Capítulo 30

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Era muy difícil encontrar algún supermercado abierto los domingos en la mañana, especialmente cuando ni siquiera eran las seis. Pero gracias a la terquedad de Leslie continuamos buscando hasta dar con uno que estaban por abrir.

Tuvimos que esperar alrededor de quince minutos para que los encargados se organizarán lo más pronto posible. Al parecer no estaban acostumbrados a recibir clientes tan temprano, menos que fueran dos chicas que parecían haber tenido una pelea callejera.

- Perdón - dejé los dos potes de Nutella a un lado y me volví hacía Leslie, ella tenía la cabeza medio gacha mientras observaba fijamente la etiqueta de un empaque de galletas al lado de ella. Ambas estábamos sentadas en el suelo mientras observábamos los distintos tipos de golosinas a nuestro alrededor. Ella había sido la primera en romper nuestra extraña clasificación de chucherías.

- ¿Qué? - fingí no haberla escuchado y puse la mejor expresión de desconcierto que tenía. Ella  suspiro.

- Perdón por haberme comportado como una perra sin sentimientos contigo. - deje escapar un suspiro que pudo haber pasado como una exhalación. Intentaba seguir molesta con ella, pero la expresión de gatito perdido que tenia en su rostro era difícil de ignorar. No debía ser un genio para adivinar que le pasaba algo.

- Dime que te pasa. - su expresión se volvió distante, lo que no hizo mas que aumentar mi curiosidad. Abrió la boca, luego la volvió a cerrar como si no supiera que decir. Apreté mis labios, si no hablaba por las buenas, tendría que amenazarla con un tomate para que hablará, ella odiaba los tomates.

- ¿Recuerdas cuando fuimos a entregar el dinero? - fruncí el entrecejo, no entendía a que venia esa pregunta.

- Claro, fueron las diez mejores noches en vela que tuve. - Leslie me miro mal, pero aún así se aclaro la garganta para continuar lo que supuse sería una historia muy larga.

Las palomitas estarían bien en un momento como éste.

- Sé que los chicos te contaron lo que pasaron para llegar hasta donde nos tenían encerrados... - asentí impaciente para que llegara al punto - sabes que me quede en una gasolinera hasta que Cam y algunos hombres más fueron por mí...

- ¿Qué paso en la gasolinera? - pregunté intentando descifrar hacia donde quería llegar. Tenia claro que todo tenia que ver con ese lugar, y algo me decía por la mención de Cam, que la cosa seria sobre él.

- Ahí... - su voz se apago totalmente, parecía estar recordando algo que debió de dolerle mucho. Eso me preocupo un poco, ya que sólo tenia esa expresión cada vez que alguien mencionaba a nuestra madre - Nicolás tiene razón... soy demasiado ingenua.

- ¿Qué tiene que ver él en esto? - intenté que el enojo fuera mínimo en mi tono de voz. Lo que menos quería en este momento era iniciar una pelea con ella, pero era inevitable que mi enojo saliera a flote cada vez que alguien lo mencionaba

- "Nadie ayudaría a alguien como tú", esas fueron sus palabras, y aunque me cueste admitirlo, tiene razón - la mire como si tuviera un ganso en la cabeza, ¿estaba oyendo bien? - ... soy demasiado ingenua Ly, tomo la amabilidad de las personas por confianza cuando no es así, y ese es mi jodido problema - dejó de mirar la envoltura con la que sus manos jugueteaban nerviosamente y me miró - no puedo saber si una persona me esta mintiendo, no hasta que es demasiado tarde...

No sabía que decir, de verdad. Las palabras que tenía pensado decir hace cinco minutos murieron en mi garganta al escucharla. Los ojos de Leslie viajaron desdé los míos hasta sus manos al percatarse que no diría nada. Creí ver su labio temblar.

- Se llamaba Zoe...

No la entendí al principio, ni cuando empezó a explicarme como fueron sus primeros días en la gasolinera. Cuando comenzó, su expresión se relajo un poco, como si en realidad estuviera narrando un bello recuerdo que una trágica historia. Porque eso era, trágica, al menos con el final que me contó. Cuando por fin acabo su relato de casi media hora, sus mejillas estaban bañadas con lagrimas, la expresión relajada había cambiado a una melancolía.

Angelo FamilyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora