One-Shot de Hetalia.

2p!GerIta.

Dedicado a Anele5 en verdad lo siento por demorarme tanto >~< perdónperdónperdónperdónPERDÓN

¡FELIZ NAVIDAD!

\(^0^)/

El italiano jugaba con la cuchilla aburrido mientras a su lado se encontraba el alemán mirando el televisor que transmitía un extraño programa de farándula. Todo estaba en silencio, cosa que molestaba y frustraba al castaño, al contrario del rubio que se mantenía contento en aquel silencio.

Luciano impaciente por hacer algo más que solo estar calentando el sillón y escuchando las voces chillonas de las mujeres que opinaban sobre la vida de otras personas, eso no le importaba, le aburría en demasía. Lutz lo sabía pero era mucha la pereza de mover el dedo y cambiar el programa.

El italiano soltó un suspiro y miró a su compañero, "¿estará viendo o solo me quiere molestar?" se preguntó, claro, verlo estático era más entretenido que ver el televisor.

  -  Lutz~ -dijo acercándose sensualmente- hagamos otra cosa~

  -  ...

  -  Hey~ Lutz~

  -  ...

  -  ¿Me éstas escuchando?

  -  ...

Luciano se volvió a su puesto, enojado, ¡a él nadie lo ignoraba! ¡Menos ese alemán!, tomó el control y apagó la televisión, recibiendo una mirada aburrida del rubio.

  -  Me tenían aburrido -se defendió el castaño.

  -  ¿Que quieres? -preguntó sin mas el otro.

  -  Hacer algo entretenido~ -dijo Luciano sentándose sobre el alemán.

  -  ¿Jugar cartas?

El italiano le miro como preguntando "¿enserio?" en estos momentos se preguntaba la capacidad de entender indirectas del rubio. En cambio el rubio estaba bien seguro de lo que decía, le encantaba hacer enfadar al castaño, y él sabía como hacerlo, además también sabía como hacer para que luego se le pasase el enojo.

  -  No eres divertido -Luciano se levantó y camino hasta su habitación en la cuál se encerró.

Lutz sonrió, y con la pereza que le caracterizaba se dirigió a la habitación del otro. Tocó la puerta tres veces, lo necesario para que el italiano abriera la puerta asomando la cabeza, con una sonrisa sádica y mirada lujuriosa.

  -  Vi el muérdago -dijo abriendo la puerta por completo- ¿vienes por el beso o...

  -  Si hablas no lo haces divertido -dijo sin mas el alemán.

Tomó a su italiano por la cintura y le besó, beso que no duró ni dos segundo como inocente. Y que los llevó a lo que Luciano estuvo esperando toda la tarde.