Capítulo 4

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A penas baje del autobús y ya había una multitud de chicas viendo los autos de Tonny, Travis y Thomas. Y por supuesto, los chicos ya se encontraban comiéndose con la mirada a Leslie que bajaba de su motocicleta.

Ellos parecían unos sexys modelos sacados de alguna revista.

Y yo parecía un burrito andante.

Un despeinado burrito andante.

Cómo sea, mis hermanos llamaban demasiado la atención. Cada vez que Travis nos inscribía en un nuevo instituto ellos siempre entraban como los super-modelos del lugar. Menos una vez en la que Travis tuvo que hacerse pasar por un conserje. 

Exceptuando esa vez, ellos siempre sobresalían con solo su presencia, esa era la razón por la que cada uno se iba por su parte. Actuábamos como completos desconocido (Excepto por Thomas y Tonny). Aunque eso no cambiaba su reputación, hacia que nadie supiera que estamos emparentados.

Nadie nunca pensaría que ellos tuvieran alguna relación con la típica chica friki.

Por eso yo iba en autobús al instituto, Travis y los gemelos en auto, y Leslie en su motocicleta.

- Disculpa. - gire mi cabeza hacía dónde había escuchado la voz.

-¿Si? -  «Mantener las apariencias». Me había dicho Travis, así que me obligue a sonreír amablemente.

- ¿Eres nueva?

¿Tanto se nota?

Asentí a la chica de cabello castaño más claro que el mío. Ella sonrió.

- ¿Quieres qué te enseñé el lugar? ¿Ya te registraste? ¿A qué curso vas? ¿Qué clase te toca primero?

Parpadee y retrocedí unos pasos algo abrumada por tantas preguntas.

- Eh... - traté de pensar algo rápido, la chica de ojos chocolate me veía expectante - Aún no recojo mi horario, y estaría encantada de que me mostrarás el instituto.- Sonreí de la manera más dulce que pude. La chica chilló de alegría y me tendió una mano.

-Me llamó Carol. -  se presento sonriente. Acepté su mano, ahora que la veía mejor era una chica muy peculiar. Su piel era blanca como la nieve, su cabello ondulado le llegaba por debajo de los hombros, pero lo tenía amarrado en una coleta de costado. Llevaba unas gafas marrones que contrastaban muy bien con sus ojos chocolate.

- Soy Ly. - Ella frunció el ceño.

- ¿Ly? - asentí.

- Sólo Ly. -  dije de manera que no pudiera llevarme la contra. Carol sonrió sin mostrarse molesta por mi tono de voz y me guió dentro del instituto.

Ella fue muy amable conmigo, me acompañó a recoger mi horario a recepción junto con el número de mi casillero. Y me dio un recorrido rápido por el lugar antes que tocara el timbre.

-¿Ya viste a los nuevos? - escuché comentar a una chica con escasa ropa que pasaba juntó a nosotras hablando energéticamente con su amiga - Están para comérselos.

-Lo sé... - la otra chica con la que hablaba se mordió el labio inferior - No puedo esperar a clavarles las uñas en su... - Hice una mueca de asco.

Definitivamente aquí las chicas estaban más locas, y más necesitadas.

- Esté es nuestro salón. - volví la cabeza en dirección a Carol y asentí sin decir nada. Cuándo ambas cruzamos la puerta ella agacho su cabeza y camino lentamente hasta el primer pupitre.

En el salón se encontraban varios chicos y chicas conversando entre ellos. Había chicos con camisetas del equipo de fútbol o de básquet sentados en las mesas siendo rodeados por chicas cuya ropa parecía vomitada por un unicornio y luego cortada con tijeras por todos lados.

Fruncí el ceño cuando uno de los que tenían camiseta del equipo de básquet miró a Carol y le lanzó una bola de papel, espere a que ella hiciera algo, pero sólo se limitó a bajar más su cabeza y escurrirse lentamente en su silla. Eso me motivó para agarrar la bola de papel y lanzarla al rostro del chico que la había arrojado, Carol había sido muy amable conmigo, y no me parecía justo dejar que le tiren papeles a la única persona que me había mostrado amabilidad.

- A sus lugares. - dijo una voz autoritaria cruzando el salón evitando que hiciera algo. Cómo no sabía dónde sentarme, y los pupitres eran en par. Me senté junto a Carol, causando que ella me viera algo sorprendida y con una tímida sonrisa en su blanquecino rostro.

- Al parecer tenemos una alumna nueva... - maldije en mi interior, sabía lo que seguía, y lo odiaba - Al frente, y diga una breve descripción de usted. - sentencio el hombrecillo regordete mirándome a través de sus enormes gafas. Me puse de pie y mire a los demás.

- Me llamó Ly. Ly di Stefano. - todo salió con naturalidad de mis labios, no era la primer vez que cambiaba mi apellido. - Soy de Italia, vivo con una tía lejana y me encanta el chocolate. - de todo lo que había dicho sólo era cierto mi amor por el chocolate y mi nacionalidad. Tal y como Travis me había dicho que dijera.

Todos se quedaron callados evaluándome con la mirada, algunos me miraban con curiosidad, algunas con aparente desinterés, otros con burla.

En ese momento llevaba una polera negra extremadamente grande, junto a un pantalón holgado de lana, unas converse negras y mi cabello amarrado en una coleta alta. Entendía las miradas de burla, parecía la hermana del espantapájaros, pero a mí me gustaba verme así.

Mi ropa, mi estilo, mi problema.

- Llegue. - La puerta del salón se abrió de golpe y un chico  aparentemente de mi edad entró al salón. El profesor bufo, unas cuantas chicas revisaron su reflejo en espejos de bolsillo, los chicos sonrieron. Y yo me quede viendo al recién llegado como estúpida.

Hace calor.

El chico sonrió, tenía una hermosa sonrisa, pero algo en sus ojos color café no sonrió como lo hacía su boca, aquella que poseía unos apetecibles labios color carmesí... Era hermoso, eso no lo iba a discutir. Pero algo de toda la perfección que traía me dejó descolocada, como si algo en él no fuera correcto.

Fue entonces que vi su mano.

Un anillo de oro con algunas incrustaciones de... ¿Eran diamantes? La muy peculiar joya descansaba sobré el dedo corazón de su mano derecha.

Mi corazón dio un vuelco.

El anillo traía una "L" grabada al medio.

Angelo FamilyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora