Capitulo 13. Duda

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Sigiloso como el cuchillo que atraviesa las venas, así fue la flecha que se llevó tus penas

El timbre acaba de sonar y solo puede ser Gizah, corro hasta la entrada, en lo que miro mis manos llenas de masa de pizza, me limpio con el delantal y coloco el código de la alarma para abrir la puerta.

Cuando esta se abre veo a mi amiga con su colchón, el que solemos usar cada que vamos una a la casa de la otra, sus bolsos como si fuera a quedarse una semana y detrás de ella al fastidioso de su hermano, con la cara larga denotando su mal humor, imagino que debe ser porque Gizah lo obligó a traerla.

—Subiré a dejar las cosas de mi hermana en tu cuarto —dice Helios, cuando los dejo pasar. No respondo, solo dejo que haga lo que debe hacer, saludo a mi amiga con un abrazo y ella corresponde.

—Hueles a salsa —me dice emocionada.

—Receta familiar, ya sabes  ¿Me acompañas?  —digo caminando unos pasos hacia la cocina. Ella me detiene con su agarre.

—Tranquila, espera al menos que se vaya el tonto de mi hermano.

Hago una mueca de desagrado, estos últimos encuentros con Helios me han dado un tipo de sensación rara, a veces placenteras, otras incómodas, el punto es que, prefiero evitarlo. 

Un choque eléctrico volvió a sacudirme cuando recuerdo lo último que pasamos; su amenaza, su voz en forma de susurro, su cercanía, su perfume. ¿Qué me está pasando? 

Levanto la mirada en dirección a las escaleras y lo veo, en sus labios hay una gran sonrisa <<¡Dios, de verdad se ve bien!>> 

Estoy segura que lo veo con la boca abierta, así que me aclaro la garganta intentando mirar a otro lado, pero no puedo, porque nuestras miradas se cruzan.

De inmediato cambia su sonrisa a una expresión seria, guarda el móvil, y me concentro más en su camiseta y las letras que dicen <<Amo el Rock>> pero la verdad es que estaba apreciando su figura. 

Vuelvo a verlo a la cara, y su expresión es de fastidio, ¿Cómo es que puede cambiar tan rápido de sonriente a malhumorado? Claro, imagino que debía estar leyendo un mensaje de su <<Bella Julieta>>

—Paso por ustedes a las 7:00 —dice pasando muy cerca de mí, dejando el rastro de su aroma en el aire, no nos mira tan siquiera, solo pasa del otro lado de la puerta. Gizah me toma del brazo a modo de acurrucarse en mí —.  Y si no quieres esos Muffins de McDonald's los quiero para mi desayuno —dice con una mirada pícara—. Sean puntuales niñas.

<<¡Mierda! ¿Por qué me da vergüenza ese hecho?>> 

—Ok—respondemos al unísono.

Cuando sale de la casa por completo, cierro de un portazo y vuelvo a activar la alarma. ¡Al fin se fue!

—Tu hermano es un idiota— mi rabia era evidente, y no se lo ocultaré a mi mejor amiga.

—Solo te lo dejo decir a ti...—suspira con cansancio y me mira con una sonrisa, — pero tienes razón, mi hermano es un idiota.

Ahora sí, me deja llevarla hasta la cocina, donde también está mamá ayudándome con la cena. 

Gizah se coloca el delantal, y yo volví a estirar mi masa, el ambiente era ameno, tengo mucho de qué hablarles y estoy lista para hacerlo, después de todo ellas eran mis mejores amigas.

—Hoy vino Hugo —comienzo  a decir mientras baño la masa con salsa y la coloco en el horno ya precalentado.

—Y ¿de qué hablaron? —pregunta mamá ya poniendo a las pre-pizzas los ingredientes finales, sin darle importancia, Gizah por el contrario no puede ocultar su emoción.

La Piedra y El Sol [Libro 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora