Capítulo 31

391 30 1
                                    

Oh no, no, no, y no.

Él no iba a besarme, no señor.

- ¿Por qué tú padre quiere hablar conmigo? - pregunté alejándome casi medio metro de él mirándolo con el ceño fruncido. ¿Cómo podía atreverse a hacer algo así? ¿Por qué había consentido que se acercara tanto? ¿Y por qué no me disgustaba la idea de él tan cerca de mí?

Agh, malditas hormonas.

- Lo impresionaste. - por su mirada supe que muy pocas personas habían conseguido impresionar a su padre. Y yo estaba dentro de ellas.

No sabía si estar orgullosa por impresionar al líder del grupo enemigo, o estar aterrada por lo mismo.

- Así que lo impresione... ¿cómo? - me sentía totalmente estúpida al preguntar eso, pero la mirada de Dylan me decía que no sólo había impresionado a su padre, que también había podido impresionarlo a él. Y quería saber qué había hecho para poder hacer que me mirara como si fuera un nuevo y exclusivo producto en el supermercado que deseaba obtener. 

- Hace como un mes a mi padre le estaban robando su... mercancía, él intento por todos los medios encontrar al responsable, pero por más que ejecu... despidiera, despidiera a sus trabajadores, los saqueos continuaban... hasta que llegaste tú, y con sólo una mirada supiste quién era el que le robaba a mi padre. ¿Acaso tienes alguna clase de poder?

En ese momento todas las alarmas en mi cabeza se encendieron. No porque Dylan había estado por decir "ejecutar", si no porque existía una posibilidad que su padre quisiera hablar conmigo para ofrecerme trabajar para él.

Tenía muy en claro que no iba a trabajar con nadie que no fueran mis hermanos, pero no podías decirle al líder de 'Los creadores' que no, no era tan sencillo como parecía.

- Quizás tú padre me contrate para usar ese "poder", ¿no crees? - hice mi mejor esfuerzo para que sonará como una broma a pesar de los nervios que sentía en este mismo instante. El rostro de Dylan cambió, se volvió sombrío y distante, casi como la primera vez que lo vi. Sólo que ahora no traía esa sonrisa vacía que no expresaba nada y que lograba ponerme los pelos de punta.

- Eso no pasará. - fruncí el ceño. Nunca creí estar de acuerdo con él en algo, y ahora lo estaba, pero no sabía sus razones para no querer que yo pertenezca a su grupo.

- ¿Por qué no? Yo puedo trabajar para quién quiera si eso significa ganar algo más de dinero.

- Pero no para mi padre. - achine mis ojos en su dirección. Cada vez que decía la palabra 'padre', me daban ganas de abofetearlo, no sólo porque parecía como si dijera el nombre de algo sagrado, si no porque no estaba acostumbrada a que las personas expresarán tanta devoción hacia alguien que era casi igual al hombre que contribuyó en darme la vida.

- ¿Por qué? - pregunté viendo como poco a poco sus facciones se relajaban y me miraba de una forma que logró ponerme incómoda.

- Porque alguien como tú no debe de pertenecer al mundo en el que vivo.

Si supiera...

No me quedó de otra que apartar la mirada. Con eso sólo logré confirmar lo que ya sabía: Dylan seguía viéndome como a la chica callada que siempre tartamudeaba cuando le hablaba. A pesar de haberme visto en situaciones comprometedoras que pudieron decir lo contrario, Dylan seguía viéndome como si fuera... indefensa.

Mordí el interior de mi mejilla tratando de controlar las ganas de gritarle que dejara de verme como lo estaba haciendo. Quería pararme y gritarle todo lo que era capaz de hacer, pero no podía. En primer lugar era completamente infantil sentirme así cuando ya había experimentado lo mismo cada vez que uno de nuestros compradores me veía y decía "¿Tú eres la niña de Nicolás?" claro que después los apuntaba con mi arma y se callaban, pero no podía hacer eso con Dylan sin revelar que en realidad Ly di Stefano no existía.

Angelo FamilyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora