sugar daddy [ziall]

[quince]

-No estoy seguro de hacer esto, papi...

-Sólo pon el pestillo de la puerta y trata de no gritar mucho.

Niall lo pensó por unos escasos segundos, no estaba muy seguro de aceptar y de hecho había estado considerando en decirle a Zayn que lo dejaran para otro día en el que nada pudiera quedar a la imaginación pero tenía que admitirlo. El sexo telefónico no sonaba nada mal. Sobretodo ahora que tenía una creciente erección dentro de las nuevas panties que Malik le había mandado con su chofer, el tal Liam.

-Listo, creo que ya tendremos privacidad...

-Muy bien. ¿Qué traes puesto?

-Una camiseta y las... panties-se quedó callado por varios segundos, sentado sobre la cama pensando en el momento en que estuvo tan desesperado por dinero como para ponerse ropa interior femenina.

-Sabía que las usarías -comentó el otro con una pequeña sonrisa en el rostro, o al menos Niall sospechó que estaba sonriendo.

-Son cómod... ¡Ignora eso! ¡No he dicho nada!-Zayn rió ligeramente-¡Papi!

-Dime, bebito lindo.

-No te burles.

-No lo hago-volvió a reirse-, sólo que eres muy tierno... Pero volvamos a lo importante de esta llamada.

Niall bufó, sentándose bien sobre la cama, con la espalda apoyada sobre las almohadas. Suspiró y comenzó a acariciarse los genitales por encima de la suave y delicada tela color pastel.

-¿Te estás tocando?

-Sí... ¿y tú?

-Igual-suspiró profundamente-. Imagina que soy yo el que te está tocando... Imagina que estoy ahí contigo.

Niall hizo caso mientras que seguía acariciándose los testículos, pasando hacia su pene semierecto, soltando ligeros suspiros e inaudibles gemidos hacia su celular. Para cuando el rubio se dio cuenta estaba masturbándose, su mano apretando el falo de la única manera en que él sabía cómo darse placer a sí mismo, con las panties hasta los tobillos y el celular temblándole entre la mejilla y la mano.

-¡Oh... papi, quiero que me folles!

-¿Cómo quieres que te folle, bebé?-suspiró, su voz sonaba aún más grave que de costumbre.

-Aquí, ahora... Quiero hacerlo contigo toda la noche.

-Cuando vuelva a verte, voy a metértela hasta el fondo...

-Sí, papi, eso es lo que quiero.

Horan sintió un cosquilleo en su pansita, su vientre y sus bolas, entonces los chorros de semen salieron de su pene y terminaron sobre su estómago, su camisa y parte de las sábanas. Su primera vez teniendo sexo telefónico y duró tan poco, según él.