Tuve una muy, muy larga charla con mi madre sobre que tenía que avisar a donde iba y que hacía en todo momento. Ya no tenía más palabras para decirle perdón, no importa cuanto me disculpara, ésta mujer no se callaba.
Lo que más me molestaba de todo ésto es Luis. Mientras mi mamá me daba un sermón interminable, él me miraba con una sonrisa de burla. No estaba segura de si quería hacerme enojar o hacer que lo odie aún más. Creo que estaba tratando de lograr ambas y lo estaba consiguiendo.
Cuando mi madre terminó de hablar, se dirigió a la cocina a preparar la comida. Luis se acercó a mi y me habló.
- No debes darle esos sustos a tu madre. Me llamó desesperada porque no volvías a casa. - dijo con cara de haber sido el héroe de la situación.
- No tienes porque venir. No eres parte de ésta familia.
- Creo que eres la única que piensa eso Alicia.
- Si soy la única que piensa eso, tal vez sea la única cuerda en la familia.
Él se fue sin decir palabra. Yo había ganado. Me sentía tan bien, no me dió ni una pizca de arrepentimiento nada de lo que dije. Se lo merecía, era un cretino conmigo y con mi madre era el rey de lo correcto.
Después de todo este caos me fui a mi habitación y me dormí. Este día fue uno de los mejores de toda mi vida sin tener en cuenta que mi madre estaba más que enojada conmigo.
Antes de dormirme recordaba todo lo que sucedió en la casa de Luna, recordaba las canciones que habíamos escuchado, aún sentía el gusto a las galletas que preparó la amable mujer. Esa tarde fue inolvidable.
En la mañana, continúe mi rutina matutina y me dirigí a la escuela en el auto, con mi madre. Ella seguía diciéndome todo lo que me dijo en la noche anterior. Yo repetía todo lo que ella decía casi de memoria en mi cabeza.
Al bajar del auto noté que me había faltado un paso crucial en mi rutina. No había peinado mi cabello. Me dirigí al baño de mujeres antes de entrar al salón porque no quería que a demás de monstruo inventen otro apodo para mi.
Abrí la puerta y cuando estaba mirándome al espejo vi detrás de mí a la chica rubia y a una de sus secuaces.
- Hola chica monstruo - dijo la chica de cabello dorado con una sonrisa que me dio pánico - ¿Qué haces en el baño en horario de clases? ¿Escondes algo?
- N... No - Dije con terror.
- ¿Acaso vienés a mirar más chicos con novia? - Dijo su amiga.
Ambas comenzaron a reír. Yo estaba aterrada pensando en que podrían llegar a hacer esas brujas conmigo.
- Como veo que no has comprendido lo que te dije, voy a darte una muestra de lo que puede pasar - Dijo acercándose a mi y acorralándome contra los lavamanos.
Ambas comenzaron a tirarme del cabello y a dibujar mi cara y mis brazos. Yo no sabía como reaccionar, eran más fuertes y ágiles que yo. Comenze a llorar. Lloré hasta que se fueron y cuando ya estaba sola seguí llorando. Después de un gran día como el de ayer, no se me pudo haber ocurrido que pasará algo como ésto.
Me levante del suelo dónde estaba sentada y me mire al espejo. Estaba toda enmarañada, con insultos escritos por todas partes. Toda mi cara estaba llena de palabras como "zorra" "monstruo" "idiota".
Mientras me limpiaba seguí llorando aún más, pero sabía que debía calmarme, no podía llegar llorando a clases. Si esas chicas eran castigadas por mi culpa no sabría que cosas horribles me podrían llegar a hacer.
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Una Chica Más Que Enamorada©
Ficção AdolescenteTodos estuvimos enamorados en algún momento, yo te invito a ver más allá de las mariposas en la panza que uno siente. Cover hecho 100% por mi. Todos los derechos reservados, prohibida su copia y adaptación.