Capítulo 13

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-Mierda Thomas.

-No duraste ni cinco minutos...

-Ya cállense.

Me dieron ganas de reír al ver aquella escena, Travis y Tonny estaban sentados a los pies de mi cama observando como Thomas maldecía al haber perdido la partida.

-Eres una tramposa - me dijo frunciendo el ceño cuando hubo terminado de maldecir. Sonreí.

-No es culpa de Ly que no sepas perder Thom. - dijo Leslie sentándose al lado de Travis con su perro en brazos, tuve que contenerme para no decirle que lo deje afuera, no quería sus pulgas en mi habitación.

-Ella hizo trampa... - puse los ojos en blanco y agarre a su reina - primera regla del ajedrez, no dejes a tu Rey desprotegido.

-¿No pudiste habérmelo dicho antes? - replico Thomas abriendo mucho los ojos. Leslie río con ganas y contagio a Tonny, ahora los dos se reían como desquiciados mirando la cara de Thomas de vez en cuando.

-Less asustas a tu perro - Murmuro Trav pasando una mano por su rostro para ocultar su sonrisa.

No tenía ni idea de por que se reían como si hubieran escuchado el mejor chiste del mundo, pero no pude evitar unirme.

Era uno de esos momentos que no cambiaría así me dieran toda la Nutella del mundo. Al mirar a mis hermanos reír me sentí plena, era como volver años atrás y revivir los momentos más hermosos que viví con ellos. Sentí como mi afectó hacia ellos crecía, puede que tengamos muchas diferencias, que aveces no nos soportemos, pero éramos una familia, una rara y poco común familia, pero así éramos, y no cambiaría nada de ellos.

-Sigue sin ser justo... - murmuró Thomas cuando se calmó un poco, el también se había unido a las risas.

-Dímelo a mí, ¡Me ganó cinco veces! - Tonny se cruzó de brazos.

-Y-ya... - mi hermana estaba agarrando su estómago de tanto reír.

-Quiero tratar. - Thomas miró divertido a Travis, mi hermano mayor seguía teniendo una sonrisa plantada en su rostro. Sólo que ahora ya no la ocultaba, mejor, me gustaba ver a mi hermano feliz.

-Diez a Ly.

-Gracias por la confianza Less. - murmuró Trav cambiando lugar con Thomas, ahora tenía a mí hermano mayor frente a mí, lo único que nos separaba era el tablero de ajedrez y el plato de palomitas junto con un pote de nutella que había traído Leslie.

-Veinte a Trav - le dijo Tonny a mí hermana.

-Cincuenta a que Ly gana en menos de cinco minutos -  Thomas quería recuperar su dinero, el que había perdido cuando perdió la partida que tuvo conmigo. Sí, así es, yo tenía sus preciados cincuenta dólares, porque cuando nosotros jugamos no faltaban las apuestas.

-¿Listo para perder Travis? - pregunté con una sonrisa mientras acomodaba las piezas.

-Te digo lo mismo, Lyanna.

-Uh, la cosa va en serio chicos, Thom pásame las palomitas, Tonny la Nutella.

Hice una mueca, odiaba que me dijeran así.

-Acabemos esto de una vez.

La partida duró más de lo que espere, Travis sabía muy bien como jugar ajedrez, parecía saber los movimientos exactos para quitarme mis piezas, claro que yo también le quitaba varias de las suyas. Incluso a sus preciados caballos. Su error fue mover a la torre, fue ahí cuando mi hermosa reina acorraló a su rey, fue un jaque mate.

-Joder.

-¡Mis cincuenta Ly!

-¡Así se hace hermanita! - Leslie comenzó a tirarme palomitas como si fueran rosas a lo que reí, incluso su pequeña bolsa de pulgas parecía feliz, movía su cola de un lado de otro mientras comía las palomitas que se habían caído y estaban regadas por el suelo.

-Mi dinero chicos, necesitó comprar más hamburguesas. - Tonny rodó los ojos y le entregó el dinero a una sonriente Leslie.

-Aposté que Ly le patearía el trasero a Trav, quiero mi dinero.

-De hecho, dijiste que Ly ganaría en menos de cinco minutos, lo hizo en quince. - Travis a pesar de su derrota no pudo evitar soltar una carcajada.

Y así comenzaron las maldiciones de Thomas otra vez.

(...)

Nunca sabré por que los chicos tienen una obsesión con las motos. Bien, a mí también me gustaban, pero no estaba presumiendo de tener una.

Quizá porque no la tienes.

Vale no tengo una, pero Leslie sí, y de vez en cuando me deja usarla. Pero esa moto era totalmente diferente a la que estaba viendo ahora.

La moto de Dylan era una Harley, una hermosa Harley de color negro.

¿Cómo llegue a admirar de cerca la moto de uno de los chicos más deseados del instituto? Pues digamos que cuando terminó la última hora de clases Dylan prácticamente me arrastró de los casilleros hacía el estacionamiento, obtuvimos varias miradas incrédulas, otras de curiosidad, incluso llegue a ver la cara llena de furia de Travis. No le había avisado de que compartía un trabajo con Dylan, así que me esperaba la tercera guerra mundial al llegar a casa.

-¿Quieres que te suba? - preguntó un Dylan impaciente.

No dije nada, sólo me límite a subir detrás de él en aquella hermosa máquina, puse mis manos hombros ya no los pondría más abajo.

Aunque quisieras.

Ignore eso y me concentre en el camino por el que íbamos, conocía esta parte de la ciudad, había estado paseando por aquí con Carol.

Carol... Jamás olvidaría su cara cuando me vio ser arrastrada por Dylan, era digna de tomarle una foto, aunque en ese momento ella estaba conversando con una chica que no reconocí, así que dudó que haya visto quién me arrastraba por medio instituto.

-Llegamos. - me dijo mientras detenía su motocicleta frente a una casa de color beige, de un estilo rústico moderno, y con ventanas polarizadas. Dylan bajo de la moto, yo lo seguí.

-¿No te importa dejar tu motocicleta fuera? ¿No creés que te la robaran? - pregunté algo confundida, yo no quisiera que me robaran una motocicleta como esa.

-Nadie me roba. - replicó Dylan él mientras habría la puerta de su casa.

-Como digas... - murmuré viendo de reojo como dos chicos nos miraban curiosos desde el otro extremo de la calle.

-¡Ya llegue! - entró y dejó la puerta abierta para que yo también lo hiciera, y así lo hice. ¿Lo primero que miré?

La panza de un hombre de aproximadamente cuarenta y algo años. Fruncí el ceño, el hombre tenía el cabello castaño, las puntas las tenía blancas. Sus ojos se clavaron en mí, eran cafés...

-¿Otra puta?

-Es mi compañera de instituto, papá.

Mis ojos buscaron frenéticamente las manos del hombre, y sí, si lo traía.

Traía el anillo con la marca "L", la única diferencia era que el del señor era de oro puro, y tenía unas incrustaciones de rubíes en la "L".

Lo entendí apenas mire el anillo.

Estaba frente al líder de Los Creadores.

Angelo FamilyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora