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¡Por fin encontré mi salón! Una profesora notó mi cara de pánico, me preguntó si necesitaba ayuda y me acompañó hasta la puerta del salón número 17... Ahora no voy a olvidarlo, otra vez dar vueltas como perro en su cucha no.

Al entrar me sorprendí porque la misma profesora que me acompañó hasta allí era mi nueva profesora de Literatura.

Yo amo las clases de Literatura porque amo leer muchos libros, amo sentirme parte de las aventuras, los romances y los misterios que cuenta cada una de las hojas que forman parte de ellos. Me gusta dejar de pensar en mi vida real y sentir por momentos que todo es diferente, que todo es mejor.

Cuando entré al aula sentí que todas las miradas se posaban en mí, era tanta la verguenza que creí que me iba a desvanecer. El color pálido de mi piel ahora era rojo carmesí y mis mejillas ardían como si estuvieran por derretirse.

Me senté casi al fondo, detrás de una chica que parecía tener las misma personalidad que yo, tenía anteojos, cabello rubio y ojos claros, era de baja estatura y observaba a los demás chicos que charlaban entre ellos. Casi se podía notar en su mirada las enormes ganas de estar allí y charlar con ellos.

Atrás mío había un chico, por su apariencia deduje que era callado, algo ermitaño y que su color favorito era el negro. Esto último lo deduje porque estaba completamente vestido de negro y todo lo que era suyo era de ese color.

Durante la clase noté risas, cotilleos y burlas referidos a mi, hace bastante que no me sentía así. Trataba de ignorarlo pero era tan evidente que no lo lograba dejar pasar. Sentía ganas de levantarme e irme o de gritar, pero era obvio que no tenía las agallas para hacerlo.

Por fin sonó la campana, guardé todo en mi mochila y me quedé en el salón todo el "brake" ya que no tenía muchos lugares donde ir. La misma idea tuvo la chica que se sentaba delante mío.

Cuando pensé que el silencio incómodo que había en el lugar no iba a terminar nunca, la chica de anteojos se dio la vuelta y comenzó a hablarme.

-Ho..hola - me dijo con una voz tranquila y suave.

- Hola?

- ¿Eres nueva aquí ?

- Si, ¿se nota mucho?

- Un poco - Sonrió al decirlo- Me llamo Luna.

- Me llamo Alicia - Le dije poniendo una sonrisa tratando de que no se vea forzada, no quería caerle mal a la primera persona que conocía.

- Él es Peter - dijo señalando al chico extraño que no había notado que seguía allí - Es un poco callado y raro pero es buena gente.

Yo simplemente Sonreí. No sabía que, pero algo en esa chica me daba seguridad y confianza. Sentí como si ya la conociera de otra parte, pero no estaba segura de dónde.

Al tocar la campana de nuevo tuvimos clases de Alemán, si, era una escuela bilingüe. Antes de esta escuela sólo sabía el significado de esa palabra, no hubiera imaginado que iba a ir a una escuela así.

En todo ese tiempo converse con Luna, me cayó más que bien. Estaba muy emocionada, era la primer amiga que tenía en ese mundo nuevo, y fue en el primer día.

Peter es un poco más reservado, creo que en el tiempo que hablé con Luna él dijo una sola palabra, pero dos amigos el primer día no es algo malo en lo absoluto.

Una Chica Más Que Enamorada©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora