoria estaba siempre, seguía dándole el pecho y ella estaba cada día más hermosa.
Victoria volvió a la vida de antes, con algunos cambios ya que era madre y su prioridad ahora era la beba, volvió a usar sus saquitos al cuerpo, sus polleras tiro alto y sus zapatos con finos tacos que la estilizaban y la hacían ver realmente bella, Marcos enloquecía al verla tan hermosa y arreglada con Mía en sus brazos, era una madraza.
Juntas habían empezado a aprovechar las tardes, en horarios donde el sol estaba cálido tomaba su coche y salían a pasear con Mía por el barrio, a la niña todo la sorprendía, se veía en sus ojos la sorpresa y el entusiasmo por ver cada una de las cosas que la rodeaban, Victoria caminaba con su coche adelante y charlaba con su hija con voz tierna sobre las cosas que notaba que le llamaba la atención, era feliz, eran felices, las ultimas semanas habían sido las más hermosas de sus vidas...