sugar daddy [ziall]

[veintiocho]

-Bebé...-susurró el moreno-¿Ya estás mejor?-el rubio negó y se acurrucó mejor entre sus brazos. Zayn apoyó su barbilla sobre la cabeza de su novio y comenzó a tararear una canción de cuna-No tienes que decirles si no quieres.

Entre gimoteos y suspiros, Niall se secó las lágrimas del rostro y durmió abrazado al delgado cuerpo de Zayn. Más o menos para cuando dieron las once y media de la noche, Malik hizo lo posible para recostar a Niall sobre la cama, cuidando no hacer algún movimiento brusco para no despertarlo, arropó muy bien a su novio con las sábanas y plantó un cálido beso en su frente. Se puso la camisa de nuevo y encima de ésta el saco color negro que se había puesto para ir a la casa de su novio, se puso sus zapatos negros de cordones y salió por la ventana sin importar que el pantalón que traía fuera un pantalón de pijama que Niall le había prestado después de haber estado besuqueándose.

[...]

Niall suspiró como si eso le ayudara a liberar todos los nervios que le estaban carcomiendo desde muy adentro. Ese día había salido de la escuela y como siempre Zayn le había ido a buscar pero, a diferencia de otros días, le pidió que le dejara un poco más temprano en casa.

Dos semana después de la desastroza plática que tuvieron en su habitación, por fin se había decidido a salir del closet con sus padres.

¿Qué más daba si a sus padres no les agradaba?

¿Qué más daba si los decepcionaba igual o peor de a como Greg lo hizo cuando se fue de casa sin dar explicaciones?

Y de verdad que estaba usando el sarcasmo como apoyo emocional. Cuando estuvieron en frente de su casa, Zayn le apretó uno de los muslos sin intenciones morbosas, sólo un simple apretón para decirle sin palabras que todo estaría bien. Horan le sonrió y bajó de la camioneta y antes de entrar a casa, se paró a un lado de la puerta de piloto sobre las puntas de sus pies, para que Zayn bajara la ventana y así él pudiera darle un beso de despedida.

-¿Te veo mañana?-preguntó el mayor.

-Eso espero-respondió el otro.

Cuando entró a su casa, dejó su mochila en el suelo cerca de la entrada principal y estaba muy seguro de que su mamá le regañaría por eso pero más importante en ese momento era pensar muy bien en lo que les diría cuando llegaran del trabajo en, a lo mucho, una hora.

[...]

Poco a poco la sala de estar se fue oscureciendo ya que la noche estaba entrando y entre esa oscuridad estaba Niall, sentado en el sillón individual, sobando sus manos por los nervios que se presentaban como escalofríos en su espalda. Al escuchar la puerta abrirse sus sentidos se agudizaron.

-Niall, ya llegamos... ¡Hijo, ya te he dicho que no dejes tu mochila en ma entrada!-era su madre.

-Niall, ¿dónde estás?-preguntó su padre caminando hasta la sala, en donde vio la silueta de su hijo menor en el sofá-Hey, ¿qué haces aquí a oscuras?-Bobby tenía intenciones de encender las luces pero Niall intervino.

-¿Puedes dejar la luz apagada y sentarte con mamá, por favor?

Su padre estaba extrañado y confundido, su hijo nunca le había hablado así, tan amable pero tan... temeroso, como si hubiera hecho algo realmente malo y estuviera a punto de confesárselo. A pesar de eso, le hizo una señal a Maura para que se sentaran en el sillón más grande la sala, uno a lado del otro, viendo con algo de dificultad la silueta de su pequeño hijo.

Niall se tomó su tiempo y entonces comenzó a hablar, esforzándose demasiado para que su voz no se cortara por el miedo o por la vergüenza que estaba sintiendo en ese momento.

-Mamá, papá, en realidad no sé qué pensarán sobre esto pero... Desde hace ya algún tiempo me di cuenta de que... Soy bisexual-trató de ver los rostros de sus padres pero por la falta de luz no pudo hacerlo.

-¿Bisexual?-preguntó su madre, apretando la mano de su esposo, como si estuviera ¿asustada?

-Sí, ya saben... Me gustan hombres y mujeres aunque... Creo que estoy un poco más inclinado por los hombres -susurró lo último y sonrió para sí mismo al recordar a Zayn.

-¿Quién carajos te hizo maricón?-preguntó su padre con un enojo demasiado reprimido, Niall se asustó por el tono que estaba usando. Su padre era de los hombres más relajados que conocía y escucharlo hablar de esa forma era tan... extraño, podría ser, no terrorífico pero sí algo que le causaba aún más nervios.

-¿N-nadie? Supongo que siempre lo fui y nunca me di cuen...

-Te lo voy a preguntar una vez más, ¿quién carajos te hizo maricón?

-Ya te dije que nadie...-tragó saliva al sentir la penetrante mirada de su progenitor encima, y de repente ya no sabía qué más decir, parecía que le habían inyectado la lengua con anestesia porque no se sentía capaz de articular las palabras-N-no sé de qué estás hablando.

-¿Quién fue el imbécil que te corrompió y te hizo creer que eres maricón? ¡Dímelo! ¿Quién fue?

-¡Nadie!-y al darse cuenta de que su padre estaba harto de su gran respuesta, porque se había quitado el cinturón y lo había doblado en dos dispuesto a darle unos buenos golpes, Niall alzó las manos con miedo para cubrir su rostro-Tengo novio, ¿okay? ¿Eso es lo que querías escuchar?

-Levántate-le jaló del brazo con fuerza, haciendo que se levantara de su asiento-. Ven acá. No voy a tener un hijo maricón.

Maura se levantó del sillón con rapidez, tratando de detener a Bobby pero éste le dio un pequeño empujón para que dejara de molestar y subió las escaleras con su hijo fuertemente agarrado del brazo.

-No, Bobby, no le pegues-rogó la mujer pero fue inútil, ya que en el instante en que los dos entraron a la habitación, el cinturón de Bobby terminó por dejar una marca rojiza en el costado del torso de su hijo.