Capitulo 1. ¿Pesadilla o recuerdos?

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!No por favor para! —grité desesperado con esperanzas de que se detuviera.

No se detuvo.

Veo como su puño va directo hacia mi estómago, trato de esquivarlo pero fue en vano, el golpe me da justo en la boca del estómago, siento un dolor fuerte en mi abdomen y mis piernas empiezan a tambalear. Hago todo lo posible por mantenerme de pie pero no lo logre, caigo arrodillado hacia el piso y coloco mi mano donde siento que el dolor es más agudo. Siento mareos, me inclino y de mi boca sale sangre, es tan desagradable el sabor de la sangre.

¡Se un hombre y ponte de pie, afronta tus consecuencias! —me grita.

Trato de mirarlo y veo como rápidamente me da una patada en la costilla, siento algo romperse en mi interior. No estaba seguro si era una de mis costillas o mi corazón.

!Eres un malagradecido, después de todo lo que eh hecho para sacar adelante nuestra familia adelante!. —gritaba sin parar, nunca habia visto a mi padre tan enojado o decepcionado— Me has decepcionado Ángel, tu no eres así y no permitiré que sigas siendo así, ¿Me entiendes? —Finalizó.

—Padre... Por favor, detente —dije entre sollozos, mis lágrimas comenzaron a derramarse sobre mi cara cuando empezó todo este sufrimiento— Padre, no puedo cambiar.

El retrocede unos pasos y mira hacia abajo, sabía lo que sentía. Decepción.

—¡Me tienes harto! —veo como sale de la habitación y escucho como velozmente baja las escalera, oigo unos ruidos cerca de la cocina.

Oigo como sube las escaleras con rapidez y abre la puerta de un golpe, un punzante dolor en mi pecho me impide mirar hacia arriba. Vuelvo a vomitar sangre, es tan asqueroso.

Espero que con esto aprendas —viene hacia mi, lleno de furia y odio.

Siento un ardor en mi rostro. Algo húmedo resbala por mi mejilla y estaba seguro que no eran lagrimas.

Abro los ojos y me paralizo del miedo.

Mi padre tenía una navaja en su mano goteando sangre.

No podía creer que halla llegado hasta el punto de hacerme sangrar, pero no me sorprende.

Llevo mi mano que tengo libre hacia mi rostro, toco el líquido que chorrea por mi mejilla y veo mi mano para asegurarme.

Era sangre.

Y esto para cerciorarme de que lo hayas entendido —con un rápido movimiento, clava esa filosa navaja en mi brazo izquierdo.

El dolor de mi estómago junto con el nuevo dolor de mi brazo eran insoportable.

Grito con tanta fuerza y dolor.

¡No serás un maricón!, ¿Entendiste? —Gritó de una manera tan cruel, senti que todo mi cuerpo se tenso.

Si padre —logro decir a duras pena.

Se volteo y se dirigió a la puerta. La abrió y la cerro dando un fuerte golpe.

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—¡Ah! —Grité, mire hacia mi alrededor y no había nadie, veo las sabanas y no hay sangre. Mi respiración es agitada y estoy mojado gracias al sudor.

Otra vez la misma pesadilla —no estaba seguro si llamarla pesadilla o recuerdos.

Me quedo observando hacia el frente, perdido en mis pensamientos. Observando hacia la nada, recordando cuando mi padre...

Me apuñaló.

Después de haberme apuñalado estuve un corto tiempo en mi habitación sintiendo el dolor más insoportable que haya tenido en mi vida. Tenía un corte muy profundo en mi brazo, sangraba chorros de sangre parecía que cada vez el dolor era peor.

Como pude, me puse de pie y llame a una ambulancia, les dije que me habían robado mientras caminaba de regreso a mi casa y me habían hecho una apuñalada profunda en mi brazo izquierdo. Dije que llamaba desde el teléfono de mi casa y di la dirección de ella.

Me dijeron que en 15 minutos estarían ahí.

Sali de mi casa como pude, me sorprendí al notar que mi padre no estaba en la casa pero no era lo más importante. Me dirigí hacia la entrada de mi casa y hay me quede esperando a que llegaran.

Cuando llegaron yo estaba pálido, desangrado y moribundo. Me cubrieron la herida con una tela la cual me hacia presión para que dejara de sangrar.

Pero en el momento que entro a la ambulancia, no soporte más y me desmaye.

Lo próximo que recuerdo es que estaba en una habitacion de lo que parecia ser un hospital, después de un rato vi como una mujer ya algo mayor y un hombre que aparentaba ser muy joven entraban por la puertaba

—Buenos dias caballero, mi nombre es Jhon Avel y fui el encargado de la cirugía de su brazo —dijo el hombre joven.

Instantáneamente reviso mi brazo. Sigue ahí y todo luce normal a excepción de las vendas que tenía.

—Tuvo unas heridas muy profundas pero fuimos capaz de detener el sangrado y cerrar la herida. —dijo el demostrando orgullo por su hazaña— Quería pedirle que por favor rellenara unos papeles con su información, ¿Gloria me harías el favor? —dijo mirando a la señora que estaba al lado suyo.

Claro —se acercó a mi y me extendió una tabla que tenía unos papeles, supuse que serían lo que tengo que llenar.

La agarre y empiezo a escribir, al terminar se lo entregue a la señora.

Muy bien —agarra la tabla y comienza a leer verificando que todo este en orden, me mira y asiente— Si todo marcha bien podrá irse hoy en la tarde, su herida a sanado más rápido de lo que esperaba. ¿Necesita que llamemos a alguien para que lo busque?.

No —dije.

Ok, que se mejore. Ah, se me olvidaba, han pasado tres días desde que ocurrió el accidente. Hoy es domingo —terminó de hablar y salió por la puerta de la habitación.

La sensación de algo humedo recorrer mi rostro me saca de mis recuerdos, una lágrima de tristeza se resbalaba por mi mejilla.

Agarre la sabana de mi cama y me limpie el rostro. Hoy sería el segundo peor día de mi existencia.

Comienzan las clases.

Frágil (Pausada) (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora