Me doy la vuelta, apretando los dientes, y Negan me mantiene contra la pared. Una de sus manos sujeta las mías por encima de mi cabeza asegurándose de que no me mueva, mientras que su otra mano consigue colarse detrás de mi espalda y comienza a desatar las primeras cintas del vestido, dejándolas caer a ambos lados de mi cuerpo. De esta manera, mi ropa interior queda expuesta. Me roza un pecho por encima de la tela del sujetador, provocándome unas náuseas casi incontenibles. El corazón me martillea en el pecho y cien pensamientos distintos intentan hacerme reaccionar, pero el asco y el miedo me impiden seguir un hilo de pensamiento lógico.
—Suéltame. —gruño, con toda la furia de la que soy capaz. No obstante, el terror se lleva gran parte del enfado y mi amenaza queda reducida a la nada. Intento retorcerme, pero él es mucho más grande y más fuerte y no consigo reducir su agarre ni un ápice. Por el contrario, me aprieta las muñecas con tanta dureza que sé que dejará marcas.
—Estate quieta. Quiero verte arder, chica en llamas.
Tenso aún más la mandíbula, aterrada ante la repugnancia de su proposición.
—Eres asqueroso. —escupo— ¡Suéltame!
En respuesta, cubre mi boca con su mano, aunque seguidamente dice:
—No te molestes, no te va a escuchar nadie.
En un movimiento rápido, me arrastra hasta una mesa de diseño a poca distancia y me obliga a sentarme. Logra abrirme las piernas a pesar de mi intento de oposición, colocándose entre ellas. Bajo la vista hasta su pantalón, donde se aprecia un creciente bulto. Toda esperanza me abandona, y el mero pensamiento del destino que me espera me llena los ojos de lágrimas de puro pánico.
—Por favor...—sollozo contra su mano— Por favor, no...
—He esperado demasiado tiempo para llegar hasta aquí. Coopera un poco y te prometo que pasará muy rápido. Puede que incluso lo disfrutes. —insinúa de nuevo en ese tono nauseabundo. Trago saliva porque, si no me controlo, estoy segura de que le vomitaría encima, y eso solo me haría las cosas más difíciles.
Con una calma inquietante, se las apaña para continuar inmovilizándome con una mano mientras que con la otra comienza a desatarse el cinturón. Intento controlar el llanto, sin éxito. Aún no puedo asimilar que esto me esté pasando, y no tengo ni la menor idea de cómo manejar la situación. He huido de tantas cosas a lo largo de mi vida que me maldigo por no ser capaz de huir de esto. No estoy segura de que pudiera golpearle lo suficientemente fuerte, y de todos modos no puedo moverme.
Cierro los ojos, hiperventilando, comenzando a hacerme a la idea de que no me queda otra que afrontar mi destino, mientras Negan se baja los pantalones. Luego vuelve a centrarse en las cintas del vestido, las mismas que Peeta me ayudó a atar hace apenas unas horas porque eran demasiado complicadas. Me preparo para la humillación que supondrá quedarme desnuda y vulnerable delante de este ser asqueroso. Noto que busca la manera de hacerlo rápidamente, pero, tras un leve forcejeo, se detiene en seco.
— ¿Qué demonios es esto? —gruñe, malhumorado, incapaz de deshacer los nudos. Con nerviosismo, trata de romperlos o aflojarlos. Es en ese momento que una última y desesperada esperanza me hace reaccionar. En ese instante de distracción, aprovecho para liberar una de mis piernas y clavar la rodilla en su entrepierna con todas mis fuerzas. Al doblarse de dolor, logro que me suelte, así que, sabiendo que es ahora o nunca, que es mi última oportunidad, sujeto como puedo la delantera del vestido y echo a correr.
Mi mente trabaja a toda velocidad con la intención de buscar una vía de escape, sea cual sea, lo cual me lleva por los pasillos de esta casa que apenas conozco. Aun corriendo el riesgo de perderme, mi avance no cesa, incluso cuando me tropiezo en las escaleras y una de mis sandalias se rompe, me la quito rápidamente y reanudo la carrera. A pesar del dolor latente en mi tobillo, no me permito detenerme, porque escucho los pasos de Negan detrás de mí y cada vez más cerca. Desesperada, doblo una esquina justo cuando está a punto de alcanzarme, pero choco contra algo. O, mejor dicho, contra alguien.
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Destiny
FanfictionPreparativos y campanas de boda suenan para Peeta Mellark. Vestidos, flores, velos, invitados...Pero, ¿sonarán esas mismas campanas para la chica en llamas? ¿O, por el contrario, una mala decisión les ha impedido estar juntos? No obstante, a veces...