Tomo el extremo de la cuerda y tiro de ella para convertir un denso nudo en una línea recta. El viejo juego de Finnick Odair me ayuda incluso ahora a no pensar. Me duelen los dedos después de tantos nudos, pero me niego a parar. Además, ignorar la voz que me insiste se me hace cada vez más difícil.
-Katniss, por favor...Tienes que comer algo. Por favor.
-Déjalo, Effie-replica Haymitch-No ha funcionado las últimas diez veces, no funcionará nunca.
Dejo la cuerda sobre mi regazo y miro hacia otro lado, molesta. O, al menos, eso creo. Desde hace un par de meses no soy capaz de identificar ninguno de mis sentimientos, simplemente porque he dejado de sentir. Esto enerva a Haymitch y preocupa a Effie. Es como volver dos años atrás en el tiempo y seguir la misma rutina que antaño. Me levanto, me siento en el sofá, Effie me pide que coma, Haymitch me dice lo imposible que soy y las horas pasan hasta que vuelvo a la cama sólo para dejarme acosar por las pesadillas. A veces, salgo al jardín e insulto a Buttercup hasta que me quedo sin voz. Incluso estoy empezando a tener algo de pena por el gato ya que, después, en vez de gruñir o irse, se restriega contra mis pies y me hace acariciarle. Esos días me quedo dormida sobre el suelo fangoso y Haymitch tiene que venir a por mí.
Me siento igual de vacía que cuando todo acabó. Quiero convencerme de que soy como un ave que por mucho que se destruya con sus propias llamas, siempre resurge de sus cenizas, como hice hace dos años. Pero ahora estoy sola, no hay nadie para alentarme, consolarme o ayudarme a vivir. He renunciado a la única persona que conseguía hacerme sentir así, y no hay manera de volver atrás.
Me hago un ovillo en el sofá y trato de ignorar las quejas de mi mentor.
-Déjame en paz, ¿quieres?-le digo-Creía que al menos tenía derecho a decidir lo que hacer con mi cuerpo.
-No, no lo tienes. Ya has tomado suficientes decisiones estúpidas.
-Exacto. Como tú dices, estoy así por culpa mi propia estupidez, así que cierra el pico de una vez.
Exhala una bocanada de aire, cansado, y decide largarse porque sé que está a punto de gritarme algo desagradable. Effie nos mira a ambos de soslayo intentando no meterse. Últimamente, las cosas entre Haymitch y yo están más tensas que nunca. Sólo se dedica a beber y echarme en cara haber dejado a Peeta, mientras que yo me dedico a contestarle mal. Mis contestaciones han dado lugar a más de una discusión en la que nos hemos gritado cosas hirientes de las que ahora ambos nos arrepentimos. Pero no estoy dispuesta a pedir disculpas.
Me levanto del sofá dispuesta a perderme en el bosque con la esperanza de no volver, pero el sonido del teléfono me detiene justo cuando estoy cruzando la puerta. Effie me mira suplicándome que lo coja, y yo me acerco, vacilante. El problema es que podrían ser tantas personas...Desde mi madre, a la que todavía no he podido enfrentarme, hasta gente del gobierno, que podría darme noticias que terminasen de destruirme. Pero nada más lejos de la realidad.
-¿Sabes? Ahora más que nunca te has ganado el título de descerebrada, querida.
-Johanna...-musito. Lo que me faltaba.
-Pensé que eras tan idiota que no podrías superarte, pero ya veo que me equivocaba.
Yo suspiro, cansada de los sermones.
-Mira, si tú también vas a echarme la bronca...
-No voy a echarte la bronca-me interrumpe-Al menos no todavía. Por ahora solo quiero explicaciones.
-Oh. Eso me tranquiliza-ironizo.
-¿Y bien?
-Estabas allí, viste todo-respondo-Peeta se arrepintió y yo salí corriendo. No hay nada que explicar.
ESTÁS LEYENDO
Destiny
FanfictionPreparativos y campanas de boda suenan para Peeta Mellark. Vestidos, flores, velos, invitados...Pero, ¿sonarán esas mismas campanas para la chica en llamas? ¿O, por el contrario, una mala decisión les ha impedido estar juntos? No obstante, a veces...