Cartas de él

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Dormí en la casa de mi abuelo. A la mañana siguiente me desperté más confusa que en toda mi vida. Estaba reflexionando sobre cómo salvaría a mi pueblo si en verdad soy la Elegida.

Pero no puedo serlo. Además, en la profecía especifican que puede ser un hombre o una mujer quien salve al pueblo o lo encadene.

Salí de esa pequeña habitación de huéspedes en la que dormí a desayunar.

Fui a la pequeña cocina. El fogón no prendía, así que mire hacia atrás para ver que no hubiera nadie, no había nadie.

Con mis manos hice un pequeño movimiento y prendí el fogón, sonreí un poco, puse el sartén he hice dos huevos revueltos, calenté (también con mis poderes) dos panes e hice el café con leche, también piqué con el cuchillo algunas fresas y las coloqué en un plato hondo, tomé todo lo que había cocinado y lo coloqué en la mesa.

Cuando yo me disponía a dar el primer mordisco, llegó mi abuelo, se sentó en la silla delante de la mía y se rascó un ojo.

—Buenos días, Ellie. —El abuelo le dio un gran sorbo a la taza de café con leche.

—Buenos días, abuelo. —También le di un gran sorbo a la taza.

—Ellie, ve a revisar si el correo ya llegó —dijo el abuelo a lo que yo me levanté de aquella silla que rechinaba. Fui afuera, abrí el buzón y estaba allí estaba el correo.

Facturas en alemán, facturas en alemán y más facturas en alemán. Pero el último sobre no eran facturas. Era una carta y exacto, una carta de Lucas Hamilton desde Blackwood.

Entré otra vez a la casa, dejé las facturas en la mesa mientras mi abuelo comía una fresa

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Entré otra vez a la casa, dejé las facturas en la mesa mientras mi abuelo comía una fresa. Tomé la carta de Lucas, me dirigí a la habitación de huéspedes y me senté en el escritorio que tenía aquella habitación.

Prendí la lámpara, dudé en su abrirla o botarla, abrí el sobre y decía:

«09/ 11/ 2015/.

Elissa, soy consciente de que soy la última persona en el mundo que quisieras que te escribiera, aunque, para mí tú eres la primera persona del mundo con la que quiero hablar.

Para mí, puedes ser más hermosa que un mismísimo ángel, pero más malvada que mil demonios.

Eres hermosa como las rosas, pero tan venenosa como las espinas de aquellas flores.

Te quiero decir que tú me haces sentir completo e infinito. Yo jamás en la vida te haría daño, en realidad jamás escribí estos mensajes, ese celular es de mi hermano, él te odia y él ideó un plan con Hannah que es su novia para hacerte pasar un mal rato.

Cuando me enteré de lo que hizo mi hermano, le dejé un ojo morado. Sé que es mi hermano, pero tendrá que respetar a mi futura esposa. Bueno, sé que ni siquiera somos novios, pero te amo y él no te respetó.

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