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Me levanté con toda la flojera del mundo, haber configurado el despertador el día anterior para que suene sin cesar no bastó para despertarme, lo único que funcionó es que mi madre me levantara las cortinas y dejara pasar todo el sol dejándome temporalmente ciega.

Me dormí súper tarde porque no dejaba de pensar como sería mi vida en un colegio nuevo.

Yo iba a una escuela pública en mi anterior ciudad, ahora voy a un instituto, creo que lo único bueno que puedo rescatar de éso es que no tengo que pasar horas confeccionando mis outfits para cada día.

Me vestí con el uniforme nuevo que es de un tono gris como el cemento, preferiría cualquier otro color a ese gris aburrido y fofo.

Desayuné. la verdad que tengo que decir que mi mamá se super esforzó en el desayuno de hoy, no se si voy a ir a la escuela caminando o rodando, pero no me quejo porque en serio amo comer.

Después del gran, y repito, gran desayuno, me subí al auto y fuimos hacia el colegio.

En el camino vi a un chico, pero no cualquier chico, era EL chico. Alto, de cabello castaño, ojos claros y tenía un elegante uniforme con un color similar al mío, sentí una sensación rara, algo que jamás había sentido, mezclada con tristeza y angustia porque sabía que no iba a volver a verlo.

Cuando llegamos al colegio fue muy impactante ver el inmenso edificio y a todos sus alumnos vestidos igual, parecían los clones de la película Star Wars.

- Bueno, ésta es tu escuela - Me dijo mi madre con una sonrisa.

- No quiero bajar.

- Si no te bajas te bajo yo - Me dijo borrando esa sonrisa.

- ¿Por qué tengo que empezar todo de nuevo?, apenas conseguí tener una amiga en la anterior escuela y ya me cambian a otra.

- Se que no es fácil, pero empezar de cero otra vez no siempre es malo, es como otra oportunidad para no cometer los mismos errores.

- De nuevo con tu filosofía barata Mamá.

- Vamos, fuera, que yo si llego tarde al trabajo.

Me bajé del auto y comencé a caminar despacio hacia la puerta de la escuela, recuerdo que mi Mamá me repitió más de seis veces que tenía que ir al salón... Dios ¿Por qué la ignoré cuando me dijo el número que era? Todo por mis actitudes adolescentes ahora estoy perdida.

Ya son las 7:50 y tengo diez minutos para encontrar mi salón, creo que no tengo otra opción que preguntar. La verdad que tengo terror a las personas, soy excesivamente tímida. Cuando era más chica mis padres me mandaron a psicólogo por eso, y no ayudó en mucho, el doctor dijo que es parte de mí y no se puede modificar, así que tengo que aprender a vivir con eso. El miedo a las arañas, a las alturas, o incluso el miedo a morir son más racionales y entendibles que el miedo a hablar con las demás personas.

Una Chica Más Que Enamorada©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora