Capítulo 9

564 43 5
                                    

Leslie

Amo a mis hermanos, lo hago con todo mi corazón, o lo que queda de él. Pero en este momento quiero ahorcar a tres de ellos y tirar sus cuerpos por algún barranco.

-¿Cómo? - el idiota mayor paso una mano por su cabello exasperado.

-No tengo ni idea Less...

-Nada de "No tengo idea Less", quiero la verdad.

-Esa es la verdad Leslie... - dijo Thomas.

-Es cierto... - lo apoyo Tonny.

-Mienten.

Me volví hacia Ly. Ella tenía sus ojos ojos clavados en cada uno de los movimientos de los tres idiotas que estaban sentados en el sofá. Parecía analizar y medir cada una de sus respiraciones.

-¿Segura? - preguntó Kaidan desde el otro extremo del sofá. No se había marchado al llegar a nuestra casa, de hecho se había quedado dispuesto a escuchar a los idiotas.

Ly le dio una pésima mirada, y debo admitido, casi me pongo a reír como una histérica. Se veía a simple vista que a Ly le interesaba Kaidan, pero su orgullo era más fuerte que su atracción.

-Lo estoy. - volvió a mirar a Travis quién mantenía la vista en un punto lejano, tenía los labios apretados.

-Dime, Tonny... ¿Qué les dijo O'Connor? - pregunté fijando mis ojos en los del más débil de los tres. Sabía que Travis podía soportar mi mirada, Thomas en algunas ocaciones, pero Tonny... Él no.

-Pues... Luego de mencionar a su hija, Milagros, el tipo se volvió loco, dijo que de nada servía ocultarnos, por que él ya nos había encontrado, mencionó algunas perso...

Mi hermana y yo intercambiamos una mirada, ambas sabíamos que él mentía, o al menos no decía toda la verdad. ¿Cómo lo sabíamos? Pues ella conocía más a Tonny, pero yo la conocía a ella, y por el rostro de Ly estaba claro que Tonny se estaba guardando algo.

-Eso no es todo, hay más. Hablen. - Ly se cruzó de brazos.

-De verdad eso es todo... - 

Golpearé a Thomas.

-Hay más. - replicó Ly molesta.

-No lo hay. - cerré mis ojos.

 Uno, dos, tres, cuatro...

-¿Y qué si hay más? Nosotros nos encargáremos de arreglar las cosas, ustedes no se metan. - las palabras de Travis fueron suficiente, explote.

-¡Estoy harta de esto! Siempre es así, ustedes se guardan todo para sí mismos, entiendo que esto sea un tema delicado y serio. ¡Pero joder! ¡También queremos participar! No pueden soltar una bomba como la que soltó Travis por teléfono y luego decidir callar por nuestro bien.

Una vez que termine mi nada preparado discurso la sala quedó con un silencio que odie. Odiaba toda clase de silencios pero éste en particular, era como si ellos fueron los jueces, y tanto yo como Ly las juzgadas.

Y no iba a esperar el veredicto.

-¿Saben qué? Pueden irse a la mierda, todos. - me di medía vuelta y subí hacía mi habitación.

Esto era una estupidez, éramos una familia, una muy rara, pero lo éramos, habíamos pasado por muchas cosas juntos. Tanto buenos como malos momentos, los amaba a todos, incluso cuando sentía que el mundo se acababa para mí, ellos estaban conmigo, Ly dispuesta a gritar a cualquiera que se me acercará, Thomas con sus bromas y consejos, Tonny con sus estúpidas pero efectivas maneras de hacerme sentir mejor, y Travis con sus duros y directos comentarios.

Casi sin darme cuenta ya tenía lágrimas bañando mis mejillas. Cerré la puerta lentamente y deje al cachorro de rottweiler en el suelo. Sí, lo había llevado a casa, y al parecer ninguno de mis hermanos se había dado cuenta por todo el asunto de Nicolás.

Nicolás...

Sólo de pensarlo me hervía la sangre, él era el causante de nuestras desgracias, de que estemos metidos en esto. De estar huyendo...

-¿Less? - Ly entró en mi habitación con paso cauteloso, ella sabía que no cualquiera entraba en mi territorio. Las paredes eran de un celeste oscuro, y aunque hubiera fotografías pegadas en ellas seguía teniendo un aire militar, ya que en mis estantes tenía armas de guerra que nunca utilizaba, y en la única ventana que daba a la calle se encontraba una red de alambre decorando los bordes de marco de la ventana. Era precioso, al menos para mí.

-No te haré algo Ly. - dije rodando los ojos y haciendo un poco de espacio en mi cama para que ella se siente.

- Sólo venía a ver que tal... - la frase de mi hermana murió al tiempo que mi pequeño bebé ladraba en su dirección. Ly salto - ¡Mantén a esa cosa lejos de mí!

Estuve tentada a decir que no era una cosa, era un pequeño cachorro queriendo atención, y amor. Pero conociendo a mí hermana ella diría algo desinteresado, luego me hablaría de que los gatos eran mejores, más cariñosos, astutos, y tranquilos.

-Ven bonito, ven... - el cachorro me ignoro y se puso a dar brincos al rededor de Ly, ella parecía apuntó de patear a mi bebé, cosa que no iba a permitir de ninguna manera.

Justo cuando estaba por decirle a Ly que se marche o que viniera más tarde ella ya estaba cruzando mi habitación en grandes zancadas y tirándose a mí cama.

-Recuerda que me debes diez dólares por traer al animal. - dijo mientras se acomodaba.

-Te los pagaré luego, ¿qué haces aquí? - pregunté viendo como mi perrito nos veía a ambas con la cabeza ladeada, sonreí.

-Ya sabes porque vine. - Suspire y mire los ojos azules de mi hermana.

-Sabes que no fue mi intención mandarlos a la mierda. - dije con toda sinceridad - pero esos chicos me desesperan. ¡Me desesperan!

Ly empezó a reírse de mi reacción y miró al techo como si éste tuviera todas las respuestas.

-¿Cómo crees que es ahora? - me preguntó. Fruncí el ceño.

-¿De qué hablas?

-Nicolás.

-Espero que un gordo y horrible hombre con barba de una semana, asqueroso, enfermo, con canas... - Ly me miró con una ceja elevada. Me encogí de hombros.

-Me refiero a que si habrá cambiado algo de su carácter...

-Nadie puede cambiar su manera de pensar, menos su carácter... Y menos alguien como Nicolás... - mire mis brazos que ahora estaban cubiertos por una camiseta de manga larga - nadie puede cambiar su forma de ver las cosas.

-¿Lo dejaste? 

-Estoy en proceso.

Ly tomó uno de mis brazos bruscamente y alzó la manga de la camiseta que traía.

-Leslie...

-¡Leslie! - Travis entró empujando la puerta bruscamente haciéndonos sobresaltar a Ly y a mí.

-Trav... - murmuró Ly aterrada. La mirada de Travis se fue primero a ella, luego a mí, y al final a mi brazo con una que otra cicatriz. 

Angelo FamilyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora