Capítulo IX

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Han pasado cuatro meses desde que Hugo me envió la fotografía con el nombre de Julia dibujado en su antebrazo, y en todo este tiempo no he sido capaz de confesarle que soy una mentirosa. Pero, ¿cómo se supone que debo hacerlo? No puedo simplemente romper su corazón al decirle que mi nombre real es Alejandra y que no soy la hermosa chica que mira en las fotografías.

Técnicamente es sencillo escribirle la verdad, es algo tan simple como oprimir teclas y enviarlo. Pero mi temor es más grande que mi propia voluntad de hacer lo correcto. Es como si mi mente se dividiera en dos personas: Alejandra Castillo, la chica que quiere hacer el bien; y Julia Gentilleau, la mujer que desea continuar con la mentira y los halagos que recibe todos los días por parte de cientos de hombres... Hombres que sólo nos buscan por el físico.

El familiar recuadro gris en la parte inferior derecha se ilumina de color azul, indicándome que tengo otro nuevo mensaje. Tengo ocho ventanas del chat abiertas, pero ninguna de ellas me interesa, ni siquiera de aquellos chicos de los cuales también pretendí ser su novia y aún continúan rogando para que les dé otra oportunidad; ellos no saben que quiero a alguien más y que realmente estoy enamorada de un mexicano que vive a muchas horas de distancia, pero que siento a pocos centímetros de mí: Hugo Ramírez.

«Julia Gentilleau 09/12/2015 20:03
Mi amor, perdona pero hoy no podremos hablar :( Tengo que terminar un proyecto muy importante para mañana, ya sabes cómo es esto de la escuela :'( Pero mañana espero que podamos hablar a primera hora :* Te quiero mucho Hugo♥ no lo olvides, ¿sí? :3 Te mando muchos besos mi amor, hasta luego ;)»

Cierro sesión desde el perfil de Julia. Son casi las ocho de la noche, Hugo no volverá hasta dentro de cuarenta minutos, cuando regrese de su entrenamiento, por lo que tengo el tiempo necesario para reflexionar sobre la idea que ha estado rondando en mi cabeza por varios días.

Tecleo un correo y contraseña diferentes a las que me he acostumbrado a escribir. Se abre la página de inicio de mi verdadero Facebook. El nombre de Alejandra Castillo se me clava en los ojos como dos cuchillas afiladas. A comparación del perfil de Julia, en el mío tengo sólo tres notificaciones, un mensaje de una chica pidiendo un me gusta para una foto, y ninguna solicitud de amistad.

Medito la idea durante otros quince minutos, y cuando por fin decido llevarla a cabo escribo el nombre de Hugo en el buscador blanco de la parte superior. Cada letra es un martirio, pero no es momento de retractarme, no después de todas las noches en vela que he pasado para armarme de valor.

Una vez que oprimo la tecla enter, cientos de perfiles con el nombre de Hugo se despliegan a lo largo de la pantalla. Ninguno es el que estoy buscando, así que reduzco la lista utilizando el filtro de buscar únicamente personas; el número no desciende mucho, pero me sirve para calmar los nervios que amenazan con consumirme. Poco a poco voy subiendo la página, acercándome a mi objetivo. Entonces, aparece su fotografía en un pequeño cuadrado, pero que parece de un enorme tamaño para mi pecho. Desde aquí puedo ver su hermosa y resplandeciente sonrisa.

Mirar su perfil sin ser su amiga es extraño. Tiene todas sus fotografías e información privadas, ni siquiera puede verse cuántas personas han comentado su fotografía de portada. Nada. Por supuesto que no tenemos amigos en común ni nada que pueda relacionarnos, lo que me lleva a creer que mi tan ensoñado plan es una mala idea. Sin embargo, lo llevo acabo: le mando una solicitud de amistad.

Suspiro antes de susurrar: —No pasa nada Alejandra, y no importa lo que pase, seguiré siendo esa chica a la que todos aman. Seguiré siendo Julia Gentilleau.

Respiro lo más profundo que mis pulmones me lo permiten. Si no me tranquilizo, puede que llegue a tener un ataque de pánico como le ocurrió a mi madre hace dos semanas, por el torpe hecho de que no encontró sus pantuflas donde las dejó la noche anterior. En algunos momentos he llegado a pensar que ella no es la única con problemas psicológicos en la familia; creo que también mi padre necesita un poco de terapia, pero eso ya depende de él.

Hago ademán de recostarme, pero apenas un mechón de mi cabello roza la almohada, la computadora emite un peculiar sonido, lo que me indica que llegó una notificación nueva. Me levanto de golpe e intento no brincar directo a la silla, aunque me es imposible y de una zancada llego al escritorio y me dejo caer sobre el asiento.

Hugo Ramírez ha aceptado tu solicitud de amistad.

No me da tiempo ni de reaccionar cuando se abre una ventana del chat, con ese nombre que ha cambiado mi vida durante el último medio año.

«Hugo Ramírez 09/12/2015 20:22
Hey! Disculpa, pero te conozco?».

Si quise evitar algún tipo de fuerte impresión, todo se fue a la basura. Siento que el corazón me va a quebrar las costillas por la rudeza con la que está latiendo, lo cual ocasiona que todo me dé vueltas y me sienta realmente mareada y con ganas de vomitar.

«¿Y ahora qué se supone que debes hacer, Alejandra?

»No seas tonta, ¡contéstale!

»¡Pero no sé qué decirle!

»¡Improvisa!»

Mi monólogo se ve interrumpido por otro sonido proveniente de Facebook: A Hugo Ramírez le gusta tu foto de perfil.

«Alejandra Castillo 09/12/2015 20:26
¡Hola! :) Lo lamento, creo que te he confundido con otro Hugo :$

Hugo Ramírez 09/12/2015 20:28
Oh, descuida :D A cualquiera puede sucederle :)

Alejandra Castillo 09/12/2015 20:29
Jeje sí, ¡en serio lo lamento! espero no haberte incomodado :S

Hugo Ramírez 09/12/2015 20:30
No te preocupes :)
Hey, vi que eres de Guanajuato... Una amiga mía vive ahí, tal vez la conozcas

Alejandra Castillo 09/12/2015 20:32
¿Cómo se llama tu amiga?

Hugo Ramírez 09/12/2015 20:33
Julia Genitulleau, y bueno, en realidad es mi novia♥»

Mi pecho se oprime, cortando mi respiración. ¡Soy una completa estúpida! Olvidé ocultar el lugar en donde vivo.

«Alejandra Castillo 09/12/2015 20:36
Eh, no la conozco, cuántos años tiene?

Hugo Ramírez 09/12/2015 20:38
Tiene veinte años :)

Alejandra Castillo 09/12/2015 20:38
Oh mmm yo tengo dieciséis... Tal vez por eso no la conozco :/

Hugo Ramírez 09/12/2015 20:39
¡Ya veo! Yo tengo veintidós :D

Alejandra Castillo 09/12/2015 20:43
Muy bien ^-^
Hugo, tengo que irme, hasta luego.

Hugo Ramírez 09/12/2015 20:44
Está bien Ale :)
¿Puedo llamarte Ale?

Alejandra Castillo 09/12/2015 20:44
Claro :) un gusto conocerte

Hugo Ramírez 09/12/2015 20:45
Igualmente :D hasta luego»

Todo está mal, jodidamente mal. No se suponía que Hugo llegara tan temprano, ni que me hablara por el chat, ni siquiera esperaba que aceptara mi solicitud de amistad. Pero ahora todo ha dado un giro inesperado.

Tengo la oportunidad de que Hugo me conozca por quien realmente soy.

A través de una fotografíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora