Capítulo 3

755 44 8
                                    

- Con cuidado. - regañe a los gemelos cuando la cabeza de Leslie se chocó contra la puerta de nuestra casa. Ella ni siquiera reaccionó, siguió roncando.

Típico de ella.

Aunque de estar como ella, haría lo mismo.

Me dirigí hacia la cocina y llene un vaso con agua. Cuando regrese a la sala principal Thomas hablaba con Travis mientras Tonny estaba pendiente de su portátil, y Leslie... Bueno, ella estaba desparramada por el sofá de cuero negro al centro de la sala.

- ¡Lo encontré! - gritó Tonny alzando sus brazos. Travis y Thomas se situaron a ambos lados de él y vieron la pantalla de su portátil.

- ¿Dónde? - preguntó Trav bruscamente.

- Calma viejo, calma. - murmuró Tonny mientras escribía  algo más en su portátil. - según nuestros contactos en la frontera, y algunos en la policía. Ellos se encuentran aquí, en San Francisco.

¿Estaban buscando el paradero de Los Creadores y no me dijeron nada?

Tranquila, no grites, no hagas algo estúpido, tú sólo tranquilizate...

A la mierda.

Los malditos habían hecho un movimiento sin mí.

No es que molestará... ¿A quién engaño? Claro que me molestaba, me sentía excluida.

Aunque... ¿Qué posibilidades hay que en serio los encontraran?

Pocas, pero conociendo a Tonny, seria él quien daría con el paradero exacto de Los creadores. Sacudí la cabeza, era mejor dejar esos asuntos a ellos, así que me trague el amargo sabor de boca que sentía al dejarlos hacer algo por su cuenta.

Me vengaría, claro que lo haría.

Repasé con la mirada nuestra casa. Era en cierta forma lujosa, las paredes eran de un crema pastel hermoso, habían cuadros de pinturas muy bellas en ellas. En el centro de la sala se encontraba un enorme sofá de cuero negro dividido en tres partes formando una "U". Al frente se encontraba una gran televisión pantalla plana junto con todo un equipo de sonido. La cocina estaba a la vista, sólo era separaba por una barra de mármol donde solíamos sentarnos a desayunar. Esta era tan lujosa como lo era la sala, sólo había cosas de acero inoxidable, cosa que no me importaba mucho ya que no era yo la que pasaba horas ahí.

- El paradero, Tonny. - la voz de Travis me sacó de mi trance, y casi hace que bote mi vaso con agua.

- Más paciencia, por favor. - Travis rodó los ojos.

- Eh... Chicos... - Thomas se había percatado de mi mirada. Negué con la cabeza y levanté mi vaso en forma de despedida, me di media vuelta y subí las escaleras hacía mí cuarto.

Mierda, Leslie.

Encogí los hombros, quizás no debía haber dejado a Leslie ahí abajo, pero sabía que alguno de los chicos la llevaría a su cuarto en el trascurso de la noche.

O puede que la dejen tirada en el sofá.

– El sofá es muy cómodo. - me veía inútil respondiéndome a mí misma pero no me importaba, nadie estaba viéndome ni escuchándome, ni estaba en esos programas de cámara oculta.

Me metí al baño y me duche lo más rápido que pude, Me puse mi pijama y me lance hacia mi cómoda cama.

- Te extrañe. - murmuré contra las almohadas sintiendo la suave tela acariciar mi rostro. Me tape con las sabanas y me entregue al mundo de los sueños.

- ¡No le hagas daño! - gritó  una mujer con lágrimas resbalando por sus mejillas.

- ¡¿Cómo quieres qué sea mí sucesor si es peor que una niña?! - gritó el ser que estaba delante de ella sosteniendo una correa, él apuntaba a un niño de 7 años que se escondía tras una mesa. La mujer siguió pidiendo piedad para el pequeño pero el hombre que sostenía la correa no se la concedió y volvió a atacar con golpes al infante.

Lo que ellos no sabían era que una niña de 5 años observaba todo desdé el marco de la puerta.

- ¡Despierta, Ly! 

Hice una mueca al sentir un peso extra en la cama.

¿Acaso no podían dejarme dormir una maldita vez?

- Vete. - cubrí toda mi cabeza con las sabanas.

- No sabes qué día es hoy, ¿verdad? - bufé y tire mis sabanas lejos.

¿Navidad?

Ah no...

- Es el primer día de instituto. - gemí con frustración al decirlo.

¿A quién es su sano juicio se le olvidaría el día donde empezaba su tortura? A mí, claro.

- ¡Exacto! - exclamó Tonny alegre. - apúrate y baja a desayunar. - susurré un "Vale" y mi hermano se fue corriendo a despertar a Leslie, y por los gritos que escuche por parte de ella, ya lo había conseguido.

Suspire y me incorpore lentamente de mí cama.

Mi cuarto no era tan grande como los demás, quizás era el más pequeño. Pero eso no le quitaba lo reconfortante, era el único lugar dónde yo mandaba, dónde me sentía con la autoridad suficiente como para botar a mis hermanos, excepto a Leslie de aquí.

Ella sería capaz de derrumbar la puerta si es que no le permitía pasar, a veces me daba miedo.

Me levanté y camine hacía el baño, me esperaba un muy largo primer día de clases.

Angelo FamilyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora